Once: Tormentas.

445 54 49
                                    

A estos dos niños no les gustan las tormentas.

Esa noche había una fuerte lluvia, una tormenta, de hecho. Rayos, truenos, relámpagos, incluso fuertes vientos. No era raro para esa época del año, pero la intensidad era un poco preocupante.

Todos estaban encerrados en la comodidad de sus hogares, estaban preparados para ese clima, lo había anticipado con la ayuda de las flores del bosque y pudieron prepararse.

Sin embargo, un pequeño niño castaño estaba bajo las cobijas de su cama, temblando y sollozando levemente, intentando cubrirse lo más que podía, como si eso fuera a aislarlo de aquel clima que tanto lo hacía sufrir.

Ni su abuela, ni siquiera Riku conseguían acercársele, no se permitía salir de su pequeño escondite. Ambos habían intentado de todo, pero al momento en que se ponían a su lado, Sora comenzaba a quejarse, tal como cuando sentía dolor, y no tenían más opción que volver a tomar la distancia necesaria.

Querían ayudar, en serio querían, pero no había forma, lo único que podían hacer era mirar, y no tuvieron más opción que dejarlo solo hasta que finalmente se quedó dormido.

No entendían porqué sufría de esa forma, Riku sabía perfectamente que Sora podía llegar a ser algo asustadizo, él lo comprobó por las historias que a veces le contaba para molestarlo, cuando un ruido muy fuerte se escuchaba de repente, además de su evidente pánico ante la oscuridad, pero solo reaccionaba de esa forma cuando se trataban de las tormentas, irónicamente, le atormentaban.

~♡~

Pasó unas horas, y la energía eléctrica se cortó, nuevamente, eso no era raro, sin embargo, un grito ahogado despertó al niño albino, sabiendo perfectamente de quién era, se levantó de su cama y se acercó a la de su amigo, que a diferencia de las veces anteriores, se aferró a él con fuerza, esta vez llorando con fuerza.

―Tranquilo Sora... solo es un apagón por la tormenta... tranquilo...―

Pasó unos minutos acariciando sus cabellos castaños, acostándose en su cama a un lado suyo, sintiendo su cuerpo temblar.

Ahora ellos tenían nueve y diez años, no seguían siendo los mismos niños de aquel día que se conocieron, eso era claro, sin embargo, aún eran eso, niños, y no podía culpar al más pequeño de seguir reaccionando de esa forma, pero, solo quería saber porqué...

~♡~

Había pasado a penas un mes desde que ese niño llegó, aún no recordaba nada, y los adultos del pueblo seguía dudando si era buena idea tenerlo ahí, o bien, sería mejor llevarlo a otro lugar. Por otra parte, los niños estaban encantados con ese chico de brillantes ojos azules, le habían enseñado todo tipo de juegos, disfrutaban estar con él, en especial el infante que lo había rescatado.

Sin embargo, en una noche cualquiera, una fuerte tormenta había azotado la tranquilidad del pequeño lugar, y aunque estaban seguros en sus casas, en una había un escenario muy atípico.

Sora estaba llorando, estaba desesperado, y peor, no sabía porqué. La abuela lo intentaba calmar, y Riku se había visto obligado en atajar los brazos ajenos ya que el niño hasta hace menos de un minuto, del miedo, se abrazaba a sí mismo con demasiada fuerza, rasguñando sus propios brazos.

No sabían qué pasaba, y no pudieron preguntar nada, el castaño únicamente se tranquilizó hasta quedarse dormido.

Eso ocurría cada vez que había una tormenta en el pueblo.

~♡~

Sora se había vuelto a quedar dormido, esta vez entre los brazos de su mejor amigo, quien estaba cansado, no era el sueño, y definitivamente no se refería a estar cansado de consolar a Sora, eso no pasaría nunca. Estaba cansado de no saber qué ocurría, podrían decir que era una fobia, en realidad estaba seguro que lo era, o eso le habían explicado su abuela y su maestra; sin embargo, él creía que era algo más, quizá venía de sus pesadillas, o de algo que no podía recordar, pero la forma en la que se alteraba no era normal, no al punto de alejarse de lo que más amaba, ese no era el Sora que conocía, no era el niño alegre y cariñoso de siempre.

A Sora le dan fobia las tormentas.

Y Riku las detesta por eso.

~♡~

Aclaraciones.

•Lo de las flores lo saqué de una flores blancas que salen cada que va a llover, en mi ciudad hay muchas, aunque no sé exactamente cómo las conozcan en otros países, pero en guaraní se llaman "Ynambu ceboi", ojalá pudiera decirles cómo se lee. 😂
•La fobia de Sora, tal como piensa Riku, sí está fuertemente relacionado con su pasado, pero él no recuerda nada que tenga que ver con ellas.
•Riku es muy perceptivo como notaron, esto en parte se debe a la fuerte conexión que tiene con el corazón de Sora. || También es una pequeña referencia al juego. ||

 ||

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un corazón perdido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora