Strange Clouds – B.o.B. ft. Lil Wayne
Le preparo una infusión en lo que ella intenta calmarse. Toma el vaso entre sus manos temblorosas y más frías de lo usual. El líquido humeante quema sus labios en el primer intento de tomar un sorbo. Sopla suavemente y cierra los ojos mientras bebe un poco. Se relame los labios y mantiene el vaso cerca de su cuerpo, como si necesitase calentarse. Estoy acostumbrado al frío de mi apartamento, tanto, que a veces se me olvida que no es una temperatura de lo más agradable.
Artemis levanta la cabeza cuando entro en mi habitación y enciendo la luz. Ella está enroscada en la almohada, justo en el lugar que suelo ocupar. Se estira un poco, ronroneando, pero vuelve a dormir. Saco una suave y gruesa manta del armario de color café y voy con ella hasta el salón para dársela a Cam. Cubro sus hombros con la manta, aunque ella intenta quitármela para taparse por sí misma. Me siento a su lado una vez más, a la espera de que esté en condiciones para hablar.
Su maquillaje corrido se ha secado y parece que le va a costar deshacerse de él esta noche. Sus pálidas mejillas le dan un aspecto cansado y unas ojeras púrpuras comienzan a formarse bajo sus ojos. Se ha recogido el pelo vagamente, pero algunos mechones rebeldes siguen insistiendo en cubrir su rostro.
Cam vuelve a llevar el vaso hasta sus labios para tomar otro pequeño sorbo antes de hablar.
—Creo que ya estoy mejor —dice con un hilo de voz.
Traga saliva, pestañeando varias veces para contener las lágrimas.
—Tranquila —murmuro preocupado mientras acaricio su rodilla—. Habla sólo cuando estés preparada.
—Ya, ya lo estoy —dice antes de coger una gran bocanada de aire y abanicarse un poco con la mano—. Sólo... un segundo.
—Por supuesto —digo en voz baja.
Me muerdo los carrillos y bajo la mirada hasta mis manos mientras ella termina de relajarse. Su labio inferior tiemblas débilmente, pero puedo apreciarlo cuando decido mirarla de nuevo. Toma una última respiración profunda, secándose las lágrimas de los ojos con un clínex, antes de hablar.
—He... he estado viendo a Stella —comienza y su voz amenaza con romperse cuando pronuncia su nombre—. Nos hemos acostado varias veces y... Yo realmente pensaba que las cosas estaban bien entre nosotras —ríe con lágrimas en los ojos. Una de ellas surca su mejilla—. No sé cuándo empezamos a vernos. Me dijo que lo llevara en secreto, que no se lo dijese a nadie. —Se sorbe la nariz, mira hacia el techo unos segundos, como si así contuviese las lágrimas, y vuelve a mirarme—. Ni siquiera a ti.
Mientras Cam habla las lágrimas viajan con libertad por sus mejillas, hasta llegar a su barbilla. Sus manos, temblorosas posadas en su regazo, van humedeciéndose poco a poco con el caer de sus lágrimas.
—Todo volvió a ser como antes de que me fuera —sonríe con tristeza, pero pronto sus labios forman una mueca mientras se esfuerza en contener el llanto—. Volvió llenarme la cabeza con esas locas ideas que siempre teníamos; como planear un viaje para este verano. Irnos a algún lugar remoto del planeta durante unos días para conocer el mundo. —Respira profundamente, llevándose una mano al pecho—. Volvió a decirme que me amaba y que no podía vivir sin mí, que me había extrañado muchísimo.
Permanezco en silencio mientras ella habla, pues sé que le está costando horrores sacar todo eso. Ahora las cosas comienzan a cobrar sentido. Por eso pasaba tantas horas pendientes del móvil, hablando a escondida con esa sonrisilla pícara. Su humor estaba excepcionalmente bien y apenas quedaba con nosotros.
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𝐅𝐢𝐨𝐧𝐚 © [F #1]
Roman d'amourLa vida puede ser una jodida perra contigo desde tu miserable infancia y seguir machacándote durante tu adolescencia y tú no podrás hacer nada para evitarlo. Eso te convertirá en un gilipollas con razones, pero a la gente eso no le importa. A nadie...