El Placer De Ser SOMETIDO (Yaoi)

~3~

-Aah~- gemia aturdido al sentir como ese hombre volvía a llenar su interior con su miembro,golpeando lo mas profundo que llegaba dentro de el.

Estaba mareado,muy mareado. No entendía en que momento había acabado en esa situacion,solo sabia que lo estaban cogiendo, con la cara apoyada en el frío piso de la sala y aun estaba desnudo.

Las "pastillas de felicidad"  lo ayudaban a no pensar mas en irse de la mansion,en esos sueños locos de salir afuera; también lo hacían aumentar su apetito sexual y hacían mas placenteros los encuentros. Lo hacían dejar de preocuparse... pero lo mareaban.

Lo abrumaban de tal forma que mentalmente entraba en pánico. El no saber donde estaba o que pasaba lo hacían querer llorar o esconderse.

Pero su cuerpo no reaccionaba a sus pensamientos, estaba demasiado ocupado por el delicioso placer de estar siendo follado por un miembro tan grande como el que lo llenaba en ese momento.

Podía sentir el suelo mojado de su propia saliva, empapando su mejilla de ese viscoso liquido.

Cerraba los ojos y solo podía sentir ese pedazo de carne,golpeando en su interior una y otra y otra vez,haciendo todo su cuerpo  estremecerse ante la necesidad del orgasmo.

Su vista se nubló totalmente un segundo. Sentía al hombre que le estaba hablando,pero su voz era algo tan lejano que no lo percibía muy bien.

Sintió su cuerpo estrellarse en el piso helado,acompañado de un suave jadeo cansado que se le escapo de entre los labios.

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Despertó en su cama,gracias a una corriente helada que entraba por la ventana del cuarto. El efecto de las pastillas ya había pasado,asi que estaba de vuelta en la realidad.

No recordaba exactamente que había pasado esa noche,pero tenia hermosas lagunas mentales que le mostraban,como un pequeño flashback,hermosas imágenes de el pasandola muy bien,con ese hombre de rostro desconocido.

Sonrió mordiendose el labio al imaginar esas cosas.

La puerta de su cuarto se abrió despacio,mostrando el rostro sonriente de Madam, relajada,como si se hubiera quitado un peso de los hombros.

-buenos dias- habló con su voz seca de siempre- como te sientes hoy?-

Snow armó una pequeña sonrisa y la miró con alegria

- de buen humor-