How deep is your love - Calvin Harris.
¿Saben? Desde que tengo memoria he tenido tan buena suerte para conseguir novios que, ufff, me llueven. Espero que se note el sarcasmo en mis palabras.
A veces pienso que no estoy destinada a conocer el magnífico "verdadero amor", como suelen presentarlo en las películas —como por ejemplo las de Disney—, obras de teatro, libros y series. En todo básicamente. Aquello creado con el propósito de revolucionar la vida del ser humano, que incluso puedes llegar al punto en el que creas una relación imaginaria en tu cabeza. Es divertido hasta que la realidad te da una cachetada y te recuerda que nada de lo que visualizas en tu mente es verdadero.
Que tragedia es esa, lo sé.
Bueno, tampoco quiero que crean que estoy loca por crear relaciones románticas en mi cabeza. He intentado darme una oportunidad en el amor, pero de alguna u otra manera, las cosas no salen bien. ¿La principal razón? Porque soy bastante cerrada a ello. Es como mencionar una célula cancerígena: si infecta a las demás células, será difícil —si no es que imposible— derrocarlo. ¿Ventajas de que relativamente el amor no sea una célula cancerígena? No es potencialmente mortal. Después de que te destrozan el corazón, puedes sobrevivir. Lo digo con base a la experiencia de mis hermanos y mejores amigos.
—Oye, babosa, ¿qué no me escuchas? —gruñe mi mejor amiga, considerada hermana, Rebecca.
—Perdón. ¿Qué pasó? —Tan sumergida estoy en mis pensamientos que ni siquiera me he percatado de cuándo ha traspasado la puerta de mi recámara.
—Una ballena volando, idiota.
Como pueden ver, Rebecca es una niña de cinco años en el cuerpo de una mujer de veintitrés... al igual que yo. A pesar de que somos hijas de diferentes madres, nos comportamos como si fuéramos gemelas. Cabe mencionar que Rebecca sería la hermana desmadrosa y yo la hermana relajada.
—Ya dime. ¿Qué pasó? —vuelvo a inquirir.
—Una mosca —se ahoga en sus propias risas, lo cual no me sorprende si ella misma es quien se aplaude por sus malos chistes.
—¡Deja de ser tan mensa y dime! —me quejo.
—Ya pues —respira hondo y suelta el aire. Tipo Sharpay de High School Musical—, ¡te tengo una sorpresa! —aplaude, soltando uno que otro chillido de emoción—. Vamos a ir al antro porque va a tocar Calvin Harris.
¿Dijo Calvin Harris? ¿Eso acaba de decir, cierto?
Pateo las sábanas de flores con mis pies y me paro sobre la cama, conteniendo la calma para no ponerme a gritar. No aún. Primero debo afirmar que sí dijo: ''vamos a ir al antro porque va a tocar Calvin Harris''.
ESTÁS LEYENDO
Mientras Me Busques (1º) ©
RomanceDos personas. Dos mundos opuestos. Una relación falsa. Una noche de fiesta ha bastado para dar un giro impredecible en la vida de Nicole Carson y Maximiliano Dimitriou, una estudiante universitaria y un magnate hotelero. Uno nunca se ha enamorado y...