Veo el pizarrón pero no distingo nada, mis ojos se cierran solos y estoy a punto de quedarme dormida, ¿adivinan la clase? Historia.
León a mi lado esta peor que yo, prácticamente esta babeando su libreta mientras ronca, tiene suerte de que gracias a mí el maestro no lo ve, a mi alrededor todos están igual, si hay algo peor que una clase aburrida es que el maestro sea doblemente aburrido.
—Bien esto será todo, tendrán que hacer un trabajo en parejas y entregarlo el lunes— Habla el viejo calvo que imparte la clase
—¿Podemos elegir nuestra pareja?— pregunta Antonia que no deja de acariciar el cabello de Ulises como si se le fuera a caer.
—Como quieran— dice el maestro restándole importancia
Veo a mi lado a León para ponernos de acuerdo asumiendo que haremos el trabajo juntos pero no, resulta que el muy imbecil no deja de suspirar por la perra mamona de Machu y aprovechó el trabajo en grupo para acercársele. Traidor.
Pego un bufido y veo al resto de mis compañeros, todos la parecer ya tienen pareja excepto... ¿Claudio? Mi suerte es una mierda, llevo una semana evitando a Claudio luego de la última conversación que tuvimos, solamente nos saludamos, en ocasiones siento que quiere decir algo más pero se limita únicamente a hablarme lo necesario.
Se percata de que quedamos solamente él y yo así que por obvias razones tendremos que trabajar juntos, se levanta de su silla y se dirige hacía a mí, toma asiento en el sitio que antes ocupada el traidor.
—¿Dónde lo hacemos?. ¿En tu casa o en la mía?— digo. Claudio abre mucho sus ojos y luego reprime una sonrisa, entonces caigo en cuenta de que no he hecho el mejor uso de palabras.
—¿El trabajo?— Dice, siento mi cara arder por la vergüenza pero me la aguanto.
—Si obvio
—En mi casa, mañana a las 11, ¿te parece?— Bien supongo que es mejor a que vaya a mi casa y tenga que ver la forma en que vivo, no me mal interpreten, no me avergüenza mi vida, no soy millonaria como estos chicos, Claudio ha tenido una vida de príncipe y no quiero incomodarlo con mi pequeño mundo.
El maestro comienza a explicar sobre las investigaciones que tendremos que hacer en el trabajo, me dedico únicamente a tomar apuntes pero lo cierto es que la cercanía de este chico me pone muy nerviosa, su perfume masculino huele a maravillas, toda su aura es demasiado atrayente, no puedo con tanto, él me gusta mucho, no recordaba la última vez que alguien me gustó, estaba comenzando a pensar que ya no poseía sensibilidad.
Cuando por fin el maestro concluye y se retira del aula comienzo a guardar mis cosas, unas clase más y podré ir a disfrutar del fin de semana en mi hogar, no hay nada mejor que estar en tu casa.
Cuando estoy a punto de salir alguien me toma del brazo, volteo y me encuentro con los ojos azules de Claudio ¿enserio diosito? Te pido que lo alejes y lo pones justo enfrente.
—¿Pasa algo?— digo quitando su mano de mi brazo, entre más lejos, mejor.
—¿Está todo bien Emi?
—Es la primera
—¿Qué?— pregunta confundido
—Es la primera vez que me hablas para preguntar algo referente a mí y no a Antonia—maldigo en mi cabeza porque no debí decir eso.
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ClauMilia
Fanfiction¿Cómo iba a mirarme? Si eran felices, no había más que verlos, burlarse del aire, reírse de nadie. -Joaquín Sabina