Your favourite guy.

Capítulo 2.

Alicia acaba de comenzar la época de exámenes en la facultad y está totalmente saturada. A penas sale de su habitación para comer. Normalmente es Salva el que tiene que obligarla a comer algo.

-¿Se puede? -Se escucha desde la puerta.

-¡Entra! -Exclama Alicia sin levantar la vista de sus apuntes.

-Te he traído un bocadillo. Necesitas comer.

-Gracias, eres un cielo. -Alicia le sonríe a Salva.

-No hay de qué, enana. -Le revuelve el pelo.

Alicia come un poco mientras repite mentalmente lo que está leyendo. Es realmente tarde y debería dormir, pero siente que si no estudia un poco más suspenderá.

Una hora más tarde, se mete en la cama mirando su móvil. Ve que tiene una llamada perdida de un número que no conoce y un SMS.

"He vuelto. Y te echo de menos."

No tiene ni idea de quién podrá ser, pero sentía sus sentimientos enfrentados. Deseaba con todas sus fuerzas que fuera Álvaro el autor de aquel mensaje. Llevaba mucho tiempo sin saber de él. Pero, por otra parte, tenía miedo de que hubiera cambiado y le hiciera cambiar de nuevo su vida.

Deja el móvil en la mesita de noche y cierra los ojos, pero unos minutos después escucha el sonido de la canción que tenía como tono de llamada.

Era un número privado. Está asustada, pero decide descolgar.

-¿Sí? -Responde casi susurrando.

-¿Alicia? -Dice una voz que Alicia no olvidaría jamás.

-Álvaro... 

Alicia siente cómo su cuerpo entero se remueve. Quiere hacerle un millón de preguntas pero siente que la voz no le sale del cuerpo.

-¿Qué tal estás? -Dice el chico algo nervioso. -Ya... Ya... He salido de la cárcel. Estoy en Madrid.

-¿Cómo? -Alicia abre los ojos como platos. -Yo... Estoy en Madrid también.

-¿Lo dices en serio? ¿Qué haces en Madrid?

-Voy a la universidad. 

-Oh... Cierto. -Álvaro sonríe con nostalgia. -Que mayor te has hecho, pequeña.

-Álvaro... Yo... Necesito hablar contigo. Todo pasó tan deprisa...

-Lo sé. ¿Nos vemos?

Álvaro y Alicia cierran los ojos a la vez. Mientras Alicia está en su cama mirando al techo y hablando con él, Álvaro está en casa de sus padres, metido en su habitación que sigue decorada igual que cuando se marchó, con 18 años.

-Me encantaría. Pero ahora estoy de exámenes y no tengo nada de tiempo libre... 

-Entiendo... Bueno, llámame cuando acabes. Tengo muchas cosas que contarte. Seis meses en la cárcel dan para mucho. Y tú has sido la única persona en la que he pensado, cada día.

-Álvaro... -Alicia se quedó callada. -Te llamaré.

-Buenas noches. Mucha suerte con los exámenes, enana.

-Gracias.

Los dos cuelgan a la vez. Álvaro sale a la terraza del piso de sus padres y saca un poco de hierba que Ricky le regaló como despedida. La envuelve rápida mente y comienza a fumar. Desde que entró allí fumar era lo único que le calmaba la ansiedad de no tener a Alicia.

Termina y vuelve dentro. Al pasar al salón ve que su madre está despierta y le espera en un sillón.

-¿Desde cuando fumas, Álvaro? -Le dice su madre.

-Yo... Es algo puntual. Lo digo de verdad. 

-Acabas de salir de la cárcel y... 

La madre de Álvaro hunde la cabeza entre sus manos.

-Eso era un caso a parte. Tenía que hacerlo. Alicia...

-Lo sé. Sé que la quieres. Pero Álvaro... Mataste a...

-No me lo recuerdes, joder. 

Álvaro sale dando un portado y se encierra en su cuarto.

Flashback.

-¡Álvaro para! ¡Lo vas a matar, para joder! 

Álvaro escuchaba a Alicia gritando detrás de él mientras estaba tapada sólo con una sábana, acurrucada en una esquina de aquella oscura habitación.

-¡Desgraciado! -Álvaro seguía dándole puñetazos al chico sin parar.

Estaba fuera de sí, sentía que habían dañado lo que él más quería y no podía parar, no podía dejar de golpear la cara de David.

Sus nudillos estaban llenos de sangre de la cara de David. Álvaro estaba prácticamente sentado encima de él. Lo levantó un poco e intentó zarandearle, pero la camisa del chico se escurrió entre los dedos de Álvaro y acabó golpeando el suelo con gran fuerza.

La hemorragia de la cabeza de David era prácticamente imposible de parar. Álvaro miraba a todas partes asustado mientras Alicia llamaba a la ambulancia a toda prisa.