Especial 3/3: Tacón de aguja.

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Parte 3/3

Final largo. Avisados.

Hanna no es un ser humano amable. 

Lo sabía ella, lo sabía Taehyung, lo sabían sus padres, lo sabía su ex novio (al que le rapó todo el cabello por haberle sido infiel), lo sabía el hijo de 10 años del vecino de la esquina al que siempre hacia llorar a punta de muecas (y de una ocasión en la que le contó que Papá Noel no existía), lo sabían los pocos amigos que se la aguantaban y la llevaban arrastrando borracha los sábados en la noche, lo sabían los vecinos gays de Kim... ¡lo sabía hasta el Papa!

Así que para nadie era un secreto que no tenía vocación de monja, ni sería nunca como alguna de esas viejitas caritativas que pasaban sus días tirando migajas de pan a las palomas porque sus maridos ya no tenían energía para follárselas como Dios manda. 

De hecho, sólo habían dos personas en todo el mundo con las que Hanna no podía ser tan desagradable como deseaba ser (y como su alma oscura le indicaba que fuese): la primera era el hijo mayor del vecino de la esquina, quien era demasiado apuesto como para ser real y la segunda... su sobrino, Kim Aerum. 

Con el hijo mayor de su vecino el asunto era que Hanna se quedaba muda tan sólo verlo y terminaba acelerando los pasos, con su cabello cubriendo su pálido rostro con mejillas coloradas. ¡Hanna odiaba a ese tipo! ¡¿Cómo podía dejarla a ella sin habla?! ¡Nadie nunca la dejaba sin palabras! Es más... ¡Hanna era quien dejaba sin palabras al mundo! ¡Ella era la puta ama! 

 ¡Hanna era quien dejaba sin palabras al mundo! ¡Ella era la puta ama! 

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Pero en fin... el asunto con su sobrino era un tanto distinto. 

Primero, era su sobrino, obvio. Eso quería decir que había un vínculo de sangre entre los dos que Hanna no podía olvidar, incluso aunque su hermana (la madre de Aerum) había sido una real maldita con ella en su infancia. Es más, Hanna se sentía aun más responsable de Aerum de sólo pensar todo lo que Haneul había sido capaz de hacer durante su embarazo (cosas que, no entendía por qué, el idiota de Kim prefería no admitir). 

Por otro lado, la condición médica de Aerum también hacia que se sintiese aún más responsable de él. Casi cinco años intentando entender la mente dispersa de Aerum, buscando su mirada en vano y esperando que él comprendiese que ella lo amaba tanto como lo hacia el idiota de su padre, que ella no tenía problema en asumir todo lo que Haneul nunca quiso. Pero era tan difícil y frustrante... por más que lo amaba, Hanna no lo entendía y eso dolía. 

Sin embargo, como la puta ama que era, prefería no demostrarlo. 

Nunca, never, jamás de los jamases. 

Eso había sido así hasta que recibió esa llamada en plena noche, mientras se atragantaba con una botella de tequila español y lamía sal del abdomen de uno de sus amigos: Uno de los vecinos gays de Kim (lo cual era un desperdicio porque el tipo era d-i-v-i-n-o) le había llamado para avisarle que su sobrino había desaparecido en la playa en horas de la tarde, que había sido descuidado por uno de los amigos de Kim y que llevaban horas buscándolo sin resultado. 

Aerum's world.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora