Capítulo 8: Hogar dulce, Hogar.

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No supe en que momento pasó, 4 pares de brazos se sentían sosteniendo todo mi cuerpo, 2 pares de ellos, se lamentaban y gritaban mientras preguntaban que demonios había pasado conmigo, todo se escuchaba como orden y caos hasta que una voz suave dijo:

-Maldición wendy, ¿como pudiste dejarla sola?-Preguntó llena de pánico mientras otra voz gruesa y varonil le replicaba la pregunta que había hecho hace poco.

- No la regañes, en vez de hacer reclamos ayúdenme a subirla al sillón, Dunkel nos matará de nuevo si algo le pasa. 

Ahora solamente eran brazos que cargaban mi débil cuerpo, hacia un lugar al que no tenía idea de en que parte de la casa se encontraba. sentía sus jadeos de cansancio, y también su respiración acelerada de terror, mientras una de ellas maldecía a cada mal paso que daban lo que me había pasado, ¿de verdad era tan importante que yo estuviera bien para ellos?, no los conocía, y básicamente solo había visto a una de ellos, no podía confiar, necesitaba respuestas, las necesitaba, aunque tuviera que conseguirlas de mala manera. 

Llegamos, sentí las respiraciones de alivio de cada uno de ellos cuando me dejaron caer en ese sillón que era tan suave, que por un momento, juré que me habían dejado en alguna cama; acomodaron mi cuerpo de alguna manera, hasta que se aseguraron de que ninguna de mis articulaciones estuvieran torcidas o mal posicionadas. 

-¿Y ahora que hacemos?, ¡Sigue sin despertar!, ¿¡Que carajos debió de haber pasado para que se desmayara de esa manera?!- Dijo por fin una segunda voz de hombre, sonaba fuerte, pero también sonaba que era alguien que podía llegar a ser amoroso y cariñoso, si llegaba a ser necesario. 

-Mierda- Respondió otra mujer que parecía ser de carácter más fuerte- La necesitamos en una pieza, ¡en una!, y despierta de preferencia- dijo con cierto sarcasmo. 

-¿Porque ella es más importante que los demás que llegaron estos meses?- Preguntó el hombre que sugirió cargarme- Wendy, no entiendo, ¿Quién es ella? 

Pude escuchar un silencio incomodo, en la condición de una persona sentada y despierta, tal vez  hubiera sido un silencio de pocos segundos, pero en mi condición, fue un silencio que me pareció eterno.

-....Jeannette Robinson....-Dijo por fin la voz dulce. 

Otro silencio se apodero de la sala.

-¡¿Jeannette Robinson?!, ¡¿Ella es jeannette Robinson?!- Preguntó incrédulo y exaltado el hombre que había iniciado aquel asunto.

-¡Shhhh!, podría escucharte Robert, ella tiene que pensar que todo aquí es completamente normal, ella tiene que darse cuenta de que esta....-Hizo una pausa que al parecer ellos entendieron muy bien porque nadie dijo nada más.

Se escucharon pasos, retirándose de la habitación en la que mi cuerpo reposaba sin conocimiento alguno, no podía despertar, lo había intentado desde que empezaron a llevarme a la sala donde nos encontrábamos en ese momento, o más bien yo, porque empecé a temer que me hubieran dejado sola en esas condiciones, afortunadamente volví a escuchar las voces de mujeres que rodeaban mi cuerpo. 

-Jeannette Robinson...-Dijo por fin, la voz cuya creí reconocer como la de "wendy" - De verdad tenía ganas de conocerla, parecía una chica tan dulce... tan perdida, tan confundida. 

-Dunkel por alguna razón tenía preferencia con ella-Respondió la otra voz- Me pidió que la cuidáramos mejor de lo que pudiéramos.... Antes de.... de que llegara aquí... 

-Dunkel no suele tener preferencias- Dijo con sorpresa wendy. 

-Wendy... tal vez no sea un buen momento para que lo sepas... pero... ella tiene...

Almas Perdidas (Saga: Almas perdidas I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora