Todo comenzó una mañana de invierno como siempre y en todo lugar, caminé hacía mi cama y me detuve pues me quedé pensando en que haría ese día.
Tenía que ir a unas clases que había pedido e insistido mucho a mi madre al inicio porque quería dejar el aburrimiento pero pronto tan sólo en dos semanas perdí el interés, pero bueno no es de sorprenderse ya que siempre pierdo el interés fácilmente hasta ahora no hay nada que me llene de emoción cada día y que no se me haga agotador, incluso la vida es parte de las cosas a las que les perdí interés.
Yo quería encontrar algo que me sacara de todo lo normal quería ser diferente pero al mismo tiempo igual, y es que ya me había cansado de todo incluso del llamado calentamiento global.
Mi madre y mis hermanas no mostraban interés alguno en lo que hacía pero me decían sus sueños y cosas por hacer yo al no tener interés en nada ni en la vida misma me decidía a seguir esos sueños, si me decían haz esto lo hacía pero ya no quería seguir así quería tener una propia historia, una familia por mi cuenta.
Y bueno los meses siguieron mis ganas de vivir se iban poco a poco pero a la vez aún tenía una razón por la cuál seguir, la esperanza de algún día encontrar algo que me diera esas ganas de protegerlo a toda costa de dar mi vida por ello.
Hasta que llegó el día en el que todo cambio, era junio y yo seguía inmersa en mis pensamientos, cada día sintiendo menos empatía por la gente.
Pues realmente nada es real ni mis amigos ni familiares todos son una sola existencia que recrea su entorno e imagina a los demás y así es mi realidad no tengo porqué sentirme mal por ellos.
En ese momento tocaron mi puerta y deslizaron una carta por debajo de la puerta, me quedé observando esa carta con un sobre antiguo, y sellada con cera negra.
En el sello había un dibujo un poco ilegible sólo se podía apreciar un dibujo de alas que rodeaban a la figura de lo que parecía ser un zorro, alrededor de las alas se veían unas pequeñas figuras que decidí interpretar como hojas de laurel o rocío.Me decidí a abrirla por uno de los lados con unas tijeras para no romper ese sello que me pareció hermoso y con cuidado saqué la carta que estaba adentro y comencé a leer el texto:
"Felicidades eres la persona elegida para llevar a cabo una aventura legendaria, si aceptas está gran oferta podrás ingresar a la mejor escuela y también se les dará dinero a tus padres o familiares.
Para aceptar tan sólo debes de firmar en la parte de abajo, escribir tu nombre, edad y fecha del día que lo estás haciendo y en el recuadro blanco debes de colorearlo con tu sangre y al finalizar debes de colocarlo en un sobre y dejarlo a las 5 pm en la estatua del monumento a la madre del Zócalo, solamente será válido si todo lo anterior lo haces el mismo día.
Tienes hasta el 13 de junio del 2015"
Debajo de esas palabras se encontraba el recuadro antes mencionado y a lado unos espacios que decían nombre, fecha y edad.
Primero pensé que era una broma pero después me di cuenta de que era y no era una broma al mismo tiempo, entonces me dispuse a completar todo lo de la carta pues aún eran las 4 pm y mi mamá llegaría hasta las 6 así que tenía tiempo de por primera vez hacer algo por mi cuenta.
Mi corazón latía tan rápido que sentía que se escuchaba en todos lados pero la adrenalina y la intriga me hicieron seguir adelante, ésta sería la primera vez que saldría de casa sin permiso y peor aún a seguirle el juego probablemente a alguna clase de psicópata.
Rápidamente puse mi nombre Alejandra Paredes, mi edad 14, y la fecha de ese día que justo era mi cumpleaños el 7 de junio del 2015 y para la parte de la sangre me fui por el camino fácil usé una de las lancetas que mi mamá usaba para tomarle la glucosa a mi abuelita y con ella me pinché el dedo, mientras salía mi sangre carmesí y recorría mi dedo seguía moviendo la lanceta de un lado al otro para impedir que el flujo de sangre se detuviera y llenará éste recuadro.
Una vez finalizado todo, tomé mis llaves y dinero que tenía guardado para el camión del día de mañana y salí corriendo de mi casa aún con el uniforme de mi escuela secundaria en la que había pasado un tan sólo un año y en el que esperé me fuera mejor que el anterior, y de lo único que me arrepentia ese año era de haber cambiado a mis amigas por otras sólo para no quedarme sola...
Mientras iba recordando esto en el camión me sobresalte al ver que ya estaba por la estatua de Colón a casi nada del monumento a la madre, bajé en la gasolinera de la glorieta siguiente y caminé hasta el monumento a la madre en dónde esperaría 10 minutos sentada debajo de un árbol para que me dieran las 5 y dejará la carta mientras en ese tiempo seguía recordando mi secundaria y el porque me había cambiado de escuela. Aún recordaba tan fresco como si hubiera sido ayer, mi primer año de secundaria en el que intentaría acoplarme con los demás pero no lo lograría ya que me decían que nunca podía separar la realidad de la fantasía, ¿pero si todos estamos en nuestra propia realidad que es lo que les garantiza que la mía era mentira? Aún así recordaba cómo las personas que en ese momento creí eran mis amigos me apuñalaban en la espalda y el cómo me quitarían a uno de los que serían mis más queridos maestros Strazzulla un maestro italiano que casualmente enseñaba Inglés, que me haría ver la vida de una forma diferente y todo a su alrededor aún más.
