Trate de alejarla de mí, su roce quemaba mi piel mientras sus palabras se clavaban cual dagas en mi frio corazón.
-Por favor, no me dejes, te lo suplico- exclamo contra mi pecho.
-Nuestro amor no es posible Ángela, lo sabias desde el principio- le respondo seco y cortante, trato de hacerla entender que lo nuestro es una locura, que no estamos destinados a ser uno.
Y sí que duele ¡Joder! Me había tocado la peor parte del trato que consume hace ya muchos años, décadas diría.Todo lo nuestro se formó a través de una tormenta que no amainaba ni un segundo, nuestras miradas se consumían entre ellas y arrasaban con todo a su paso, antes del final no nos importó las consecuencias que esto conllevaba.
En un recuerdo fugaz, sus caricias que palpaban cada centímetro de mi piel, que lograban el estremecimiento puro del placer sobre mí, cuyo abría paso a mi mente un sinfín de situaciones lujuriosas, pecados, ¡Pecados!Me siento consumido por ella, por su cuerpo, sus pensamientos, su carácter y determinación. Mierda, estoy sumergido en un mar lleno de ella, Ángela.
Que irónico que su nombre sea puro e inocente, cuando debajo de su mirada oculta a un demonio, que consume tu alma hasta que ya no queda nada, absolutamente nada… Los otros chicos tenían razón, la llamaban Devoradora de Ángeles.
-¡Ya basta!- grite al darme cuenta de la situación tan peligrosa que se generó, mi vida corría riesgo- ¡Aléjate de mí, por favor!- automáticamente la aparte de mí lo más que pude y aprecie en su mirada un destello rojizo… ante mi estaba la misma hija de Lucifer.
-Ven a mí, sabes que me perteneces, ¿porque te niegas a aceptarlo?
-Mentira, vete con tus habladurías, ya no funcionaran conmigo- le respondí con un dejo de duda en mi voz.
-Te amo, Sariel.- exclamo con orgullo, no con ternura, no con amor, no con sentimiento… y ahí lo supe, fui un tonto juego, una apuesta que seguramente la habría hecho en el Infierno.
-Descubrí tu estúpido juego, Ángela. Y no voy a caer en él, puedes volver al Infierno, pero tendrá que ser sin mí.
Observe el asombro en su rostro, y rápidamente cambio de postura, optando por una altiva.
-¿En que falle?
-En tus últimas palabras, se nota cuando lo dices sin sentirlo, Adiós, le advertiré al Padre sobre esto.
Y así, con el corazón ardiendo en llamas, deje atrás a la mujer que creí amar con mi alma, desplegué mis alas y me aleje de ese estacionamiento, en medio de la fría y desolada noche. No voltee hacia atrás, y no lo volveré a hacer.
En una cosa me equivoque, lo reconozco… Ángela si logro llevarme al infierno, pero no al que ella deseaba, sino a uno mucho peor.
___________________________________________Hasta aquí llegó este relato, me divertí mucho escribiendo esto, a pesar de que está fuera de mi zona de confort.
Pensé en hacer una novela sobre estos misteriosos seres, aún está sobre la mesa está opción.

ESTÁS LEYENDO
Engaño
Short StoryUn relato corto, con un final abierto y sorpresivo. Contiene amor y engaño.