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La tarde poco a poco caía y los tenues matices rojizos del cielo desaparecían dando paso a un cielo azul estrellado, justo cuando un iracundo castaño llegaba a su habitación y de un portazo cerraba la puerta que lo conectaba al exterior, y, tal como llegó, expreso su descontento arrasando con todo lo que se encontraba en su escritorio.

Se encontraba muy molesto con su familia, pero, como siempre, no permitiría que lo viesen sollozar o romperse frente suyo, así que tomó una almohada y grito lo más fuerte que pudo acallando sus gritos con aquel suave objeto hasta que su garganta dolió y, antes de hacer cualquier otra cosa, cerró con llave su pequeño refugio y golpeo la pared con todas sus fuerzas.

Como era costumbre, su familia quería controlar todo lo que hacía y cada aspecto de su vida tenía que ser decidido por ellos sin que él pudiese rechistar, pero, habían ido más allá de lo que anteriormente habían llegado, pues ahora lo querían envíar mucho más lejos de lo que ya estaba de su ciudad natal, más lejos de la persona a la que quería y no conformes con eso, se habían deshecho de todas las cosas que conservaba de su madre e incluso se habían atrevido a retirar el pequeño santuario que él mismo había puesto en su memoria, haciendo de ello la principal razón del enfrentamiento con sus familiares y la creciente ira que ardía en su interior, solo agradecía tener la gorra de su gran amor oculta o seguramente ya se habrían deshecho de ella también, pues era muy fácil saber a quién pertenecía.

Al cabo de un rato tomó su pluma y una hoja blanca en donde comenzó a expresarse como solía hacer cuando estaba exaltado para sacar todo el veneno y dolor de su corazón, además, como cereza del pastel ese día era 22 de Mayo, el día del cumpleaños de Ash y un recordatorio de que llevaba otro año lejos del pelinegro.

Comenzando a escribir dejó fluir todos los sentimientos que solo estaban reservados para la soledad de su habitación, iniciando así su carta de amor y dolor:

"Ash, sé que está carta jamás estará en tu poder y de hecho es muy tonto que la escriba, pero esto me hace estar cuerdo.

Ha pasado otro año en que no te veo, otro año en que pienso el cómo estás y que has hecho, si haz hecho amigos,  si te has vuelto a enamorar, si aún me amas y, por más que lo pienso, más estoy inseguro, tú eres especial, una persona que merece algo más, alguien quién yo no puedo ser.

Hoy, mi padre sobrepaso el límite, se deshizo de todo lo que quedaba de mamá, ha roto incluso el altar que le he hecho, él sabía que no debía tocarlo y aún así lo hizo, pero, no conforme con eso, quiere mandarme aún más lejos, estoy cansado de todo, soy una persona desdichada, no soy bueno para ti, desearía ser mejor, pero solo soy un traidor, he tenido en este tiempo una novia que de ninguna manera puedo amar, a veces olvido quien soy y lo que soy, daría todo lo que tengo solo por estar a tu lado y verte sonreír; hoy es tu cumpleaños y yo estoy atascado en este infierno, una parte de mí espera que te enamores de alguien más y seas feliz pues conmigo seguro sufrirás, no obstante, otra parte de mí es egoísta y te quiere solo para mí y está esperando que cuando te vuelva a ver aún sintamos lo mismo, yo sé que aún lo sentiré no tengo dudas de ello, pero, me aterra descubrir que fue demasiado tarde para poder seguir como antes..., tonto, muy tonto es pensarlo y siento que enloquezco, pero, tengo que ser fuerte y cumplir nuestra promesa, espero que la Luna pueda llevar mi mensaje a través de las cenizas y el viento, te amo, te amo Ash, feliz cumpleaños".

No pudo más y dejando de escribir, lloró, dejando escapar toda su melancolía, a la par que su pequeño Evee estaba preocupado y su Arcanai fingía no ver nada.

Tomó la hoja y su encendedor a la vez que hacía lo mismo que hacía siempre que escribía "quemar la hoja", sin embargo, esta vez no rompió la hoja como de costumbre, no la arrojó al cesto de basura, no la quemó en silencio, esta vez fue diferente, miró al cielo buscando a su confidente y mantuvo la hoja en alto quemándola mientras la sostenía, a la vez que las cenizas bailaban con el suave viento frío de aquella sombría pero tierna noche; ese día quiso que la Luna fuese testigo de su pequeña ceremonia, después de todo ya no importaba ser descubierto.

Ese día su padre había ganado pero no le daría la satisfacción de verlo totalmente derrotado, era solo el comienzo de su rebelión y tenía que jugar mejor sus cartas, aunque, esa noche se permitió quebrarse, esa noche se permitió ser "él mismo", se permitió ser débil, se permitió ser "humano".

Las lágrimas aún escurrían por su piel cuando la hoja término de consumirse, empero él seguía en la misma posición, tal y como si el calor no quemase sus dedos, tal y como si aquello fuese una imagen congelada, seguía firme e inmutable, pero finalmente después de unos segundos, río, era una risa triste y vacía a la vez que él decía al viento:-lo siento, soy egoísta, no te dejaré Ash, eres mi sueño y mi anhelo, no te librarás de mí, porque yo he decidido que tu eres mi destino y confío en , yo sé que tú jamás te darás por vencido y te veré cuando seas un maestro porque se que lo lograrás, yo sé que lo harás-.

Aquello fue una declaración y, aún si fuese solo como un susurro, aquello tenía toda la determinación que Gary poseía, aquello era una advertencia, una confirmación de su resolución y no dejaría que nada minara su objetivo, pues estaba decidido a alcanzarlo y no pararía hasta hacerlo, pues, Ash era su camino y su destino..., ese era su juramento...

Siento  mucho la tardanza, espero les haya gustado éste capítulo, muchas gracias a todos por seguir mi historia, los quiero mucho, saludos y abrazos😘💕💕💞💞💖🌹🌹🌹.

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