~ Capitulo 2

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- ¿Qué te pasó? – Me preguntó Amy, mi mejor amiga, en cuanto entré al aula... ¡atrasada!.

Harry entró detrás de mí.

- ¡¿Qué?! – Casi grité. ¿Por qué todos me preguntaban eso hoy?.

- Que qué te pa... 

- ¡No! – La interrumpí. 

Amy me miró extrañada, sin entenderme.

- Basta de hacerme esa pregunta, ¿acaso nadie entiende que nada me pasa? – Pregunté un poco molesta. –

- Bien... – Respondió ella más confundida que antes.

Las dos pusimos nuestra atención al pizarron antes de que el profesor nos llamara la atención por estar conversando.

~

- Kate, sé que no quieres que te sigan preguntando pero, ¿qué fue lo que te pasó?. A mí no me engañas. – Amy no iba a rendirse.

La primera clase había finalmente acabado. Ahora íbamos camino al baño para mirarnos en el espejo y hacer cualquier retoque que

necesitaramos para luego ir a la cafetería, esa era nuestra rutina matutina.

- Y es que nada me sucede, sólo estoy cansada de que me pregunten eso a cada raro. – Solté una risa, ahora era una real.

Amy río junto a mí.

- Esta vez te creo – Agregó Amy.

Terminamos de retocarnos y seguimos nuestro camino a la cafetería. Ambas compramos una cajita de leche junto a unas galletas de mantequilla, nuestras favoritas. Amaba eso, teníamos muchos gustos en común. Nos sentamos en la misma mesa de siempre y nos dispusimos a comer.

- ¿Y?, ¿te dieron permiso para quedarte en mi casa el Viernes? – Amy preguntó entusiasmada.

- Aún no me dan una respuesta pero... – Mi atención se posó en la parejita feliz que se sentaba en la mesa que estaba atrás de mí.

- Kate, ¡Kate! – Mi amiga, como última opción, me lanzó una galletita.

- ¡Oye! – Me giré a con el ceño fruncido. – ¿Por qué hiciste eso?.

- ¿Por qué te has quedado pegada viendo a esos dos? – Amy estaba con el ceño fruncido también.

- No, ¿de qué estás hablando? – Desvié mis ojos de su cara.

- No soy tonta, Kate. Me di cuenta de cómo los mirabas.

- Pero no fue por nada en especial – Ella me miró con los ojos achinados intentando sacarme más información. – De verdad, Amy. Estoy hablando en serio. – Continué defendiendome.

- Está bien, te creo – Río. – A mí también me impresiona verlos tan enamorados, no pensé que su relación fuera a durar tanto. 

Yo sólo asentí y lleve la bombilla de la cajita de la leche a mi boca. Ese comentario no me había caído nada de bien, pero no podía demostrar lo mucho que me había afectado. Amy me conocía muy bien y se daría cuenta en un segundo que Harry, significaba más que un amigo para mí y nadie, absolutamente nadie se podía enterar de eso. Era mi secreto mayor guardado.

Nunca nadie se enteraría.

- Alguien no te ha quitado los ojos de encima – Comentó Amy con una gran sonrisa picara.

Mi estomago se revolucionó. Miré para atrás con la esperanza de que ese alguien fuera él, Harry. Pero no, él y Mary se estaban devorando a besos.

- Allá no, tonta. – Amy soltó una risotada. – Allá...

Sus ojos se posaron en la mesa de al lado de nosotras, haciéndome mirar a mí en esa dirección. Me encontré con los ojos perfectamente cafes de Joseph, nuestro compañero de aula y vecino de Amy. Me sonrió y yo le sonreí de vuelta.

- Está loco por ti, Kate. – Hizo bailar sus celas juguetonamente.

- Claro que no – Dije avergonzada. No creía que algún chico fuera a fijarse en mí.

- Estás ciega, no sé cómo no puedes notarlo. – Siguió riéndo.

El timbre volvió a sonar, esta vez para indicarnos que debíamos volver a clases. Nos levantamos de nuestros asientos y volvimos a nuestra aula. Era tiempo de Historia, materia que realmente odiaba.

- No terminaste de decirme si te darían permiso o no para este viernes. – Susurró Amy mientras el profesor escribía noséqué en la pizarra.

- No me dieron respuesta aún pero cuenta conmigo para ese día. – Respondí en el mismo tono de voz.

Amy me sonrió feliz con mi respuesta.

La puerta sonó, todos pusimos nuestra atención en ella. Era Harry, tarde como siempre. Y todo porque primero se iba a dejar a Mary a su sala.

Dios, odiaba eso, odiaba que él estuviera tan enamorado de Mary, así como lo estaba yo de él.

- Tarde otra vez, Styles. El profesor le llamó la atención.

- No se volverá a repetir, Profesor. – Mintió Harry.

La misma respuesta de siempre. Nunca cumplía su palabra.

Harry comenzó a mirar por toda la sala, buscando un lugar donde sentarse, supongo. Hasta que su mirada se cruzó con la mía.

De nuevo, de nuevo quedó mirando fijo mis ojos, al igual que yo.

- Puede sentarse, Styles. – Lo apuró el profesor.

Harry frunció el ceño con confusión y se sentó unas mesas más adelante que yo. No le quité los ojos de encima hasta que se sentó y al parecer, él lo notó ya que apenas se sentó, se giró para mirarme una vez más.

La voz del profesor explicando la materia, me hizo aterrizar. Volví mi vista al cuaderno e hice como si estuviera interesada en lo que el profesor hablaba. No era así.

Sólo podía pensar en él y en lo estúpida que me debo haber visto mientras lo miraba.

El codazo de mi amiga me hizo volver a la realidad una vez más.

- ¡Aterriza, mujer! – Amy se reía bajito para que el profesor no se diera cuenta. – Pareciera que estás durmiendo con los ojos abiertos.

- Sí, esta clase me aburre demasiado. – Me excuse.

Ella volvió a reír mientras negaba con la cabeza y siguió escribiendo.

Yo suspiré y me dispuse a copiar lo de la pizarra.

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⏰ Última actualización: Sep 11, 2014 ⏰

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