Esa tarde, como todos los lunes, fui a la casa de la mama de Tobs. Era un lugar enorme y no podía evitar asombrarme de lo grande que era cada vez que iba. Tobi es hijo único de padres divorciados. Su padre engaño a su madre y bueno, la separación fue hace dos años. No es de esas historias dramáticas donde el pobre niño queda traumatizado pero el hecho de ser hijo único y sufrir la separación de sus padres a los catorce; no mi Tobu. La mama de Tobs, Cynthia, continuo con su vida y es muy exitosa en su trabajo (vístase en el tamaño de su “humilde hogar”) y su papa ahora esperando una hermosa bebe con su esposa, Sharon.
-Entonces el viernes iremos a la fiesta de los Donahue. Dijo Tobi mientras DinoDan y yo jugábamos una partida de Call of Duty en la Play de su cuarto de juegos. Decir que le estaba ganando sería un insulto hacia mi indudable éxito contra él. Tres palabras: Alemania vs Brazil.
-¿Los Donahue? Pregunté, confundida. ¿Por qué me suena?
-Mia…y Austin. Dijo Dan, distrayéndose y empeorando sus, ya terribles, habilidades con el control. ¿Qué haría para ayudar a mi amigo?
-Ah. ¿Me dejaran comiendo pizza y mirando la maratón de romances de todos los tiempos sola? Inquirí, desilusionada.
-No, vendrás con nosotros. Respondió rápido Dani, sin despegar los ojos de la pantalla aunque dudo seriamente que ver le ayude de algo, quizás si no ve, logre darle a uno de los míos.
-Ah ¿Estoy invitada? Dije, fingiendo sorpresa, ellos nunca me dejaban los viernes. Era nuestro día, bueno todos eran nuestros días pero esta era la noche dedicada a mí, siempre pedíamos pizza de jamón y mozzarella en una pizzería diferente y la comparábamos. Tenemos una tabla que solo cuenta con ocho excepcionales casos de 10, que son de donde elegimos la pizza para los cumpleaños y ocasiones especiales.
La pizza, obviamente, era acompañada por las mejores o no tanto películas que nos turnábamos para elegir. Un viernes iba yo, que elegía comedias, dramas y romances, otro viernes iba Dani que se inclinaba por los policiales y las de acción y por ultimo Tobi, el cerdo que me obligaba a ver películas de miedo y me amenazaba con hacerme mirar porno si me negaba, idiota.
No quería perder nuestro ritual y muchísimo menos por una fiesta. Habíamos acordado que ellos dejarían sus fiestas para el sábado, después del partido, que yo intentaba usar para adelantar tareas y llegar al día de perros sin apuros pero casi siempre me quedaba dormida apenas llegaba a casa.
Vi a Danu lanzarle una mirada a Tobs y descubrí a este devolvérsela.
-Estas más que invitada. Dijo Tobs, tratando de insinuarme algo que claramente no capte.
-¿Por qué dices eso?
-Porque Austin está loco por vos y no deja de enviarme mensajes para recordarme de la fiesta y de avisarte. Dijo Dan, fallando al intentar rodar los ojos.
-¿Ah? ¿En serio? Pues si tanto quiere que vaya que me invite el mismo. Incité a los chicos para que le digan por mí.
-¿Al? No me gusta cuando me dicen así, me suena a “Albert” y Albert es nombre de hombre, macho y yo soy una mujer, una hembra. A veces me pregunto si lo saben.
-¿Si mi Danette? Le pregunté, usando uno de mis apodos favoritos.
-Es buen chico, él no es un jugador, confío en él. Me dijo, silenciosamente dándome el OK para salir con Austin.
-Genial. Puedes verlo en la fiesta, entonces. Dije, tratando de desviar la conversación de mí y que vuelva a la fiesta.
-Como quieras. Dijo Tobu. –Nosotros ya te dimos nuestra opinión. Debes superar a ese francés, él es pasado. Y odio tener que decírtelo bebe pero el ya siguió adelante.