Cuando me levanto en la mañana siento lo mismo de siempre, la luz en mi rostro que llega desde la ventana de mi cuarto. Hay veces que puedo pasar toda la noche viéndola, pero en las mañana desearía no tenerla. Odiaba levantarme temprano, es una de las cosas que mas he odiado en mi vida. En el momento que ya decido levantar me miro la hora, son las 7 a.m. se supone que a las 6:30 am debería estar en pie, pero no pude dormir en toda la noche, si supieran lo que siento todas las noches solo con mirar esa ventana, entenderían el por que no puedo hacerlo.
Ya lista con mis leggins negros, unos botines con caña media, una pollera con un hombro caído color blanca, mi chaqueta color militar, y como siempre alise mi cabello con la plancha solo para que tenga algo mas de forma. Mi maquillaje como siempre natural, corrector para mis ojeras por mis maravillosos desvelos, mascara y polvo, así sello todo y queda en su lugar todo el día.
En mi ultimo año en la escuela aun no se que hare de mi vida, y eso es lo que le preocupa a mi madre, ella dice que debo ir a la universidad, estudiar algo en lo que me de dinero para sostenerme sola, pero yo sé que no quiero eso, no quiero sentirme obligada a elegir el resto de mi vida. Pero hasta ahora, no se lo he dicho.
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Al llegar a la escuela me encuentro con mi mejor amiga, Camila, ella siempre ha estado conmigo y obviamente yo con ella, nos parecemos mucho en realidad, por eso nos llevamos tan bien. Al sentarnos en nuestros asientos y llega la profesora, la señorita Carla, es nuestra profesora de Lenguaje, se supone que las profesoras son arrugadas y mal humoradas, pero ella es todo lo contrario, mas parece una amiga de nuestro curso que profesora, mas mía que sabe lo que quiero y le he contado mucha de mis cosas, que en lo general no se lo cuento a nadie, a pesar de tener una mejor amiga, no me gusta que sepan lo que siento o que estoy mal, porque siento que esa es una debilidad, cuando era pequeña me hicieron sufrir mucho, y desde entonces no demuestro cuando estoy triste o me siento mal, prefiero guardarlo y no hacer mas problemas de los que ya hay.
- ¿Y que piensas hacer? - me pregunta Camila.
- Aun no lo se, pero quiero hacer algo con lo que me llene y me sienta feliz, solo eso. –
- Te entiendo, también quiero eso, pero sabes como es mi madre, y no me dejará hacer lo que quiera aunque se lo suplique, así que, medicina se ha dicho – intento ocultar su tristeza con una sonrisa, pero solo salió una mueca.
- Amiga, yo se que si se lo dices ella entenderá, es tu mamá y te ama por lo que eres y serás – le sonreí y la abrace.
Cuando estas en ultimo año lo único que hacen es presionarte con lo que debes hacer con el resto de tu vida, ¿pero que saben ellos de esta?, ¿han cumplido sus sueños como querían a nuestra edad? Quizás algunos si, pero otros que no, y de eso estoy segura.
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El día paso casi volando, así que llegue a mi casa como a las seis de la tarde. Comí algo y mire televisión, no tengo tareas, ni trabajos, esto me gusta. Luego de dos horas sin hacer nada, escucho la puerta del departamento, mi mamá había llegado.
- Hola hija, ¿cómo te fue hoy?-
- Bien ma, ¿y a ti?-
- Agotador, ese hospital nunca esta vacio, siempre hay enfermos que atender, pero bueno, no me quejo, con eso pagué mis estudios y pagare los tuyos, ¿que haces?-
- nada solo miro tele, ¿te sientas conmigo?, te hare un té- le di un beso en la frente e hice que se siente en el sofá en el que estaba antes. Mi madre siempre a dado todo por mi, cuando era pequeña, antes de que naciera incluso, mi padre nos abandono, nos dejo solas en un cuarto que arrendaban cuando ellos salían, era la historia de amor de jóvenes, ella se embaraza y el se va por miedo, ¿cobarde?, si, eso pienso que es mi padre.
Al llevarle el té a mi madre se lo entrego y me siento a su lado, es la mejor mamá que pude haber tenido, es hermosa y generosa, con un gran corazón, siempre ayuda a quien puede, y si no puede busca la forma, y es así como yo quiero ser, no tener que juzgar antes de conocer, ella jamás hace eso, siempre me dijo que había que conocer a las personas y buscar una forma en la cual poder ayudar, nunca juzgo a mi padre, pero yo por alguna razón si, es la única persona que he juzgado sin conocer, al tener 18 años las cosas cambian. Cuando pequeña quería conocerlo y así no juzgarlo, pero ahora, no sé si quiera, la verdad me ha hecho mucho daño, sólo por ser y no ser mi padre, siempre creí que si le pedía a mi hada madrina que el viniera, vendría, pero no, las hadan no existen, ¿verdad?, los cuentos y magia como dicen no suceden en este mundo, aquí las cosas son diferentes, hay que aprender a vivir con ello, y seguir, y así hice.
Al llegar las once de la noche me aliste para dormir, quite mi maquillaje, lave mi cara y mis dientes, quite igual mi ropa, y me puse una pollera vieja, así es mas cómodo. Apague las luces y me puse a ver la ventana, es increíble como en esta parte de la ciudad se puede ver el cielo, las estrellas y la luna, pero siempre hubo una sola que me llamó más la atención, la segunda estrella a la derecha de la luna, la de Petter Pan, jajaja, de seguro es una tontería, siempre fue mi cuento favorito, de todos los que me ha contado mi madre, siempre quise ir a Nunca Jamás. Recuerdo que despertaba asustada de mis pesadillas soñando que Garfrield me secuestraba y me hacia saltar por la tabla en la borda, mi madre llegaba y me consolaba, entonces se acostaba conmigo y me contaba la historia de Petter Pan, que el me salvaría si es que eso llegaba a pasar, que ese hombre nunca me haría daño estando Petter ahí, y asi era como me volvia a dormir.
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El despertedor suena a las seis treinta como siempre, me levanto, me doy una ducha y luego me visto, con mis timberland, leggins negros, y una pollera de “RUN-DMC”. Tome una chaqueta y salí, mi escuela estaba algo lejos, pero decidí caminar, me puse mis audífonos, y me dedique a escuchar una de mis canciones favoritas, “Keep ya Head Up”, no sólo me gusta la letra, si no que ese es uno de los hombres que me inspiran. Estaba metida en mis pensamientos cuando de repente veo a un hombre tirado en el piso cerca de los basureros remeciéndose, quito mis audífonos y me dispongo a ayudarlo.
- Oh por Dios, ¿estas bien?- le digo casi sin aliento, nunca había ayudado a alguien así.
- Aaaaah – decía asiéndome entender que sentía dolor – no, preciosa no, pero esta bien, estare bien – se levanta sólo de un golpe, dándome la espalda, al verlo de pie trae una chaqueta larga de cuero, con unos pantalones apretados al cuerpo también de cuero y una botas militares. Al verlo así creo que es algo extravagante y me quedo viéndole la ropa, pero al darse vuelta y ver su rosto me sorprende. Tenia unos ojos azules como el cielo, el cabello corto y una barba de días que le hacia ver muy sensual y sexy. Me perdi completamente en su mirada y el al notarlo me lanzo una sonrisa coqueta.
- Pero que mal educado soy, permíteme presetarme – dijo sacándome de mi transe, no pude evitar sonrojarme un poco - Soy el capitán Garfield, pero muchos me dicen Garfio – dijo haciendo una pequeña reverencia.
Al escucharlo quede paralisada, no sabia que decir, mi transe se acabo al esuchar quien era, mi rostro cambio, por el amor de dios, estoy loca o este me esta jugando una broma, y una muy fea.
- Jajajaja ¿tu crees que me voy a creer el cuento de que eres garfio? – dije en tono burlesco – no tengo 9 años, capitán – dije en sarcasmo
- ¿No crees que sea el pirata mas guapo de todos los mares? – pregunto haciéndome sonrojar, rio un poco por ello.- eso si lo crees, lo que no crees es que sea el pirata de una sola mano, ¿verdad?-
No dije nada, no sabia que decir, me había dejado en vergüenza, solo por sonrojarme, pero en ese momento pude ver su mano, era sierto, tenia una sola y en la izquierda un Garfield, pero yo no me creería ese cuento, no soy una niña.
- Já, ¿y tu esperas que solo por tener un Garfield piense que eres el capitán de Jolly Roger?, no te creas, no soy tan inocente- dije en tono de superioridad, no dejaría que me deje en vergüenza otra vez.
- Pues linda, así es, soy ese capitán- dijo mostrándome sus dientes perfectos y blancos, si fuera pirata no serian asi, ¿verdad?, los piratas son sucios y feos, este era hermoso, guapo, ardiente, sexy, aaay! Dios, sacate esas ideas de la cabeza niña. Esto es una broma de mal gusto y punto.