Kath
Creo que todos ubican a la típica chica que no tiene vida social, que saca puros 10, que está limitada a todo tipo de salida si no les inspira confianza a sus padres, a esa que suele ser reservada por miedo a ser tachada de descarada. A la que a nadie le importa, pero cualquier paso en falso es la burla de todos o inclusive victoria para otros por haberle ganado. A la que nadie le habla si no es por algún beneficio propio.
Bueno.
Déjenme decirles que ni más ni menos, esa chica soy yo.
Suena tan patético que me da lástima ver lo que realmente soy.
Pero después de 13 años viviendo lo mismo, uno mismo se acostumbra a ese tipo de trato aunque no lo quiera.
Como quisiera poder detener el tiempo para irme a dormir el tiempo que quisiera y tener el tiempo ocio que necesitara para olvidarme de todo lo que soy y así poder armarme de ganas para seguir con mi vida patética. La cual consta de levantarme desde 2 horas antes de la hora de entrada al instituto, arreglarme hasta quedar conforme con lo que veo a través del espejo, desayunar, tomar algo para comer en el transcurso de las clases y salir a tomar el camión el cual me deja en la esquina del instituto en el que curso mi bachillerato.
Estudio 7 horas diarias, con algunos descansos pero hasta ahí, todo lo demás es estudio, estudio y estudio. Nada fuera de lo común. Tengo dos amigas que vienen de la misma colonia que yo. Desde que entramos al bachiller nos juntamos, así que a estas alturas del semestre ya nos llevamos demasiado bien.
Al término de clases nos vamos juntas a la parada que nos queda a 5 cuadras del instituto. Platicamos y reímos en el transcurso. Yo soy la primera en bajar del camión para dirigirme a mi casa. De ahí llego, saludo a mi familia, comemos juntos, me subo a hacer mis tareas y deberes para finalmente bajar, cenar, darme una ducha, preparar mis cosas del día siguiente e irme a dormir.
Es taaaan rutinario y sin vida mí día a día que ganas no me han faltado para acabar conmigo más de una vez. Pero para mí desgracia soy demasiado cobarde como para herirme, ahora imagínense para quitarme la vida. Imposible. Hasta por eso me odio.
Es como si alguien se pusiera a discutir con mi cerebro de que es "realmente estúpido lo que quiero hacer", que si "no tengo al mejor que hacer", "que deje el dramatismo y empiece la acción".
A veces asusta ese tipo de conversaciones que tengo conmigo misma. Es como si no fuese solo yo la que habla conmigo.
Pero después pienso.
"No existe nadie a quien realmente le importe y tenga esta capacidad telepática de hablar y persuadirme de no hacer alguna locura"... ¿o sí?
Ay no, de solo pensar todas esas posibles hipótesis me da un dolor de cabeza tan grande que prefiero dejarlo estar para no empeorar mi estado.
Y así he vivido durante los últimos años.
Hoy como un día común y corriente tomamos el camión para regresar a nuestras casas, pero con una diferencia, en específico una persona, un chico. Él está parado a pocos pasos de mí, sumergido en la música que parece que va a reventarle los tímpanos, mirando a la nada a través de la ventana del autobús.
Nunca lo había visto, y me sorprende que ni siquiera lo ubique de algún lado ya que esta en este camión el cual es exclusivo de la colonia en la que vivo y para acabar de confundirme porta el uniforme del instituto en el que estudio.
"Esto si es raro"
Mi cerebro está a mil por hora tratando de buscar donde vive y cómo es posible que no lo haya visto antes. Y sin más me rindo y decido preguntarle a Gaby, una de mis amigas si ella lo conoce.
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MI ÁNGEL DE LA GUARDA--[Alejandra Rey]- ¿Has Visto Tu Ángel De La Guarda?🍷
Romantizm¿Alguna vez has visto tu ángel de la guarda? ¿No? ¿Cómo te lo imaginas? Bueno, protector, con sentimientos, bondadoso. ¿Tal y como lo pinta la humanidad? Ahh... Pues lamento decirte que no son nada parecidos a cómo te lo imaginas. No tienen ni una...