1. Devil Trigger

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N E R O

Al igual que Dante, usé hasta mi última oportunidad para seguir adelante.

. . . 

4 años pasaron desde que lo conocí. Decididos a dedicar nuestras vidas cazando demonios, nos dividimos para controlar más las plagas demoníacas.

Me mudé a Ciudad Fortuna junto a Kyrie y Dante quedó en su tienda. Con el dinero que acumulé a lo largo del tiempo, pude conseguir una casa decente, donde Kyrie comenzó a cuidar de niños huérfanos para así, al igual como hizo conmigo, hacerlos sentir queridos y en una familia.

Les enseñé a protegerse y  distinguir demonios, mientras ella les dio todo el amor de una madre. No obstante, aunque los menores no lo creían, dormíamos en piezas separadas, y no éramos pareja.

Me juntaba con Dante un par de días a la semana para pasar el rato o hacer una misión juntos. Hubieron veces donde las palabras no quisieron salir, pero aun así nuestra mutua compañía fue suficiente.

Muchas veces quisimos tener relaciones, pero no pudimos. Cada vez que Dante me quitaba la ropa, quedaba viendo al vacío e inventaba cualquier excusa para irse y evitar la incómoda atmósfera.

- No eres tú. Tan sólo... dame algo de tiempo.

Le di todo el tiempo del mundo. 3 años pasaron con la misma justificación, y no me molesté en discutirle más. Una vez terminamos por eso, pero no duramos mucho tiempo distanciados. Cada vez que sentíamos que la relación se debilitaba, decíamos la misma frase para calmar nuestras inquietudes:

- Hasta que el fin del mundo nos separe, ¿no? 

. . .

Lamentablemente, esa frase no era un conjuro. Por mucho que la hayamos repetido en los últimos meses, la relación a distancia comenzó a dejar grandes vacíos entre ambos. Cada uno tenía su vida... Y personas que cuidar.

Cada vez nos fuimos viendo menos, debido a que él siempre estaba metido en misiones donde no le pagaban o simplemente Lady le drenaba todo lo obtenido.

- La tienda está para la reverenda mierda. Nuevamente me cortaron la luz los muy hijos de puta.

- ¿Tan jodido estás?

- Me alcanza para pagar el arriendo del local, pero valgo mierda para pagar las demás cuentas.

- Puedo darte algo de dinero.

- ¿Me viste cara de pordiosero?

- Con esa barba, me cuesta decirte que no.

- Por lo menos no me cortan el cabello en contra de mi voluntad.

- Yo igual quise cortarme los mechones. Que Kyrie me lo haya cortado... Olvídalo.

Las últimas conversaciones casuales que tuve con él siempre terminaron nombrando a Kyrie, cambiando su estado de ánimo y acortando el tiempo juntos. 

Intenté prolongar nuestro tiempo, le dije que lo quería aun cuando él dejó de decírmelo hace un par de años, pero aún así...

Shall Never Surrender [Parte II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora