Prólogo

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Jamás pensé en mis diecisiete años que llegaría a gustarme el chico más popular, egocéntrico y caliente del instituto.

Mi historia es sencilla y complicada a la vez... Soy Luna Wilk y estoy enamorada de mi crush Tom Brownson. Aunque... no soy la única.

Llevo más de cinco años enamorada de mi crush, ese amor platónico que hace que mi corazón palpite con fuerza y que mis mejillas se tornen de un color rosado demasiado notorio, cada vez que lo veo caminar hacia mi.

Vale... eso suena a una romántica obsesión.

A mis siete años mi sueño era casarme con un principe y vivir en un enorme castillo con un bonito ponny que cuide la entrada del hogar. A mis doce años maduré y mi sueño era viajar a Disney. Pero hoy a mis diecisiete años mi sueño no es tener un automovil, ser independiente o cualquier cosa que deseara un joven de mi edad.

¡No! Mi sueño es mucho más patetico y rídiculo de todo lo anterior que dije. Cuando vi por primera vez al guapo de Tom, me sacrifique a tomar la decision de morir y renacer una y mil veces con tan solo poder probar esos labios carnosos y deseables que posee.

Cada vez que lo veo, en mi interior estoy gritando... "¡Tom Brownson, besame!"

Pero no es sencillo, al menos teniendo en cuenta que mi crush no sabe de mi existencia. Y eso se lo debo a mi personalidad; callada, reservada, tímida y un poco insegura en algunas ocasiones. Realmente es complicado conquistar a un chico siendo invisible ante sus ojos.

Todo problema tiene una solución y esta vez... no es la excepción.

A partir de hoy empieza el plan Brownson.
Veintinueve cartas serán escritas anonimamente y enviadas a su casillero cada día del instituto. Cantidad suficiente para los pocos meses que quedan para el baile de graduación. Allí, él se dará cuenta de quien verdaderamente soy, allí finalmente sabrá la verdad.

Solo les digo algo... esta no es la clasica historia de un amor cliché. No soy la chica nerd, no soy invisible, no soy molestada por zorras del instituto, no soy usada para hacer tareas y mucho menos soy la chica de las notas altas.

No, esa claramente no soy yo.

No soy chica de plan B, ni de plan Z. Contradictoriamente solo soy chica de un solo plan A. Eso quiere decir que si mi plan A falla, todo en lo creía, deseaba y soñaba falla también.

Y a eso... le llamo tomar riesgos.

Querido Crush, ¡Besame!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora