« niall »
Pierdo de vista a Diane entre la multitud y después de unos segundos la veo pasar en el interior de un taxi. No me mira, pero me arriesgo a predecir que ella está pensando en todo lo que ocurrió de manera tan precipitada. Melissa me matará cuando se entere de que probablemente eché todo a perder. Me llevo las manos a la cabeza y tiro de mi cabello en señal de desesperación.
No se suponía que debía soltar todo tan precipitadamente, aunque, creo que a ella le ha pasado lo mismo y justo por este descuido he descubierto algo importante que puede ayudar en mis planes.
Diane aun me quiere.
(...)
— ¿Esa chica por la que me abandonaste temprano es la famosa Diane Fray? —cuestiona Melissa al verme entrar a mi apartamento. Se suponía que ella recogería las pocas pertenencias que quedaban de ella y se marcharía con su novio. Pongo los ojos en blanco pero sonrío a pesar de que ella sigue hallando la manera para entrar en mi departamento cuando le da la gana.
—De hecho, sí, lo era. —comento encogiéndome de hombros y caminando hacia la cocina. Escucho como Melissa bufa al no ir hacia ella como lo deseaba y en cuestión de segundos ella está sentada sobre la barra de la cocina. Agita sus piernas y las levanta con fuerza cada vez que paso a un lado de ella para golpearme a propósito. —Deja de hacer eso. —exploto cuando su pie golpea con fuerza mi trasero. Melissa ríe.
—Me gustaría decir que lo siento, pero no es así. —dice, yo bufo y continúo moviéndome por la cocina mientras me preparo un sándwich. —Así que... ¿Por qué huiste de esa manera y no regresaste? —inquiere. No respondo y le doy una mordida a mi sándwich. —Vamos Niall, puedes contarme. Al fin y al cabo te estoy ayudando a planea.... ¿Qué hiciste Horan? —ella de repente dice con seriedad y claro, culpándome.
Dios, ¿Qué le sucede a esta mujer?, ¿tiene algún micrófono o cámara detrás de mí?, ¿es un súper poder de embarazadas?
—Nada. —suelto inocentemente y muerdo mi sándwich fingiendo casualidad. — ¿Qué tendría que haber hecho? —digo con la boca llena, a propósito abriéndola más de lo normal.
—Ugh, deja de ser tan asqueroso por favor. Eres como un adolescente que no ha crecido. —frunce los labios y se queda en silencio. Yo disfruto el silencio y termino mi merienda tranquilamente.
Algo llega a mi mente y dejo de hacer lo que estaba haciendo para mirar a Melissa con mi semblante serio, ella se percata de la manera en que la observo y comienza a encogerse.
— ¿Acaso me seguiste, Melissa Sherman? —inquiero levantando una ceja hacia ella. Melissa evita mi mirada y después de un segundo suelta una gran cantidad de aire. Melissa me mira pasmada.
— ¿Qué?, ¿me crees ese tipo de personas? —Se defiende. Y no respondo, dándole una mirada sarcástica llena de: "no, como crees que pensaría eso de ti.". — ¡Esta bien, lo haces!, ¿y qué querías?, ¿deseabas que realmente te siguiera como una furia porque me dejaste plantada en medio de nuestra comida?, já. Te quiero, pero eres odioso en ocasiones. —exclama alzando los brazos y bajándose de la barra para salir de la cocina. La sigo porque tengo la intención de molestarla un poco más, no por el hecho de que me dijera que soy odioso. Observo cómo se sienta en el sofá de brazos cruzados como si se tratase de una niña regañada, me río por lo bajo. — ¡No te rías!
—Lo siento. —lo que realmente sucede es que estoy algo nervioso y he comenzado a reírme un poco. — ¿Qué? —Ahora es ella la que me observa con un semblante serio. Conozco lo que eso significa, trata de leerme.
—Interesante. —murmura y se pone de pie. — ¿Me vas a decir entonces que no conversaron y se echaron en cara algunas cosas?
—Neh. —respondo encogiéndome de hombros. Melissa se acerca a mí y respiro hondo. A veces ella es demasiado atemorizante.
—Bien. —dice después de unos minutos mirándome fijamente. —La próxima vez trata de llevar una conversación como esa donde no esté alguien que te conozca. —comenta alejándose de mí y dirigiéndose a la puerta principal.
—Espera, ¿Qué? —estoy confundido. El bar estaba vacío, al menos, no había nadie que conociera allí. Melissa se gira hacia mí con una sonrisa burlona en su rostro. Entonces caigo en cuenta. —Ah.
—Sí, ah. Has caído Horan y me dices todo en este instante. —Grandioso, la Melissa Sherman mandona ha vuelto.
Así que suelto una profunda bocanada de aire y me despejo de cualquier otro pensamiento para comenzar a relatarle todo lo que sucedió.
— ¿Tienes idea de que echaste a perder todo en cuestión de minutos? —pregunta, cuando yo termino de platicarle lo sucedido. Creo que es la enésima vez que lo hace ella y me siento aburrido porque mi conciencia no deja de repetírmelo. Recargo mi cabeza contra el cojín y observo el techo durante unos segundos. Es blanco y aburrido. Blah.
— ¿Por lo menos puedo obtener algo de beber? —espeto.
—Nada de alcohol. —ordena Melissa mientras me pongo de pie y me dirijo a mi mini-bar.
— No eres mi jefa. —murmuro buscando algo. Al final me decido por una simple lata de Coca-Cola. Ella ha ganado dos puntos este día y su sonrisa arrogante me demuestra que piensa lo mismo que yo. — ¿Qué voy a hacer ahora? —pregunto con pesar.
Melissa me da una mirada de "Dímelo ahora, tú. Genio." Que después se transforma en una de lastima.
—Gánala de nuevo. Conquístala, ten detalles pequeños pero significativos. Estoy segura de que, si ella sigue queriéndote, no será complicado obtener su corazón de nuevo. —comienza a enunciar y siento que me duele la cabeza.
—Mierda romántica de adolescentes. Que original. —comento escéptico y ella asiente. A la mente me vienen ideas que pude utilizar cuando era adolescente, cuando Diane y yo comenzamos a salir y miles de cosas ridículamente empalagosas llegaban a mi mente con facilidad. Bebo algo de refresco y también me llegan a la mente los conflictos que tuvimos. Todos ridículos en ese entonces, todos ridículos ahora. Es como si viviera dentro de flashbacks y deja vú's. De pronto no quiero hacer nada por arreglarlo. Temo que, tarde o temprano alguno de los dos echará todo a perder, como siempre y probablemente sea yo quien inicie. Suspiro. — ¿Por dónde empiezo? — pido ayuda a Melissa quien comienza a negar rápidamente. — ¿Qué?, ¿no piensas darme un poco de ayuda? ¿Acaso no fuiste tú quién comenzó a meterme todas estas ideas de que podía tener a Diane a mi lado si me esforzaba en ello?
—Lo hice, pero no. Ese es tu castigo por ser tan tonto hoy. Pon esa cabeza talentosa a trabajar. — toca mi frente con su dedo índice y se pone de pie. —Tengo una cita con Brad. Llámame cuando arregles algo... o cuando jodas todo de una vez por todas.
Después de eso me quedo solo en el departamento.
Cosas empalagosas y románticas que las chicas aman.
¿No puede haber alguien que haya hecho esa pregunta en Yahoo Answers que pueda ayudarme?