Help me not to die

Prólogo

Harry era El Niño que vivió
El Elegido
El Niño de Oro
Pero Harry no quería ser nada de eso
Harry quería ser Harry, solo Harry.
Él quería vivir, ser feliz y encontrar el amor.

Harry estaba roto. Nadie le quería por ser Harry.
Solo le querían por su fama.

En su cuarto año, las cosas empiezan a desmoronarse. Sus tíos le volvieron a encerrar en la alacena tras haber inflado a su tía Marge el año pasado. No le habían dejado comer desde que vino de Hogwarts y las tareas habían aumentado al igual que las palizas.
Él pensó que cuando llegará a Hogwarts todo volvería a la normalidad y se divertiría un año más con sus amigos. Pero sus planes cambian cuando alguien pone su nombre en el cáliz.
Sus amigos le dieron la espalda, al igual que todo Hogwarts.

Draco estaba confundido. Desde que llegó a Hogwarts había notado que Potter estaba... ¿Diferente?
Lo notaba aún más delgado que los últimos 3 años y su piel parecía más desnutrida. Al parecer, nadie más lo había notado.
¡Pero a él no le importaba lo que a San Potter le pasará!
¡No! No estaba preocupado... claro que no...
Que al niño de oro no le fueran bien las cosas por una vez no le haría daño.