Seungmin bostezó. Aún era demasiado temprano, pero no había terminado toda su tarea de economía en la noche y quería terminarla en el aula.
El sol estaba saliendo apenas y las calles estaban vacías casi por completo. Precia ser que sería un día fresco y soleado, justo como le gustaba.
Últimamente, por la zona de su escuela habían estado pasando algunos asaltos, así que iba bastante alerta, su madre le había enseñado a que siempre debía mantenerse atento a lo que pasara a su alrededor, y ésta vez no era la excepción.
Aún faltaban bastantes cuadras para llegar, cuando sintió que alguien tomaba su mano con fuerza, su corazón latió con miedo, pensando en que habría sido mejor dejar todo su dinero en casa.
—Camina. —la voz del chico que le sostenía la mano logró que su piel se erizara y su miedo aumentara. Hizo caso, y miró de reojo a su nuevo acompañante.
Lo reconoció como uno de los chicos de su grado, llevaba el mismo uniforme que él, solo que según Seungmin, al chico le sentaba mejor. No conocía su nombre, pero al menos estaba seguro de que no lo asaltaría.
Pero, ¿entonces por qué lo había tomando de la mano tan de repente y le ordenó que continuase caminando? Dios, seguramente sí lo estaban queriendo asaltar y el contrario lo estaba protegiendo.
Diez minutos les tomó llegar a la escuela. Diez minutos en los que nunca soltaron sus manos.
Seungmin observó con intriga al chico, quien le devolvió la mirada y sonrió.
—¿Me venían persiguiendo? —preguntó en un hilo de voz, aún asustado. Uno nunca sabía cómo podría terminar un asalto. Conocía a una persona que había terminado en el hospital después de uno.
El chico mordió su labio inferior mirando hacia un costado, luciendo nervioso.
—No. —¿entonces qué? quiso preguntar— Pero te vi y dije, "de seguro debe tener las manos suavecitas". —contestó con sinceridad, haciendo que Seungmin se sonrojara completamente y soltara una enorme carcajada—Hey, no te burles de mi.
—Lo siento. —dijo entre risas— Soy Seungmin. —se presentó una vez había parado de reír.
—Yo soy Hyunjin. —el más alto le dedicó una sonrisa enorme y muy linda que hizo que sus ojos se volvieran medias lunas. Era tan guapo.
—Pues, Hyunjin, ¿podrías devolverme mi mano? —Seungmin señaló con una sonrisa en su rostro sus manos aún entrelazadas, viendo a Hyunjin hacer un puchero. Adorable, pensó.
—¿Qué pasa si te digo que no quiero? —preguntó con un tono divertido, acercándose a Seungmin— Ahora que comprobé que tus manos son más suaves de lo que creía, no pienso soltarlas.
—Pensándolo bien, creo que no me molesta del todo... —Seungmin giró un poco su cuerpo, jalando a Hyunjin con él— ¿Eres bueno en economía? —el alto asintió con rapidez— Hagamos un trato; tú me ayudas con mi tarea y yo te dejo sostener mi mano todo lo que quieras.
—Trato.
Y fue así, como ambos se conocieron. Hyunjin agradecía siempre haber sido tan extrovertido, porque gracias a ello, había podido tomar las suaves manos de aquel chico llamado Seungmin que tanto le llamaba la atención.
Chico que meses después, se convertiría en su novio.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
♡ Nada, me gustó mucho.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.