¡Ahora comienza lo épico!
Maratón día 4
SUN
Acababa de poner los pies en Busan y el cansancio podía sentirse en el crujir de mi espalda y rodillas. En cuanto encendí el teléfono, un mensaje de Drogo apareció en pantalla:
Querida y hermosa Sun, deseo que sepas que te quiero más que a nada en este mundo. Estoy preocupado por ti, sabes perfectamente que odio dejarte sola frente al peligro, no porque te considero débil sino porque no quiero perderte. A veces los sentimientos son difíciles de demostrar o simplemente de expresar con palabras; tú sabes perfectamente que ese es mi gran problema. Siempre he vivido pensando que era el centro del mundo, pero cuando tu llegaste me hiciste caer de golpe y ver la realidad que no había visto en toda mi existencia.
Por favor, en cuanto sepas algo mantenme informado, prometo hacer lo mismo. Cuídate, te quiero.
Drogo.
Aquello me dejó sin palabras y sin aliento. Me sentía realmente feliz a pesar de las circunstancias que nos rodeaban. En la adversidad éramos fuertes y eso lo habíamos demostrado.No iba a fallarle, no había tiempo que perder.
Tomé un taxi para llegar cuanto antes a casa. Era necesario hablar con mi abuela lo antes posible para que pudiéramos tener el mayor margen posible y que el demonio no se apoderase por completo del cuerpo de Nicolae. No avisé a nadie de que ya estaba en casa; tenía demasiada prisa y no quería esperar más.
Cuando el taxi aparcó en la puerta de casa, mi abuela ya estaba fuera con su bastón y su sonrisa satisfecha. Ella había sentido que estaba cerca y eso no me sorprendía porque, a pesar de su apariencia frágil, ella era realmente poderosa.
Estaba segura que ella sentía que había algo importante que decirle, algo que solamente ella podría entender por el simple hecho de sentir mi energía en la distancia. Ella y yo estábamos conectadas por un vínculo irrompible; ni siquiera la muerte podría romper tal cosa y de eso estaba segura.
Cuando me acerqué con la maleta pude ver algo diferente en ella. A pesar de sonreír como siempre, tenía una palidez inusual además de que su bastón no era el mismo. La miré detenidamente, pero ella dio un golpe con aquel bastón para llamar mi atención:
- ¡No hay tiempo para preguntas, entra niña!
Ella arrastraba sus pies, pero parecía cojear ligeramente de una de las piernas. Veía que ella no estaba en la mejor de las condiciones, aunque intentara fingir delante de mí.
- ¿Y mamá? -Le pregunté mientras la seguía al interior de casa.
-Fue a comprar unas cosas que yo misma le pedí. Ahora lo importante niña.
Ella comenzó a andar con mayor rapidez en dirección a su habitación. Al entrar, vi ciertas diferencias como por ejemplo las velas encendidas, el aroma que no sabía reconocer con exactitud y ciertos libros encima de la cómoda de mi abuela. Todo ello daba un aspecto místico que no había visto nunca.
Ella cerró la puerta en cuanto entré y se descalzó sin soltar su bastón. La miraba en silencio sin saber ni siquiera por dónde empezar a preguntarle o simplemente a contarle. Ella parecía querer contarme cosas también.
Tras quitarse la bata que siempre llevaba para estar por casa, dejó al descubierto su camisón que rara vez había visto. Cuando se dio la vuelta para ir hacia su armario, una marca en su hombro derecho me hizo entrecerrar los ojos.
La voz me ella me hizo dar un respingo:
-Es la marca de nuestro linaje, somos las hijas del aliento de Dragón, un clan de brujas muy poderoso y el único que queda en pie que se conozca. Sabes dónde está nuestro pueblo de origen por lo que me contaste así que al menos esa explicación ya la encontraste tu sola.
- ¿Por qué tienes esa marca?, parece hecha de fuego, pero parece brillar dentro de la carne-Le respondí sin apartar la mirada de aquel fulgor dorado.
Ella se dio la vuelta para mirarme con una sonrisa triste. Se agachó para tomar un viejo maletín que se encontraba bajo el escritorio y que nunca había visto o al menos no recordaba. Lo puso sobre la cama y lo abrió mostrándome su interior.
-Esta marca que llevo tu no la tienes por una razón. Me siento realmente afligida por haberte mentido querida, pero temía que estuvieras en peligro. Te he enseñado a defenderte, pero no te he enseñado la magia real de nuestra familia, tan solo algunos trucos por si alguna vez tuvieras que escapar de un peligro. No lo hice porque, en el momento que te instruyas, esa marca aparecerá en tu piel y serás el foco de cualquier enemigo te guste o no.
-No...no entiendo...-Balbuceé intentando asimilarlo. Entonces ella sacó del maletín una de las varitas de madera que recordaba haber usado para canalizar la magia que brotaba de mi cuerpo. Ella respiró profundamente:
-Yo...yo hice esta varita, pero no tomé la madera de los árboles de nuestro pueblo sino los de los alrededores de nuestra casa. Si lo hubiera hecho con la madera del pueblo de las brujas, la magia que brotaba de aquel lugar te hubiera hecho la marca, pero por el momento no quise que estuvieras desprotegida hasta que estuvieras preparada y sé que ahora lo estás.
Ella volvió al armario y sacó un trozo de tela atado con una cuerda. Al desenliarlo, una varita completamente igual apareció ante mis ojos con la diferencia que dentro de ella parecía brillar algo semejante a lo que mi abuela llevaba marcado a la espalda.
Al ponerla frente a mí ella me dijo:
-A partir de ahora, tú eres Sun Delilah Ji, hija del clan Aliento de Dragón, portadora de nuestra sabiduría y nuestra esperanza. Eres tú la que portará la siguiente marca y la que, a partir de ahora, mirará al mal a los ojos. Acepta tu linaje porque ahora yo te dejo mi testigo a ti, mi querida nieta.
Ella se arrodilló extendiendo aquella varita ante mí como una ofrenda. Mi corazón golpeaba mi pecho con violencia al ver a mi abuela hablando con tanto orgullo y solemnidad. Tomé lo que me ofrecía con sumo cuidado y ella se puso en pie con lágrimas en los ojos. Sus manos se colocaron sobre mis hombros y me dijo:
-Sabes que la otra varita es para tu hermana, ¿verdad?, sabes que hay que contarle lo que ella es porque ambas estáis en el mismo bando. Las viejas generaciones siempre deben dejar el hueco para las que vienen tras de nosotras. Hay que dejar que el aire fresco sople dentro de la habitación para que traiga nuevas fragancias, así ha de ser querida. Ambas sois la nueva fragancia de esta habitación y las que cumpliréis con el deber de nuestra familia.
Y entonces, mi abuela alzó la mano y una capa de color negro apareció de la nada.
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Sakura No Kensaru(Is It Love?Drogo|Parte II)
FanfictionMi llegada a Mistery Spell supuso encontrarme conmigo misma y con una parte de mi familia que desconocía. Lo que no tenía previsto era toparme con la que ahora consideraba parte de mi familia y mucho menos saber que tanto ellos como yo no éramos sim...