Año 1800.
Hubo una época en la cual reinaron los seres más temidos por los humanos, a los cuales también llamamos Vampiros. Los humanos les temían por su aspecto, los ojos de los vampiros eran rojos, cuando deseaban comer sus colmillos crecían y se hacían puntiagudos; pero pronto ese miedo terminaría. Un niño nació en un pequeño pueblo al norte de Canadá, el niño nació con un extraño poder, el cual se fue notando cada vez más.
Cuando cumplió 14, decidió que su poder debía usarse y él lo usaría para acabar el reinado de los vampiros. Él sabía que para pelear y ganar debía usar una gran parte de su poder y que esto lo mataría.
El prefirió sacrificar su vida y salvar al resto del mundo. El niño acabo con el reinado de los vampiros, pero para su desgracia y la del resto del mundo, los vampiros más fuertes sobrevivieron, eran pocos pero suficientes para volver a reproducirse, y algunos antes de morir pasaron sus poderes a ciertos humanos.
Snow Mountain, Canadá, mayo 17, 1995.
— Felicidades señora tuvo una hermosa niña.
— Que bella eres, eres tan blanca, tu cabello es tan oscuro y aun así no es negro, ¿qué color será?... Tu nombre será... Vivian.
— Es un hermoso nombre mi vida y nuestra hija es tan hermosa como tú.
— Que alegría tenerte en mis brazos.
Snow Mountain, Canadá, mayo 17, 2012.
— Feliz día.
— Mamá sabes que no tienes que hacer pastel en mi cumpleaños... no me gusta el dulce.
Mi nombre es Vivian, vivo con mis padres al norte de Canadá en un pueblo llamado Snow Mountain, fundado en diciembre 19, 1814.
Hoy es mi cumpleaños pero aun así debo asistir a la preparatoria. Ahí no tengo amigos y de hecho no tengo amigos en ningún lado. Jamás me ha importado, desde chiquita me ha gustado estar sola y sentir paz.
— Vivian...siempre me has gustado y mucho, así que quería saber si tu... si a ti... te gustaría... te gustaría... ¿si te gustaría ser mi novia?
— No.
— Pero...
— No.
— Te lo imploro...
— Alex...largo de aquí.
Estaba oscura la noche, no había luna y mucho menos estrellas. Estaba un poco retrasada ya que se me había hecho un poco tarde en el café de Chloe. Por fin llegue a casa y cuando entré…
— ¡Feliz cumpleaños!
— Que agradable sorpresa madre, padre – Mi madre y mi padre me abrazaron muy fuerte tanto que casi no podía respirar – Que lindo de su parte, muchas gracias.
— No tienes que agradecer, es lo menos que podíamos hacer por ti mi pequeña estrella.
Mi madre me realizó una pequeña fiesta con solo un par de tíos y primos. Nunca me han gustado las fiestas peo aun así fingía que me gustaban las fiestas que mis padres realizaban en mi honor.
— Gracias por todo, pero creo que ya iré a dormir, estoy muy cansada y tengo mucho sueño. Feliz noche madre, padre – Les di un beso en la mejilla a cada uno y me fui.
— No te preocupes mi pequeña, descansa dulces sueños mi princesa.
Subí a mi habitación, puse música y puse a llenar la tina, mientras se llenaba me desvestí, escuche la ventana abrirse, volteé a ver que sucedía y ahí estaba sentado un hermoso chico de más o menos 24 o 25 años, de cabello castaño claro, tenía los ojos de color gris claro pero no tenían ningún brillo, eran fríos, se podía notar que él era asiático, tal vez japonés o chino, o al menos eso creí, los rasgos no eran muy fuertes. Dió un salto y se paró justo frente a mí, medía más o menos 1.86 m de altura, era hermoso tenerlo tan cerca.
— Qué lindo nombre tienes... Vivian Rose.
