Capítulo único

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Tenía el orgullo por las nubes, no iba a negarlo.

No aceptaba un no por respuesta. Conseguía lo que quería, pero sin llegar a la violencia o a la agresividad.

En si, todo lo conseguía con sus palabras.

Era un curioso muchacho. Agresivo y un heterosexual de primera, cruel y despiadado con todos aquellos que se le interponían. No por nada, pero estar en el equipo de los más fuertes, los jugadores de fútbol americano, te daba ventajas. Ventajas con las chicas.

Facilidades para dejar por los suelos a los estudiosos.

Habilidades mediocres que les hacían solo fijarse en su cuerpo y en tener a un par de chicas diariamente.

Específicamente uno de ellos nunca había aceptado ni propuestas, ni confesiones, ni había tenido pareja, ni se había acostado con nadie, al menos que alguien lo sepa. Era serio y normal, se burlaba constante de los frikis junto a su grupo de amigos, pero nunca tocó a uno de ellos, sea por respeto o porque le salvó la vida, pero nunca le dirigió siquiera un: "buenos días" o algo así.

Eran de dos grupos sociales escolares totalmente diferentes. Y por ende no debían dirigirse la palabra, en la escuela.

Pero... ¿Quién ha dicho que no podían "hablar" fuera de ella?

- Ah no, de eso nada, habíamos quedado para ver la temporada entera, me lo prometiste- se quejó con voz infantil abrazado a su pierna evitando que se fuese, lo estaba arrastrando por el suelo y no le importaba tener heridas en la barbilla si con eso evitaba que se fuese. Siendo cómica la escena, porque no le costaba nada arrastrarlo con la fuerza que tenía, estaba preparado físicamente para grandes cargas, pero no para lastimarlo.- Kenneth, por favor, que son diez minutos por capítulo y son solo cinco... Apenas será una hora... Y pueden ser tres cuartos de hora si nos saltamos el opening y el ending...

Lo escuchó chasquear la lengua contra el paladar y gruñir derrotado. Alguna que otra maldición interna y murmurar entre dientes mientras volvía a sentarse en el sofá. Cruzado de brazos. Leopold se vio sorprendido por ese cambio de actitud, pero no ibas cuestionarlo, se sentó junto a él, sabiendo que se pondría con el teléfono, pero estar en compañía y con el calor corporal de alguien a tu lado era mejor que nada. También aprovechaba para apoyarse a veces. Porque si. No era la primera vez que Kenny, el mejor jugador y el más cruel, serio y fuerte de todos en el grupo, iba a casa de Butters, el más friki, tierno, vulnerable y estudioso de todo el instituto.

El motivo era sencillo. Ya lo he dicho antes: "Butters le salvó la vida a Kenny".

¿Quieren saber cómo fue?

Obvio, ¿Porque sino han leído hasta aquí?

- Buttercup- musitó al inicio del quinto capítulo, este lo miró, sorprendido de sentir como tomaba su mano de forma indiferente- estuve pensando en aquel día...

La mirada azulada del muchacho se volvió comprensiva, detuvo la serie a través del mando a distancia. El ambiente se volvió nostálgico, casi apenado. Le acarició los nudillos con ternura.

- lo que pasó aquel día, se quedó en aquel día- murmuró sutil, lanzando una mirada tranquila a sus ojos azules con toques morados- lo que hice, lo hice porque no podía dejarte allí

Consideraban ese tema tabú, no lo mencionaban, solo hacían referencia, y cuando se trataba de ese tema era sutil.

- no entiendo porque lo hiciste... Me lo merecía...

El rubio menor de acercó a dejar un roce de sus labios en la mejilla del otro.

- no lo merecías... Todos merecen vivir

110.- Promesa (Bunny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora