Holas! Quiero decir que se siente muy bonito cuando votan y comentan, dan ganas de escribir. Gracias❤️.
Subo el volumen a la canción de One direction que suena en mi pequeño parlante, es domingo por la mañana y ya que mi madre salió muy temprano me toca hacer la limpieza, esta no era la forma en que imaginé pasar el fin de semana, pero ya que.
Una forma de evitar pensar en los acontecimientos que te carcomen es mantener la mente ocupada, pensar en la montaña rusa que viví ayer gracias a Claudio sólo me provoca un malestar desagradable en mi estómago lo que me lleva a pensar que enserio necesito ir a un médico para descartar alguna bacteria.
Luego de que Aron y yo saliéramos despavoridos de la cafetería, tuve que explicarle a mi amigo lo que sucedía, no he sabido nada de Claudio desde que me lo ví por última vez mirarme con una cara de asombro y miedo, incluso podría decir que se veía culpable, me ha enviando un par de mensajes disculpándose pero ni siquiera los he leído, él no es de mis personas favoritas ahora mismo. El timbre suena haciendo que vuelva a la realidad, me pregunto quien será, mi madre y yo no recibimos muchas visitas que digamos, abro la puerta y me encuentro a León cargando un par de bolsas de súper mercado y con una expresión de perrito faldero herido, me cruzo de brazos y lo veo con cara de pocos amigos.
—Vuelve el perro arrepentido con su cola entre las patas— es lo primero que digo. Él pone los ojos en blanco y me hace a un lado para entrar a mi casa, algunos fines de semana los pasa acá, su familia siempre está de viaje, es lo que él dice, mi madre lo adora por lo tanto siempre es bien venido.
—Bien, lo siento... no debí hacerte a un lado por Machu ni por nadie— coloca las bolsas en una mesa y luego extiende sus abrazos esperando a que lo perdone y vaya a abrazarlo— ¿me perdonas? Te traje papitas— no lo pienso dos veces y lo abrazo, si me va a traer golosinas cada vez que me moleste con él entonces debo de ignorarlo más seguido.
—Eres un imbecil ¿Machu enserio?— tomo una bolsa de patitas y dos coca-colas y me dirijo a uno de los sofás, él me sigue y toma asiento a mi lado.
—Me gusta... mucho.
—Tiene novio— le recuerdo— y sabes ¿que es lo peor de que tenga novio? Pues que su novio sea Silverio.
—Ya no más, han roto.
—Eso no significa que ella esté interesada en tí.
—¿Bromeas? Pero si estoy que me caigo de bueno— su comentario me hace gracia y comenzamos a reír.
Comienzo a relatarle todos mis acontecimientos con Claudio el día de ayer.
—Vaya... sabía que te tenía loca, pero parece que estás completamente enamorada— le pego un golpe en la cabeza y el solamente se queja.
—No seas tontito, me gusta mucho, enamorarse es algo mucho más fuerte, no estoy a ese nivel.
—No me agrada la forma en que se está comportando contigo— habla León bastante serio— quiero decir, Claudio no es un mal tipo pero tampoco es como que va por la vida hablando y relacionándose con todo mundo, podríamos decir que es muy selectivo, pero contigo parece llevarse muy bien, siempre te apoya cuando hablas en clase, conversan y esas cosas...
—Él me considera su amiga—suspiro pesadamente como si el término amistad fuese una barrera enorme entre Claudio y yo.
—Mira cambiando de tema, ¿has leído los mensajes del grupo de WhatsApp de la sección?
—Nop, he estado ocupada haciendo el trabajo en parejas, sola.
—Resulta que está chica... no recuerdo su nombre— dice mientras se lleva un puñados de papas a la boca— Roma... Rosa... Rony...
—¿Romina?
—Si, ella, resulta que dará una fiesta hoy y estamos invitados.
—¿Una fiesta hoy domingo?— preguntó confundida comenzando a abrir una bolsa de doraditas.
—Yo que sé, no soy el organizador, el punto es que ya que no hay nada mejor que hacer deberías comenzar a prepararte.
—Espera... ¿no se supone que esa chica aspira a ser monja o algo así ?— León sólo de encoge de hombros.
—Por esa misma razón he traído un rosario, quizás sólo quiere que la acompañemos a rezar— ambos reímos, si definitivamente será una fiesta interesante.
********
Me agradan, las madres de Romina son asombrosas, si, dije madres, me refiero a su madre y la novia de su madre ¿no es genial?Toda la sección se encuentra en el hermoso jardín, hay música electrónica de fondo, todos están dispersos conversando y riéndose, León está muy ocupado coqueteando con Machu, Ulises se encuentra succionando la boca de Antonia y yo me encuentro en la mejor parte del lugar, la mesa con aperitivos.
—Emilia...— sé perfectamente de quién es esa voz, automáticamente mi cuerpo se tensa, mis manos sudan y el cosquilleo en mi estómago aparece, le doy un trago a mi bebida ignorando completamente a Claudio— ¿Podemos hablar?
—Eso hacemos ¿no?
—Lo siento Emi...— me doy la vuelta para quedar frente a frente y lo verlo directamente a los ojos.
—¿Qué es exactamente lo que sientes?
—No debí mentirte y...
—No, no debiste.
—¿Podrías dejarme hablar? ¿Por qué estás tan molesta? Antonina y yo no estábamos bien y decidimos salir a arreglar nuestras diferencias— habla notándose irritado por mi actitud
—Escucha Claudio, no me interesa lo que hacías, tenías un compromiso, sólo tenías que decir que no querías y listo.
—Lo siento ¿si? ¿Por qué te pones así?— habla elevando la voz y sonando molesto.
—Por tu egoísmo.
—¿Perdón?
—Lo que escuchaste, entiendo que no tengo que molestarme por lo que hagas, pero resulta que teníamos un trabajo que vale la mitad de nuestra calificación, entiendo que te hubiese encantado trabajar con Antonia, tampoco te elegí, fue lo que tocó— respiro profundamente y luego continuó— Pero tienes que entender que yo no tengo dinero a montones como tú y el resto de ustedes, entiende que no puedo darme el lujo de descuidar mis obligaciones porque me costo muchísimo estar aquí— él luce asombrado por mis palabras, no esperaba que explotara de era forma.
—Yo... no sabía que eras becada— habla con tono de arrepentimiento— Lo siento, quizás podríamos hacer el trabajo ahora mismo, no quiero que tengas problemas
—No es un problema hacer mis tareas, ya hice el trabajo, de hecho lo terminé a la madrugada, no te preocupes, no soy tan mala como para no poner tu nombre en él— lo dejo en la mesa mirándome asombrado, sé que estoy exagerando, pero la drama queen que llevo dentro se ha apoderado de mí.
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ClauMilia
Hayran Kurgu¿Cómo iba a mirarme? Si eran felices, no había más que verlos, burlarse del aire, reírse de nadie. -Joaquín Sabina