"La Estación de un Afortunado Amor" (Reeditada) (Joey Tempest)

Capítulo 5

El día estaba comenzando a acabar y nos miramos. Ya sabíamos lo que debíamos hacer.

Llegamos a la estación y esperamos el tren, que me llevaría de vuelta a Santa Bárbara. Mientras eso no ocurría, disfrutamos los últimos momentos que nos quedaban juntos.

_ Todos los días te mandaré una carta, para contarte mis travesías y conciertos, que daré con la banda.

_ Yo también te escribiré Joey. Este osito será mi compañía, mientras que tú estés ausente – sin evitarlo me puse triste.

_ No estés triste, amor. Puede que hoy nos separemos por un corto tiempo, pero nuestro amor nunca perecerá – me abrasó.

_ Siempre te voy a amar, Joey Tempest.

_ Y yo a ti Stephanie...

Secó mis lágrimas, besó mi frente, y yo volví a abrazarlo para sentirme en sus brazos por última vez.

_ Una vez más gracias por haberme hecho sentir feliz, y olvidar lo del mundo de la fama, y saber realmente lo que es amar a alguien.

_ También quiero darte las gracias por haber confiado en mí Joey. Si no te hubiese conocido, nunca había sabido lo que es realmente la otra parte de la vida de los famosos.

Él rio y acarició mi mejilla.

_ Te amo.

Nos volvimos a abrazar fuerte.

_ Te tengo otro pequeño regalo.

Me susurró y yo lo miré curiosa y él se sacó su chaqueta rayada y me cubrió con ella.

_ Tenla tú, para que te cubras de los fríos allá en Santa Bárbara y para que me recuerdes siempre.

Yo sin decir nada, le sonreí y lo abrasé sosteniendo el osito y el bello ramo de rosas.

_ Te amo demasiado, Joey.

Llegó el tren para Santa Bárbara y miré a Joey con los ojos llenos de lágrimas. Él tocó por última vez mi mejilla.

_ No te olvidaré nunca, hermosa.

Me besó profundamente.

Bajó del tren uno de los encargados y anunció en voz alta que la próxima salida era a Santa Bárbara y comenzó a subir las maletas de los pasajeros.

Faltaba poco para que el tren partiera, y ambos nos miramos. No queríamos perder ningún segundo y yo volví a abrazarlo.

_ Te prometo que en cuanto llegue a casa, te llamaré para decirte que llegue bien.

_ Esperaré ansioso esa llamada.

Escuchamos por la alta voz que el tren, con destino a Santa Bárbara, daría comienzo y ambos presentimos la llegada de nuestra despedida.

_ Te amo, Joey.

_ Y yo a ti. Siempre.

Me dijo, y besándonos, nos despedimos.

Me subí al tren y Joey sostuvo mi mano. Yo lo miré y me dieron ganas de llorar. Él me regaló su tierna mirada.

_ Te prometo que en 5 meses más volveremos a estar juntos.

La campana del tren sonó, y yo triste, me solté de su mano y entré al vagón.

Caminé por el pasillo con el ramo de rosas, y su tierno oso, y llegué a mi asiento. Me senté junto a la ventana y lo busqué de inmediato.

Caminó lentamente por el andén y miró una vez más el tren, y esté partió. Lo observó hasta que desapareció por completo de su vista.

Volvió en su mirada la amargura, y sacó una de las tantas fotos, que nos habíamos tomado y la miró. Sonrió.

Miré el paisaje y su recuerdo se unió a mi mente; miré el osito en mis piernas y sonreí, recordando las dulces horas que viví junto a Joey Tempest, y que su amor me hizo enormemente feliz. Soñé, desde aquel instante, con el día de nuestro reencuentro.

5 meses después...

Corrí a la estación de trenes y llevaba conmigo el cofre lleno por sus cartas y su eterno recuerdo.

Vi a mucha gente bajarse de un tren y caminé a él. Miré a un mar de gente acercárseme y visualicé entre todos a Joey.

Él me vio y me sonrió de inmediato.

Corrí, entre todos, hacia él y Joey muy feliz, yo me le lancé a sus brazos y grité su nombre.

Él me cargó en sus brazos y me besó y me dio vueltas y vueltas sin parar.

Miró el cofre cubierto con todas sus cartas y me sonrió perdidamente enamorado. Acarició mi mejilla.

_ Mi hermosa Stephanie. Te extrañé tanto.

_ Y yo a ti mi Joey. Te amo mucho.

_ Y yo a ti. No nos separaremos nunca. Hoy comienza nuestra vida juntos

_ Si mi amor, juntos, como tanto esperamos.

_ Te amo.

Me dijo y nos besamos largamente.

El viento nos rodeó, tal como aquella vez, y esa estación de trenes se convirtió en nuestro lugar secreto desde ese día.

FIN.