La historia de una adolescente suicida

La vida de una adolescente suicida

- ¡Ya estoy harta de toda esa mierda! -me grito mi madre dandome una cachetada. Lo habia hecho de nuevo, me habia cortado; mi madre vio los cortes, era la quinta vez que lo hacia y la verdas me dolio mas la cachetada de mi madre que los cortes, no porque me pego fuerte -cosa que si hizo- sino porque mi propia madre me golpeo, es decir, siempre pense que podria refugiarme en ella, pero esta vez no, y la verdad solo me hizo salir corriendo de la casa, corria y corria hasta no sentir las piernas. Cuando quiero acordarme ya me doy cuenta que estaba en la playa, era mi lugar favorito porque a estas horas nunca habia nadie, me sente en en la arena y cerre los ojos. Una hora, dos horas o las que sean, no me importaba, estaba yo en mi mundo. Escucho unos pasos, no quiero mirar,tengo miedo y mi cuerpo tiembla. Escucho una voz.

- ¿Hola? -giro la cabeza despacio y lo miro, un chico un poco mas alto que yo, supuce. Ojos oscuros. Tenia el pelo un poco corto pero su fleco apenas le tapaba un poco el ojo. Parecia tener buen fisico por lo que llegue a ver

-Hola -dije de forma seca y el hizo media sonrisa, parecia mas una mueca torcida, me levante del suelo, me limpie la arena y lo mire- ¿Qué pasa?

- Nada, solo me parece raro ver a una chica linda en medio de la noche sentada en la playa -senti mis mejillas arder, las infle y me cruce de brazos arqueando una ceja-

- Ajá -me encamide de nuevo a mi casa, siento como me toman del brazo, dejo salir un pesado suspiro y lo miro- ¿Ahora qué?

- No dejare que te vayas sola, te acompaño -me dice regalandome una sonrisa. Vaya que si era linda su sonrisa; pero yo me tenia prohibido enamorarme. Desde la ultima vez no quiero saber nada con hombres-

- No gracias, estoy bien así. Ademas,eres un completo desconocido y no confio en los hombres -me solte de su agarre, empece a caminar rapido, escuchaba sus pasos detras de mi, camine mas rapido, tratando de alejarme, quizas era un violador o algo. Logre llegar a casa, lo vi saludarme con la mano, suspire y le devolvi el saludo. Debia agradecerle, la verdad es que tenia miedo de volver sola-

- ¿Ya estan todos dormidos? -dije en un susurro, espere unos segundos; nada, sonrei para mis adentros, camine lo mas silenciosamente posible y entre en mi cuarto, cerre con llave y tome mi navaja... Corte, una, dos, tres, cinco, diez, veinte. Suspire,