April
El almirante nos pidió a todos desalojar la sala, excepto a Steve. Esto me generó cierto alivio y una ventaja para ganar distancia, no quería pasar más horas fingiendo que no existía, que no estaba sentado frente a mí un fantasma por el que hice todo lo humano para olvidar, que me hizo sentir humillada y convertirme en otra persona, persona que a veces aborrezco. Durante toda la junta me miraba y lo ignoraba, algunas veces lo vi de reojo y chocábamos miradas, yo marcaba mi retirada. Hacía frío y aún así mi ansiedad me hacía sudar cual cerdo, mierda, los nervios si que supieron joderme. Le dirigí una que otra mirada de odio ligada a un mínimo sentimiento de extrañeza mientras debajo de la mesa dejaba expuestas todas mis emociones, me apretaba una mano con otra para intentar tranquilizarme, las palmas también me sudaban, me pasaban los recuerdos, los momentos juntos... como diapositivas que no podía parar.
Al salir de la conferencia todo el personal se disipó, me dirijo al tocador porque tenemos más de una hora para cambiar de uniforme y salir a la misión.
Tengo en el estómago una sensación tan extraña, como si estuviera revuelto. Mis ojos están aguados pero no sueltan ni una sola lágrima, es irónico casi poético, mi orgullo predomina en mí solo un poco pero no lo suficiente. Creo que debí estar preparada mentalmente para algo así, por Dios, sabía perfectamente que me lo cruzaría en algún punto, a quién engaño llegué a presentarme más de una vez la situación en mi cabeza el "cómo sería sí...", situaciones distintas y para cada una tenía una solución, distintos panoramas, variantes, todo. Donde los sentimientos estaban anulados al igual que los remordimientos y titubeos, en mi cabeza era yo siendo regia y segura ante la vida, erguida ante el régimen de turno, por dentro y por fuera. En mi cabeza no había espacio para demostrarme débil, ni siquiera conmigo misma.
Tengo muchos sentimientos contrariados, estoy feliz por iniciar a ejercer en la marina armada, en el mejor pelotón de fuerzas especiales, no muchos llegan donde me encuentro hoy pero todo esto está limitado... mi esfuerzo está limitado ante la presencia de Stev, mi habilidad, mi agilidad por una presencia que no es temporal, que incomoda, a la que debo acostumbrarme nuevamente y de la que debo recibir órdenes, está vez el terreno de batalla no es una cama, esta vez no hay cabida de huida, no hay excusas, aquí no existen las excusas y si llega haberla hay que tragarla.
Miles de dudas surgen en mí; sus ojos estaban turbios, ese azul que conocí en tono claro parecía mar revuelto. Ha cambiado físicamente, su espalda es mucho más amplia, ahora tiene barba, luce mucho mayor... Yo... con todo esto solo puedo decir que Stev siempre será mi régimen de turno, sin importar lo que haga o con quién me encuentre.
Y si... ¿Y si solo estudié esto para volver a verlo?... Qué carajo es lo que estoy haciendo.
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ALTA en el PELOTÓN!
Teen Fiction-¿Cuando nos distanciamos tanto? -dice comprendiendo que ya no hay remedio- -Cuando cada uno decidió huir. ¿Podemos continuar con nuestro trabajo? -Sabes que por más que ignoremos todo esto, siempre saldrá a flote. -Por supuesto, cariño. - e...