KEEP ON BREATHIN' 呼吸 YUJAE

JUST KEEP BREATHIN'。

Incluso a través de su grueso calzado recién lustrado, era capaz de sentir los pies congelados y sus anchos pantalones de tela no lo refugiaban de la fría ventisca que azotaba los árboles y a él mismo a mitad de la noche. Qué decir de la delgada camisa que tapaba su torso, mas no lo protegía del pesado otoño que arremetía contra él repentinamente. 

Los días fríos habían llegado, y contrario al alivio que éste le traía siempre, ahora lo deprimía. Por primera vez deseaba el reconfortante calor de un abrigo y una bufanda envolviendo su cuello para evitar que su nariz enrojeciera, también deseaba poder sostener una taza de café caliente entre sus manos y sostenerla con tanto ahínco que pareciese que la necesitara mucho más que una estufa. 

Llevaba caminando varias cuadras y demasiados eran los que habían volteado a verlo con extrañeza por vestir tan pocas prendas en una noche helada como lo era esa. Debían creer que estaba loco por no correr en busca de refugio o por el simple hecho de atreverse a salir con ese clima que, irónicamente, les parecía infernal. Sin embargo, a JaeHyun le gustaba sentir de vez en cuando. Y el frío calando sus huesos al punto de doler, lo hacían recordar que estaba vivo y, aunque a veces se sintiese como otro robot controlado y sin vida propia, prefería que así fuese. 

En realidad no le quedaban razones para hacerlo. ¿Para qué vivir? Dónde estaba el sentido en repetir la misma rutina cada mañana y recorrer el mismo camino a casa cada noche. ¿Por qué debía hacerlo? No quería.

JaeHyun continuaba viviendo porque no podía morir. ¿Que porqué no podía hacerlo? Porque así estaba establecido por la sociedad. Si tienes una vida es para vivirla y buscar a la muerte nunca es considerado como una opción. ¿Por qué no? ¿Acaso hay alguien que sepa con certeza qué hay en la acción de morir o después de ella? Incluso si lo descubrieran tras perecer, nunca podrían compartir la respuesta y todo simplemente continuaría como si nada. Entonces, ¿para qué darle tantas vueltas a las cosas? Él ya no quería tener que recordar que por el simple hecho de estar vivo tenía tantas responsabilidades que no le traían felicidad. 

JaeHyun pocas veces era feliz, pero para nadie era una excusa lo suficientemente buena como para renunciar a seguir viviendo. Ninguna nunca lo era, el suicidio o las solas ganas de morir, jamás serían justificadas por alguien que se siente pleno con lo que tiene. Pero él sí lo justificaba. 

Algunas veces se detenía a mitad de la calle para poder observar los autos que pasaban y preguntarse cómo sería si estuviese cruzando y algún tarado lo arrollara sin más. ¿Qué tipo de reacción tendrían sus cercanos? En una situación como esa, incluso si no muriese, el quedar en coma y hacerle creer a todos aquellos que decían amarlo que podía morir en cualquier momento, le causaba una emoción inexplicable que incluso él mismo no entendía. 

¿Lo que quería era ver a los demás sufrir por su culpa? Quizá era más que quería ver si realmente sufrirían su ausencia, si de verdad valía tanto la pena. 

Otras veces, cuando lograba escaparse a la azotea del edificio donde trabajaba y la mayoría de los empleados se iban a fumar en sus descansos, se perdía observando hacia abajo e imaginando cómo se sentiría saltar. ¿Sería libre o a dos metros del suelo se arrepentiría? ¿Realmente moriría si saltara? 

La idea de volar nunca había llamado su atención, pero sí la de caer. Mientras estuviese cayendo se daría cuenta de que solo era otra persona común más entre millones, y que nada de lo que deseara cambiaría eso. No levitaría de la nada solo porque así lo quisiese. Si saltaba, no iba a salvarse, estaba seguro de eso cada vez que se asomaba desde el onceavo piso del lugar. 

De lo que no estaba seguro, era de que si sabía que moriría al saltar, ¿entonces por qué no lo hacía? 

No es que JaeHyun encontrase la manera de pensar en la muerte con cada cosa que le ocurría o se cruzaba frente a él, sin embargo, el tema siempre estaba presente en su cabeza y antes de siquiera notarlo ya estaba imaginándose al final de la vida de cientos de formas distintas.