Se acabó, esta era la despedida, el final.
Te dejé allí, mientras te daba la espalda como un extraño. Fui egoísta, ignoré tus lágrimas.
Desafortunadamente estas persistente en mí, es algo parecido como arrepentirme. Han pasado 56 días exactamente, nunca pierdo la cuenta, me sigo odiando desde lo sucedido.
Pensé que no me había molestado nuestra despedida, pero no es fácil deshacerse de un hábito que te gusta.
Te he llamado 500 veces, pero siempre sale el buzón de voz, el cual ya me lo se de memoria. Te he dejado 500 mensajes, pero nunca los leíste.
¿Tan fácil es olvidarse de alguien al cual amaste? A diferencia de ti que probablemente estés viviendo bien, estoy medio muerto.
Para mí, eras como la droga para el drogadicto, como el alcohol para el alcohólico, ven y sácame ya de rehabilitación.
He intentado olvidarte, pero me es imposible.
Poco a poco me esta matando, es un dolor agonizante.
Éramos polos opuestos, los cuales se atraen, al principio fue bien, nos atraíamos, pero al final nos separamos de repente, creo que el imán no nos funcionó muy bien.
Mis amigos me dicen que ya no soy el mismo, ¿qué me has hecho?
Salí para despejarme un poco, tanto estar en casa, ya me afectaba. Quede con mi hermano mayor para tomar unas cervezas. Necesitaba hablar con él.
Nos encontramos en el bar, nos saludamos y nos sentamos.
Tío, no se que te ha hecho esa chica. – exclamaba mientras levantaba su botella.
No sé, creo que ella se ha llevado todo lo que me quedaba. – exclame mientras imitaba a mi hermano.
Tu no eras así, eras tú el que jugaba con las chicas, tú eras el que les hacía daño. – comentaba mientras me señalaba con su índice.
Pero ella era diferente que las otras chicas, era especial. – exclamaba mientras recordaba los buenos momentos pasados con ella.
No puedes dejar que una chica te haga polvo. – comentaba mientras me daba unas palmadas en la espalda.
No lo entiendes, la amaba lo suficiente hasta llegar al punto de morir. – exclamaba mientras me frustraba.
Anda macho, no exageres. – dijo mientras se reía.
Lo digo muy en serio, no sé lo que me metió en la cabeza, pero es verdad. – dije mientras le miraba seriamente.
Tienes olvidarte de ella cuando antes, al final te va a acabar matando. – dijo en tono burlón mientras se levantaba y se marchaba.
Muy bien, otra vez solo...- dije para mí mismo.
Lo único que me queda ahora son sentimientos vacíos y noches oscuras. Estoy solo de nuevo, joder, no era mi intención. Tu existencia está demasiado dentro de mi mundo, es un punto donde incluso si quiero desconectarlo, no puedo.
Mire mi cerveza y tomé de esta, pedí varias más. Igual el alcohol me hacía olvidarte.
Bebí tanto que casi no me podía sostener de pie. Salí como pude del bar y vi mi coche. Sin pensarlo dos veces entre en él y lo encendí.
Todo pasó muy bruscamente, el coche dio vueltas, había tenido un accidente.
El olor a quemado me hizo despertar. Estaba apoyado sobre el volante, levanté un poco la cabeza y lo único que pude ver fue fuego. Este se aproximaba hacia mí, debía salir de allí.
Me levanté como pude, todo a mi alrededor daba vueltas, conseguí abrir la puerta sin cortarme con algún cristal de la ventanilla.
Logre salir, camine hacia delante hasta un punto seguro. Me toque la cabeza, me dolía, note un espeso líquido.
Me di la vuelta y vi el coche en llamas.
No lo lamentes, no tienes porque tener piedad de mí. – dije fríamente.
Me miraste con lágrimas en tu mirada.
No tienes porque quedarte conmigo. – dije.
Quiero estar a tu lado. – dijiste.
Quiero estar solo, ya estoy acostumbrado. – susurre.
No me dejes. – dijiste mientras cogías mi brazo.
Simplemente agache la cabeza, estaba siendo muy difícil.
Podemos volver a empezar desde 0. – dijiste desesperada.
No quiero comenzar de nuevo, se que solo me vas a hacer daño al final. – me deshice del agarre.
Por favor se feliz, no vuelvas a mi vida. – dije mientras me iba.
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Los Polos Opuestos No Se Atraen
Teen FictionSe acabó, esta era la despedida, el final. Te dejé allí, mientras te daba la espalda como un extraño. Fui egoísta, ignoré tus lágrimas.