Otra vez...

1K 50 5
                                    

De nuevo no…

Pensó Mario al ver a uno de los suyo tirado en el suelo.

Por favor, que no sea él. Por favor…

Al minuto 90’, un jugador de la Selección de Alemania, cayó en el césped, sufriendo por el dolor del tobillo.

Está era una sensación de Deja Vú.

De nuevo el número '21' en el suelo, pero esta vez, la cara de preocupación del número '19' no se podía ocultar.

Esto no está bien. Esto no debe pasar… no a él…

Se agachó pero solo escuchaba los alaridos de su mejor amigo. Desesperado, Götze llamó a los paramédicos. El árbitro se acercó para saber la situación.

Las lágrimas del centrocampista ya estaban poniendo sus ojos cristalinos, pero, sabía que no era el momento indicado para eso.

Reclamó a un jugador que ni siquiera era responsable de aquel accidente. En seguida, volteó a ver a su compañero por un poco de tranquilidad pero Müller también estaba escandalizado, buscando una explicación. Pero el daño ya estaba hecho.

Götze solo se preguntaba “¿Por qué?” y no solo se quedó en su pensamiento pues también se lo dijo como un susurro al número '8' del equipo contrario, justo cundo Müller comenzó a gritarle.

De repente, la mirada vuelve con su amigo. Esa pose en la que estaba, le traía muchos recuerdos al niño de oro. La imagen de como la tristeza le ganó, como aquella ocasión, en ese partido. Reus no podía evitar llorar y eso le partía el corazón de todos sus compañeros, en especial de aquel que portaba el número '19'.

Y así es como un Götze angustiado por lo que acontecía, vio aquella señal que su corazón temía…

Cambio.

Reus no quería abandonar la cancha.

¿Por qué a mí otra vez?”, se cuestionó en su mente, mientras se levantaba.

Sin más, Mario vio como lo ayudaron a levantarlo de apoco y llevarlo a un costado del campo. Esto no se quedaría así. Aun que el jugador que ocasionó esto tuviera una tarjeta amarilla, todo su equipo lo pagaría.

Un gol. Eso es lo que haría por su amigo que yacía tirado en el césped, llorando.

Miro a su compañero número '13' y con esa mirada decisiva sabía que era lo que pretendía. Tres minutos, eso les bastaba.

La lesión se veía muy grave, ya que lo tenían ahí, expuesto ante los ojos del mundo entero. Sin su calzado deportivo y sin su calceta, examinándolo.

En algún momento del partido, el delantero Müller, tomó a un contrario de la playera y lo empujó, haciéndolo caer. Tarjeta amarilla para el delantero alemán. Mario lo miró, tratando de calmarlo.

Varios ataques en poco tiempo, uno de ellos de Götze, pero si tan solo el ángulo en que tiró hubiese sido más abierto, ese gol sería para Reus.

La justicia llegaría cuando la segunda tarjeta amarilla llego para el jugador '8' de Escocia. Dos tarjetas amarillas acumuladas son igual a una roja, lo que significa la expulsión. Sin embargo, eso no les traería a su número '21'.

El partido terminó y se llevaron cargando directo a vestidores, aunque Löw se acercó a él para darle ánimos, igual que otro compañero que estaba en la banca de suplente.  Reus no solo sufría físicamente, también tenía sus emociones a flor de piel.

Porque no solo había empezado a jugar hace poco tiempo, sino que también sabía lo que esto significaba.

Cinco partidos de la Bundesliga.

Dos partidos de la Champions League.

Eso es lo que perdería por esa maldita lesión.

Y aún para él, ya que se metía a vestidores, había dejando todo en aquel partido, sin saber que no solo había pasado algo que lo dejo marcado, sino que también para su amigo hubo algo.

Después de mucho, pudo escuchar como el público del estadio que alguna vez lo amó y lo odio en un tris, lo volvía a ovacionar. Quizás esta vez no importaba porque Mario fue detrás de su amigo.

Alemania vencía a Escocia, dos a uno, o solo quizás Alemania perdía más de lo que imaginaba.

Otra vez...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora