La voz venía de la puerta principal de la casa, donde habían dos personas paradas bloqueando la salida.
Llevaban una túnica completamente negra, que los cubría completamente. Era una túnica, pero algo extraña, ya que no era tan holgada como se acostumbra ver y parecía tener el cierre en la parte frontal. La voz que escuchamos parecía ser de mujer, pero por cómo estaban vestidos no lograba identificar el género de ninguno.
-Parece que hemos tenido mala suerte. -dijo Anna.- Encontrarnos a alguien así justo saliendo.
-¿Quienes son? -pregunté.
-No importa quienes sean. -intervino Rebecca, dejando su pequeña mochila en manos del mayordomo.- Solo tenemos que lidiar con ellos.
-No lo hagas. -dijo Oscar, sosteniendo a Rebecca del hombro.- No será tan fácil.
-Oscar tiene razón. Hay tres más de ellos esperando fuera. -Christopher dió unos pasos adelante para ponerse al lado de Anna, quien se encontraba al frente de nosotros.
-Sólo hemos venido a llevarlo con nosotros. -dijo uno de ellos. Ahora la voz era masculina y parecía provenir del más bajito.- Si nos dejan que nos lo llevemos nos iremos sin causar problemas.
Rebecca se había soltado de la mano de Oscar y pasando al lado de Anna comenzó a acercarse a los encapuchados con el brazo levantado.
-No me importa lo que busquen, pero no tomarán nada nuestro.
-Rebecca... -comenzó Anna, pero antes de que ella hiciera algo, o incluso antes de que los encapuchados hicieran algo tuve una sensación extraña.
En una fracción de segundo sentí que algo faltaba a mi lado, y ví como mi hermana aparecía detrás de los dos enemigos con su arma fuera y a unos dos metros por encima del suelo.
Por un momento no sabía qué sentir, si miedo o felicidad ya que haciendo algo arriesgado parecía haber tomado a los enemigos por sorpresa. Pero esa felicidad desapareció con la misma velocidad de apareció, ya que casi al instante de llegar, se vió rodeada de algo bastante extraño de unos 40 centímetros que no pude reconocer en ese momento. Ella reaccionó rápido, dando golpes tanto con su pierna como con su arma a estos objetos mientras aún se encontraba en el aire. Justo después de hacer eso apareció nuevamente a mi lado.
-¿Que demonios hiciste? ¡Pudiste haber terminado muy mal haciendo eso!
-Quería ver si lograba algo...
-¿Conseguiste algo útil? -le preguntó Anna, sin voltear a vernos.
-Me atacaron con muñecos de peluche. -contestó Ale, con una cara sorpresivamente muy seria.- No se quien fue ya que ninguno se movió, pero a uno de ellos lo atravesé con mi arma, y sentí extraño, como si estuviera atravesando algo más que no era tela.
Lo que me dijo me pareció extraño, pero al ver nuevamente me di cuenta que en el suelo detrás de los encapuchados tenían detrás varios muñecos de peluche. Estos eran todos pequeños animales: un león, una oveja y un par más. En ese momento me di cuenta que era el único que estaba sin armas, por lo cual proseguí a sacarlas, uniendo ambas con Shin.
Ninguno de los dos pareció inmutarse al vernos a todos armados, conservaban toda la calma del mundo.
-Regresamos. -dijo Anna.- Aplazamos la salida por el momento.
-No lo recomiendo. -dijo la mujer.
-Anna, toma a Kai y regresen. Nosotros bajaremos y los alcanzaremos en un momento.
Mi hermana asintió y fue a tomarme de la mano, pero justo en ese momento algo se interpuso entre nosotros y lo único que pudimos hacer fue alzar nuestras armas para cubrirnos. El golpe nos separó unos metros y para cuando identifiqué lo que era entendí lo que decía Ale. Entre nosotros solo había un oso de peluche con un poco de algodón fuera de su estómago, pero yo estaba seguro de haber sentido un golpe metálico contra mis armas. Quizá tenía un exoesqueleto metálico por dentro o algo por el estilo.
El oso, al caer al suelo dio un salto hacia mí, el cual yo levanté ambas manos para cubrirme, lo cual no fue necesario, ya que Oscar apareció al lado y aplastó al muñeco con un gran martillo negro.
-¿Qué quieren realmente? -preguntó Anna, moviendo sus manos, las cuales estaban celestes y a su alrededor tenían una pequeña nube.
-Venimos por ese niño. -dijo la mujer señalando con su dedo hacia donde yo me encontraba.
-¿Por mí? -pregunté extrañado, e ignorando al muñeco ahora aplastado en el suelo. Pero antes de preguntar la razón se me ocurrió otra cosa.- ¿Ustedes tienen a mi padre?
-Si lo tenemos. Está encerrado esperando a que lleguemos contigo para darle un mejor trato. -respondió la mujer.
-No le creas Kai. -dijo Christofer, colocándose justo al centro de donde se encontraban los encapuchados y yo.- Está mintiendo. Lo puedo notar ya que al causar visiones a la gente yo tuve que practicar para parecer convincente y puedo darme cuenta más fácilmente quien dice la verdad y quien no.
-Déjen que tomemos al chico o ésto se tornará algo agresivo. No queremos tener que traer a los demás y tomarlo por fuerza bruta. .agregó el hombre.
-Eso no lo harán. .dijo Ana y colocando su mano en el suelo la puerta de la entrada se selló con hielo y justo en ese momento sentí como mi hermana se colocaba a mi lado nuevamente para irnos, pero el oso se levantó nuevamente y nos detuvo. El pobre ahora estaba con partes de algodón blanco sobresaliendo de todo su cuerpo, incluso algunas partes metálicas y un ojo menos.
Antes de que pudiera hacer nada más Anna lo congeló.
-¡Tómalo y vete! Ya evitaré que hagan lo mismo.
En el momento en el que dijo eso pasaron muchas cosas: Ella levantó una pared de hielo que fue construída a medio camino mientras los del culto se abalanzaron sobre nosotros a los cuales Christopher y Rebecca detuvieron con sus armas, mientras que los demás lidiábamos con muñecos de peluche.
Pero lo que más me sorprendió fue el que mi hermana callera de rodillas gritando, abrazándose ella misma y con una mirada de terror.
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Prisión Fantasma
Teen FictionLos poderes son algo peligroso. No puedes vivir con ellos sin huir. Primero ser atacados y luego separados. Darse cuenta que aunque la mayoría de la vida a sido dedicada a entrenar, aún se puede ser muy débil ante los peligros del mundo. Kai está ca...