Capítulo 1

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El ruido ensordecedor de mi despertador me sacó de mi sueño. Como todas las mañanas maldije la alarma apagándola con un gran golpe y me senté apoyando mi espalda contra el cabecero de mi cama. Resoplé. Me desperecé y me levanté de la cama rascándome la nuca, era una manía mía, siempre me rasco la nuca al despertarme, bueno y casi siempre.

Me dispuse a hacer mi rutina como todos los días, así que, fui a mi armario y cogí ropa, me metí en el baño, me desnudé y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, se notaba que estamos en invierno. Rápidamente me metí en la ducha para no pasar frío y puse el grifo hacía el agua caliente para que el agua empezara a calentarse. El agua caliente corría por mi cuerpo mientras en mi IPod sonaba la canción de Lovely de Billie Eilish, mi canción favorita. Cuando la canción estaba acabando me acorde de que hoy era un día muy especial, como soy tan despistada por las mañanas no me acordaba, ¡Por fin conocería a mi mejor amiga en persona!

Empecé a enjabonarme y a aclararme rápido el pelo, lo había olvidado por completo, ¿cómo me pude olvidar de algo tan importante? Al salir de la ducha enrolle una toalla por mi cuerpo y otra por mi pelo. Volví a mi habitación a elegir una ropa más bonita para ponerme, la que había escogido era una mierda, unos pantalones negros ceñidos, una camisa de cuadros blancos y negros y mis converse negras. Sí me gusta el negro, sobre todo para vestir. Volví al baño y me sequé el pelo, me lo alisé con la plancha, sino se me quedaba como a un león. Cogí mi IPhone y vi que tenía un mensaje suyo:

Ya tengo ganas de verte, a las 5 en el Retiro, no tardes ;)

Una sonrisa tonta apareció en mi cara. Guardé mi móvil en el bolsillo trasero de mis pantalones y salí de mi habitación a la cocina. En el pasillo vi al gatito que recogí ayer en la puerta de mi apartamento, alguien lo había dejado en una cestita con toda la lluvia y no iba a dejarlo en la calle. Hay veces que me preocupo más por los animales que por las personas. Cogí al gatito y lo lleve conmigo a la cocina, en un plato le puse leche para que la comiera y lo dejé en el suelo. Debía de tener hambre porque no tardo ni 2 minutos en acabárselo.

Me serví mi taza diaria de café (sin ella no soy persona por las mañanas) y me senté en la barra que hay separando la cocina del salón. Cuando ya llevaba la mitad de mi taza oí el sonido de una puerta, me giré y vi a mi compañera de piso, María, ella es como mi hermana desde que éramos pequeñas, prácticamente nos hemos criado juntas y aunque no se lo demuestre mucho es a la persona que más quiero en este mundo. Iba con el pelo alborotado, sus zapatillas de conejitos y su bata de estar por casa. Salió bostezando y no pude evitar que una carcajada saliese de mi boca al verla con esas pintas.

- ¿De qué te ríes Natalia? -me miró con mala cara pasando a mi lado para servirse ella una taza de café.

-De ti -le dije con una sonrisa de nena buena en mi cara.

-Já-Já-Já, muy graciosa. -Bebió un trago largo de café mientras se sentaba en frente de mí y apoyaba sus codos sobre la encimera cerrando los ojos, seguía con sueño, como siempre- ¿Cómo es que estas tan bien vestida hoy? ¿Celebramos algo?

-María hoy voy a conocer a Alba ¿lo recuerdas? Te lo he dicho como cien veces.

-Como para no acordarse, pero ni que fuera tu novia para vestirse así -Al oír esas palabras noté como mis mejillas se calentaban y rápidamente agache la cabeza.

-Lo que tú digas rubia, me voy a la universidad- me levanté, me bebí lo que quedaba de mi café y fui a mi habitación sin darle tiempo a María a responder. Cogí las llaves de mi moto, la cartera, me puse mi cazadora de cuero, mi gorro de lana gris y mi mochila. Salí de mi habitación y salí del apartamento sin ni siquiera mirar de nuevo a María, había veces que no la soportaba. Llegué a mi moto, me puse el casco y la arranqué dirigiéndome hacia la universidad.

Al llegar allí aparqué mi motocicleta en el sitio de siempre y me baje, me quité el casco y pase mi mano por el pelo. Mientras estaba guardando el casco en la moto noté como unas manos cogían mi cuello e inconscientemente sonreí al saber quién era.

- ¿Como esta la chica más bonita de este mundo? - Me giré en sus brazos y pasé los míos por su cintura, la acerqué y le di un beso en los labios.

-No sé dímelo tú porque me parece que ese puesto lo tienes tú Alicia.

-Oh no bonita de cara, estás muy equivocada. -sonrió y me soltó el agarre del cuello para cogerme la mano- Anda morena vamos que llegamos tarde a clase. -Y nos fuimos dirigiendo hacía el aula cogidas de la mano. Al llegar a clase nos sentamos en nuestros respectivos asientos y yo saqué mi móvil, con las prisas había olvidado responder a Albi.

Yo también tengo muchas ganas de verte, después de 5 años ya es hora :) Pasa un buen día guapa nos vemos a las 5.

Siempre hablaba muy cariñosa con ella, aunque sabe que soy lesbiana no tiene ningún problema en que le llame así porque sabe que tengo novia. Al levantar la vista de mi móvil vi a mi novia mirándome con el codo apoyado sobre la mesa y el mentón apoyado sobre la mano, le sonreí.

- ¿Otra vez hablando con Alba? Parece que ella es tu novia y no yo-me dijo con el ceño fruncido. Siempre está con lo mismo, no entiende de que es mi mejor amiga y que no la he visto en persona todavía por lo que no puedo hablar con ella más que por Whatsapp.

-Otra vez no por favor Ali, ya sabes que yo te quiero solo a ti- Le fruncí el ceño hasta que su expresión se relajó.

-Está bien, te creo-se acercó a mí y me dio un corto beso en los labios ya que el profesor había llegado.

Me sentía mal por no decirle a Alicia que hoy por fin iba a conocer a Alba, pero sabía que sí se lo decía iba a montar una de sus escenas de celos y me la tendría que llevar y no quería que la primera vez que viese a Albi estuviera mi novia por ahí montando una escenita de celos.

Kilómetros [Albalia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora