Capitulo 17

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Ya pasó dos meses desde que volví a Buenos Aires, y mi vida, desde mi cumpleaños, cambió bastante.
Me encontraba en el sofá de mi departamento, recordando mi viaje por Nueva York. Es el viaje más insuperable que tuve en mi vida, todos los días lo recuerdo. Desde que Cata me dio esos boletos, me siento con un poco más de suerte que antes.

Dejé la facultad de Derecho, ¡por fin! era lo que más quería, ya que cuando comencé a estudiar esa carrera, lo hice más pensando en mis padres, que en mi. Debo admitir que a mis padres no les gustó mucho la decisión que tomé. Igualmente, con el viaje a Estados Unidos, ya había perdido un mes de clases, eso significaba que tenía muchas posibilidades de que tenga que re-hacer el año, así que tan solo pensé en lo que realmente quería y sinceramente, ser abogada, no era de mi agrado.
Aunque aún queda mucho tiempo para que comience un nuevo año, lo espero con excesivas ansias y así, anotarme en una facultad de medicina, carrera que SÍ, y muy segura lo digo, deseo estudiar. 
Cuando pensé en medicina, recordé que Tomás era un estudiante de esa carrera, ay, lo odio, profundamente. Pensar que me dijo que me amaba, pero, desde el día en el que lo eché de mi casa, no volvió, ni siquiera a explicarme la situación, acepto que no lo iba a escuchar, pero, las actitudes son lo que más molesta.

Volví al mundo real, miré mi celular, 11:25 de la mañana. Observé mi fondo de pantalla. Julian. Mi perfecto y hermoso Jules ¡cuanto he de extrañarte!. Desde hace dos meses, no tengo contacto con él, no me atreví a molestarlo, y por eso nunca le mandé un mensaje y/o correo. De todas formas, él tampoco lo hizo, y eso, me hace sentir estúpida, sí, una tonta, porque aunque me cueste creerlo, Julian tenía muchas chicas atrás de él por su carrera, como él mismo lo dijo, y eso me hacía pensar cosas que no creía que él podría hacer, pero de todas formas, existen posibilidades. Tal vez, yo, era una más de sus chicas de una noche. 

Me levanté del sillón, estaba aburrida, así que decidí ir a la casa de mis padres. Como no tenía nada importante que hacer, tomé mis llaves y caminé hasta allí.

Al llegar, vi que mi padre estaba arreglando el auto, rápidamente, me abrió el portón que estaba cerrado con llave, y me abrazo fuerte, ¡como amaba a ese hombre!
Entré a mi casa, bueno, casa de mis padres, y vi a mi mamá peinando a Gabi. Se sentía olor a pizza, que venís desde la cocina. 

-¡Qué suerte que viniste!, me acaba de llamar tu abuela, tengo que ir al hospital con ella, ¿lo llevarías a Gabi a la escuela por mi?

-Obvio mamá, no te preocupes.

-Pero, espera, no te vayas- dijo, cuando me vio tomar la mochila de mi hermano ya lista para irnos- primero, tenemos que comer, y segundo irás en el auto de tu papá, él se quedará, yo iré en taxi por que tu padre nunca me quiso enseñar a conducir, ¡mi vida sería más fácil si tu padre no se habría echo el malvado!- dijo mi madre entre risas. 

Terminé de peinar a Gabi mientras mi madre controlaba las pizzas que estaba cocinando. 
Cuando mi hermano ya estaba listo, le dije que se sentara en la silla y esperara la comida, cosa que hizo con mucho gusto. Me dirigí a la cocina, para ver si mi mamá necesitaba ayuda, pero no la necesitaba.
Tomé un vaso y lo cargué de agua, tenía un leve dolor de cabeza, así que me fui al baño y tomé unas pastillas para el dolor de cabeza que había en el botiquín. Me apoyé sobre la pileta, y sentí mi celular sonar

-Wow, increíble, creí que lo dejé en el sofá, en mi casa- pensé -O tal vez tengo poderes de transportación.

Saqué el celular del bolsillo de mi pantalón de jean, y noté que era un mensaje de texto de Cata.

*Mensaje de: Cata♥
Alma, te necesito, necesito que vengas ni bien te desocupes, estoy asustada, y muy. No es nada grave (o eso creo) pero es la primera vez que me pasa, y tengo un problema con los sentimientos encontrados. Sos la única persona en la cual confío. Por favor, ven. Te quiero mucho.*

¡Feliz cumpleaños!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora