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mierda, mierda, mierda y más mierda. estaba en pleno aeropuerto revolviendo mis valijas para saber en dónde había metido los pasajes. a quién se le ocurre perder las cosas a último momento? sí, a mí. iba a perder el vuelo, me quiero matar, la puta madre.

sonó por el altavoz que ya era la hora de salir y afortunadamente encontré los pasajes, pero tenía que ordenar mi ropa. -la concha de mi hermana- susurré. dije en mi cabeza "ya fue" e hice una montaña de ropa en la valija e intenté cerrarla, pero no podía. me senté en ella y al aplastarla tanto, pude cerrarla, una señora me miraba como si estuviera loca y le enseñé mi hermoso dedo del medio.

-hola, sí, perdón. no encontraba el pasaje -el hombre que estaba en frente mío me miró mal, pero aún así dejó pasarme.

me senté en el avión y me relajé. bueno, no tanto, nadie podía relajarse con el llanto de un bebé y con personas que todavía acomodaban sus valijas. -no pueden sentarse ya?- dije para mis adentros.

media hora después ya habíamos partido. iba desde córdoba hacia buenos aires a visitar a mi primo, su nombre es neo. no sé nada de él desde que tengo 10 años, y ahora tengo 17. sinceramente verlo otra vez después de tantos años iba a ser reconfortante.

pensando en cómo serían las calles de buenos aires e imaginando la reacción de mi primo al verme, me dormí hasta que llegamos.

me desperté, tomé mi valija y salí del avión. tuve que pasar por medio aeropuerto de buenos aires básicamente para llegar a la salida y por fin tomar un taxi hasta la casa de neo.

-hola, necesito que me lleve a esta dirección. -el chófer solo asintió y empezó a conducir. en el camino, ví varios edificios, shoppings y restaurantes. definitivamente esta ciudad era hermosa y quería pasar por cada lugar de acá.

empecé a buscar plata para tener todo listo cuando llegue, mi tiempo era demasiado valioso como para perderlo una vez que ya haya llegado a mi destino. me fijé en mis bolsillos y en mi cartera, no había nada.
comencé a asustarme. le saqué la funda a mi celular para ver si no tenía plata guardada ahí, tampoco tenía.

mierda, por qué todo me tiene que pasar a mí?

estuve todo el camino planeando qué iba a hacer, si salir corriendo o tirarle gas pimienta al conductor. pero de cualquier manera iba a terminar saliéndome mal.

cuando por fin llegamos, el chófer habló. -son cuatrocientos cincuenta pesos, nena. -en primer lugar el nena estuvo de más y en segundo lugar, estaba seca.

me armé de valor y abrí la puerta.

bueno, intenté abrir la puerta, ya que ésta tenía seguro. me desesperé y bajé el vidrio rapidísimo, salí por ahí. mala suerte, en la esquina había policías y el chófer ya había gritado que me agarren.

hoy claramente no fue mi día.

fui en una patrulla hacia la comisaría, estuve una hora sentada sin saber qué hacer hasta que me dijeron que podía hacer una llamada. desesperadamente me levanté y acompañé a la policía que me llevaba hasta los teléfonos.

marqué el número de neo. no atendía, me estaba poniendo nerviosa. y si no atiende números desconocidos? mierda. neo, te estás tardando mucho y te voy a mat... -hola? quién habla? -salí de mis pensamientos.

-neo, soy yo, cielo. estoy en una comisaría cerca de tu casa y necesito que vengas a buscarme.

-cómo te metiste ahí, boluda? -lo escuché reírse. ah buenísimo, era el descanso del mundo.

-no me metí, imbécil. tuve un quilombo y me trajeron hasta acá, vení a buscarme ya. -corté la llamada, nerviosa. con cara de orto tuve que volver a sentarme a esperar a que venga mi primo.

después de media hora en la que solo me comí las uñas y miré mal a los guardias, un chico entró por la puerta, habló con el encargado y de un momento a otro me dijeron que ya podía irme. cómo? qué?

-hola, soy duki, podés llamarme mauro o como quieras -sonrió. ay la puta madre, pensé. -neo no pudo venir a buscarte porque se quedó haciendo cosas y tuve que venir yo. me quedé callada. en primer lugar no entendía por qué mi primo había mandado a un dios griego a buscarme y en segundo lugar, por qué cabe tanta belleza en una sola persona? no podía ser posible.

-estás bien? -me pasó la mano por la cara. no, no estoy bien, no entiendo por qué hoy me salieron las cosas tan mal y tampoco entiendo por qué un cantante vino a buscarme. acaso el pelotudo de neo no tiene piernas? o qué? igual debo reconocer que lo que pasó me tomó por sorpresa y me gustó. quién tiene la suerte de tener a semejante bombón en frente suyo? envidienme, perras. -gracias por lo de bombón. venís, nena? -me sacó de mi trance.

la puta madre, acaso había pensado en voz alta? automáticamente me puse roja y quise que la tierra me tragara. él solo se limitó a reír y a guiñarme un ojo para empezar a caminar hacia la salida.

lo seguí hasta su auto, imité sus movimientos y me subí.

-cómo te llamas, linda? -foa, no querés hacerme hijos?

-cielo, cielo favré.

-lindo nombre, cielo.

-ya lo sé, mauro. -si íbamos a tratarnos con confianza entonces tenía que tener que confiar más en mi misma para no quedarme atrás.

llegamos a la casa de neo, apenas entré el me vió y corrió a saludarme. se le veía tan feliz, al igual que yo.

-dios, no puedo creer que vuelva a verte. cómo estás? por qué estabas en una comisaría? no te bastó con haber ido a un internado para niñas mal hace años?

atrás mío se escuchó un "qué?" bajito. sabía quién era, no necesitaba darme vuelta.

-no traía plata para el taxi y me escapé por la ventanilla.

neo y mauro se rieron. no mentía cuando dije que era un descanso.

-sos una boluda. vení, te presento a los chicos. -qué? qué chicos?

lo acompañé hasta el patio y vi a un grupo de pibes sentados en el pasto, andá a saber qué hacían ahí. -chicos, ella es mi prima, cielo, vino desde córdoba así que haganla sentir cómoda y si la llegan a tocar se arma quilombo, aviso. -todos rieron y se acercaron a saludarme.

-bueno, el es duki, ya lo conoces, el es alejo, el es ecko, este tomatito es lit killah, decile solo lit, le gusta. el es khea y bueno, yo soy neo ahre -volvieron a reírse todos.

después de intentar aprenderme el nombre de todos, me di la vuelta. duki estaba sentado mirándome mientras se fumaba un porro. fuimos todos adentro, duki y yo fuimos últimos.

me adelanté a él y lo pasé pero dejé de caminar cuando escuché un silbido. me giré. -qué pasa, duki? -pregunté cansada.

-que lindo culo tenés, bombona. -me guiñó un ojo y entró a la casa con los pibes, dejándome con la palabra en la boca.

que lindo que sos, pendejo.

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2019 ⏰

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cielo; dukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora