THE SINGER

━PRÓLOGO

¡El famoso cantante Thomas Gallagher vendrá a Toronto luego de debutar en los premios Grammys 2019!

Medios afirman que el cantante canadiense vendrá en un tour promocional de su álbum titulado Roses on your eyes ha ganado diversos premios como los MTV Video Music Awards, donde ganó Youth como mejor video. Además, se llevó un billboard el presente año por el mismo álbum.

Sin duda alguna el cantante está arrasando con todo.

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Phoebe Rose no se caracterizaba por ser una adulta precisamente feliz. En su vida habían pasado demasiadas tragedias como para ser contadas en un sólo libro, pero intentaremos contar la versión reducida.

Comencemos por el cambio de casa desde Ottawa a Toronto, en donde la separaron de su mejor amigo: Thomas Gallagher.

Al ser una época donde los chicos no pueden ocupar tecnología, no pudieron contactarse nunca más.

Luego, tres años después, su madre fue diagnosticada de VIH, en donde ella accidentalmente contagió también a su padre. Los exámenes se los había hecho un mes luego, cuando los síntomas del VIH se hicieron más presentes. Su madre nunca se había imaginado contraer aquella enfermedad pero, ¿qué esperar cuando a la primera pelea te fuiste a un bar y te acostaste con el primer sujeto que viste?

Nada bueno.

Apenas se enteró, su padre se mudó donde su hermana Stella. Y Phoebe se quedó con su madre.

Ambos murieron cuatro años antes de que ella se graduara como Asistente Forense especializada en Criminología. Sin embargo, su tía la ayudó en lo que pudo. La universidad la tenía becada, así que no le fue tan difícil.

Y ahora, ella trabajaba para la Policía Central de Toronto. Vivía en un departamento a dos cuadras de su trabajo y hacía su vida diaria.

Aunque, a decir verdad, todo era tan monótono en la vida de Phoebe. No tenía amigos, ni novio. Su única "amiga" era su prima Alice, hija de Stella.

En su vida tuvo sólo dos novios: Miles Hangin y Shawn Peterson. Ambos fueron buenos chicos; pero ellos querían formar una familia, casarse y dar el gran paso de mudarse juntos. Y eso no era lo que Phoebe quería.

Phoebe, desde que vivía en Toronto, nunca fue capaz de ver a los chicos como algo más que eso: unos chicos.

Ella nunca pudo sacar de su mente a Thomas, ni aunque lo intentara. No sabía si había crecido, cambiado, madurado o lo que sea. No sabía absolutamente nada de él.

Y honestamente, para ella eso le resultó bien hasta el día de hoy.