Dieron las 5 pm y deje la carta en el pie del monumento, me fui caminando a mi casa cuando de repente al cruzar una de las esquinas unos hombres me agarraron de los brazos y me inyectaron una sustancia extraña, empecé a ver todo borroso y por más que gritaba mi voz no se escuchaba, pronto todo se oscurecía.
En ese instante vi a mi más preciada persona alejarse de mí, me decía algo y luego corría pero lo más extraño es que no lo conocía sólo sabía que era la persona en la que más podía confiar, él tenía un aspecto extraño, cabello plateado, unos ojos que consideraba increíblemente hermosos uno dorado, otro plateado y la pupila como de gato, vestía un traje blanco con corbata a rayas y zapatos negros, a juego llevaba un sombrero.
Con esa vestimenta sólo podía pensar en Michael Jackson pero su piel blanca y cabello me hacía imaginar que así eran los Ángeles.
Me llamaba y me decía "nos volvemos a ver " y mencionaba un nombre que no alcancé a entender.
Pasó un tiempo ¿y por qué lo sabía?.
Porque se veía que había oscurecido y tenía un dolor en la cabeza tan grande como si me hubiera pegado contra un muro, estaba sentada en lo que era un Jetta gris 2014 y al frente conducían dos señores vestidos de negro.
Ibamos en lo que parecía una carretera, mi celular no aparecía por ningún lado, si eso era un secuestro era mejor permanecer sentada sin decir nada para no causar problemas.
Me decidí a observar el paisaje que me ofrecía la carretera, unos hermosos árboles y unas preciosas colinas azul rey se veían desde mi ventana.
La noche era espesa y al poco tiempo empezó a hacer mucho frío, comenzó a esparcirse una niebla en todo el paisaje y debido al frío estornude, en ese momento me voltearon a ver estos hombres tan extraños y dijeron:
-¿tiene frío señorita?
No se preocupe que pronto llegaremos, mientras tanto tome mi abrigo.
Acepte gustosamente la oferta del abrigo pero no dije nada, al taparme con él me di cuenta de que desprendía un olor tan agradable y conocido para mí que me quedé dormida en ese instante.
Pasado un rato supuse que habría sido una hora o más. Me desperté debido a que el carro estaba cruzando por un montón de baches que hacían que el carro se agitara, íbamos subiendo una colina hasta que por fin el carro se detuvo en frente de lo que parecía una casa abandonada, la fachada era de puro ladrillo y se podía ver el cemento que mantenía la casa junta entre cada ladrillo, tenía espacio para ventanas pero estaban vacías, parecía que la casa estaba planeada para ser muy grande ya que tenía 2 pisos y un tercero que fue dejado en construcción o algo parecido porque incluso podría atreverme a decir que eso había sido destruido por algo enorme. Pues no parecía exactamente a punto de ser acabado, más bien pareciera que los ladrillos de ese lado habían sido mordidos. Algunos tenían marcas de rasguños, me pregunto ¿qué las habrá causado? Tal vez un dragón o quizá un oso gigante... No, lo más probable es que la máquina que usaban para construir se descompuso y causó tal avería.
Me guiaron por el interior de éste inmenso lugar hasta dónde se encontraba un anciano el cual cubría su cabeza con una capa de color verde grisáceo casi olivo, al verme dijo con una voz gruesa, madura que expresaba sabiduría y que daba la impresión de que a pesar de que lo que te dijera fuera incongruente todo sería verdad.
-Al fin llegas llevo una eternidad esperando, y veo que aceptaste la oferta ¿cierto?
Bueno comencemos con esto antes de que sea más tarde.
Vamos K ven, acércate y ayúdame con esto.
En ese momento una voz de lo que yo diría que era una mujer se escuchó desde el otro lado de la sala.
-Vamos ¿a penas está llegando?
Qué flojera ayudarte con este complicado trabajo. ¿Me podrías repetir por qué aceptamos este trabajo?
En eso el hombre respondió
-Déjate ya de tonterías y ven, esto no se acabará solo.
Entonces una mujer igual con el rostro tapado pero que claramente sería una joven de 20 años se acercó al viejo mientras suspiraba y junto con el recitaron unas palabras en lo que yo creí era otro idioma y así acercaron una copa de color cobre a mi y me dieron un extraño líquido para tomar.
Pronto me dejaron en medio de la habitación y siguieron cantando de repente un círculo plateado apareció y uno dorado encima de él, y con ambos colores se dibujaban unas especies de runas y al centro un tigre y un zorro en una especie de ying - yang dorada y plateada.
Al finalizar el cántico se comenzaron a mover en círculos tanto el tigre como el zorro, y salieron de la segunda dimensión hasta la tercera en dónde se empezarían a corretear mutuamente en la orilla de éste círculo y empezarían a ir más rápido pero para mi más lento, todo mi alrededor desaparecería y sólo quedarían a la vista éstos animales corriendo a mi alrededor y la estela de luz que dejaban a su paso, pronto los animales comenzaron a bajar la velocidad hasta que se detuvieran completamente y regresaran al círculo del suelo.
Para mi sorpresa no sabía en dónde estaba ya que no podía ver nada, todo a mi alrededor era negro y sólo veía los colores reflejados en mis párpados pero tenía una sensación como de estar en una piscina de agua tibia, me hacía sentir segura y cómoda tanto que olvidaría pensar y me quedaría dormida.