El Encuentro

5 0 0
                                    

Me citó el sábado de esa misma semana, la cita era a las 12:30 así que decidí llegar antes para no hacerlo esperar, para mi sorpresa el estaba en la puerta de entrada desde antes que yo llegará, ¿puedes creerlo? Le importo tanto que llego al menos 6 minutos antes, la cita marchaba bien, pero no se si llarmala cita o no, pues no era romántico ni en plan de una cita, era como una salida de amigos, no le demos importancia a eso, fuimos a comer y el pidió una pizza de jamón y champiñones, su favorita me comentó, yo no quería verme como esas chicas que se hacen de "la boca chiquita" y pedir una ensalada, así que pedí una hamburguesa con queso, después de comer él sugirió ir a jugar hockey de aire en las maquinitas, fue muy divertido y empatábamos cada vez, así que para hacerlo interesante propusimos una apuesta, el perdedor debía hacer lo que el ganador le pidiera por lo que queda del día.
El juego se tornó serie e interesante, el jugaba como si realmente su vida dependiera del juego, su concentración era espectacular, me daba curiosidad el saber que me pediría si él ganara, consideraba el dejar que gane para saberlo, a pocos segundos de que acabe el juego y con el marcador empatado lo iba a hacer, iba a dejarlo ganar, y de repente, levantó su mano y me dejó ganar.
-Parece que ganaste- dijo el con una sonrisa de oreja a oreja.
-Parece que serás mi esclavo por el día de hoy- respondí con tono burlón.
-a sus ordenes mi lady. -dijo mientras se arrodillaba ante mi.
-tu primer orden es no volver a hacer eso, levántate que nos ve la gente.
-pensé que te gustaría, entonces... ¿qué haremos ahora?
-mmmm... dejare que tú escojas, tu única orden será hacerme feliz.
Se sentó por un minuto o más a pensar, levantó su mirada y sus ojos brillaban como si tuviera la respuesta más profunda y acertada sobre la vida y su significado.
Para no aburrirlos con cursilerías se los resumo, me llevo a comprar algunas cosas: botellas de agua y croquetas de perro. Pensé que se volvió loco o algo así.
Después de eso fuimos al parque detrás del centro comercial en el que estábamos, me llevo a una mini colina con arboles desde la cual se veía el río y a los ciclistas pasar.
-¿y ahora qué sigue?
Se sentó en el césped he hizo señales con su mano para que me sentara a lado suyo, esperó un rato y después de unos minutos me volteo a ver y dijo.
-me pediste que te haga feliz, pude haberte llevado por helado, a comer tus golosinas favoritas, a ver una película o algo que te guste, pero eso no sería felicidad, sería emoción o alegría.
De pronto empezaron a llegar unos cachorros y perros callejeros, Andres tomo el agua y la comida y les daba, yo solo veía lo que hacía, debo ser honesta me daban asco los perros callejeros, están n sucios y probablemente enfermos. Pero el extendió su mano con comida hacía mi y me pidió que lo intente.
Lo hice pero con algo de miedo, los perros empezaron a acercarse a mi y empecé a perder el miedo, los cachorros lamían mis dedos y me hacían cosquillas, el sentir sus hocicos en mis manos y su pelaje, aunque estaban sucios los acaricié, se recostaron a lado de nosotros, algunos se hachaban panza arriba para que le rasque su pancita, y sin darme cuenta estaba ahí en un parqué con el chico más noble y puro que he conocido, pasando frío, con perros sucios y callejeros, mis manos todas baboseadas. Pero feliz, mi cuerpo sentía frío, pero tenia un calor en el pecho que me hacia mantener una sonrisa en la cara.
-¿entonces, te sientes feliz?
-Sí, o al menos siento que esto es felicidad, nunca me había sentido así antes. Gracias.
Empezó la puesta de sol y hacía más frío, ni el ni yo traíamos suéter, así que empezamos a temblar de frío.
-debemos sobrevivir a este invierno- dijo mientras me abrazaba- debemos mantener el calor o moriremos congelados.
-jajaja, no seas dramático.
Quise apartarlo por que alguien podía vernos y pensarían mal de mí, pero ese calor que sentí en el pecho antes, empezó a volver, mis latidos mantenían su ritmo pero empezaron a ser cada vez más fuertes, sentía que se me iba a salir del pecho el corazón, trataba de calmarme respirando profundo, pero cada vez que inhalaba sentía si aroma, no hablo de su perfume, hablo de el en sí, tiene un olor natural dulce, me empecé a sonrojar y el volteo a verme con su sonrisa perfecta, empezó a hablar pero no entendí nada de lo que decía, no podía escuchar mis sentidos estaban todos mezclados y confundidos.
-si no lo haces tu lo haré yo- dijo el mientras me dio un beso.
El beso no duró mucho, pero para mi ese beso me volvió eterna, vivi vidas enteras junto a el en ese instante en el que el padre tiempo se tomo un momento para apreciar nuestro "lo que sea que somos" y luego el tiempo volvió a correr.
-te ves linda cuando te sonrojas.
No podía hablar, no creía lo que pasaba, siento que mi cuerpo tiembla pero no es por frío.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 15, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Por si despiertas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora