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Yuta entró al salón luciendo agitado y miró hacia todos lados, fingiendo que no sabía que Jungwoo se encontraba allí. Ellos no eran muy cercanos y eran contadas con los dedos de una mano las veces que habían entablado un conversación, sin embargo, le pidió que lo acompañara y ayudara con algo urgente, apelando a que no había nadie más cerca. 

Jungwoo no se había negado y se dejó arrastrar fácilmente por el mayor hasta fuera del salón. Se acercaron hasta el armario del conserje, donde Yuta le había dicho que había alguien encerrado mientras caminaban hacia allá, pero al llegar la puerta estaba abierta y no había nadie allí. El menor supuso que quien fuese que estuviese dentro, ya había conseguido salir y tampoco le dio importancia a cuando Yuta solo se encogió de hombros y se marchó dándole las gracias antes. 

Regresó al salón para tomar sus cosas e irse de una buena vez también, no obstante, cuando buscó su libreta entre sus cosas para guardarla también, se alarmó al no encontrarla y no tardó en llamar preocupado a Jaehyun para preguntarle si es que él la había tomado antes de irse. Suspiró aliviado cuando el chico le aseguró que así era y decidió dejar de encerrarse en pensamientos relacionados con Doyoung por un día, por lo que sin más tomó su mochila y salió del edificio para regresar a su hogar.

Mientras tanto, después de celebrar su gran actuación de forma silenciosa, Yuta había corrido hasta su propio casillero donde Dongyoung lo esperaba recostado con los ojos cerrados y la libreta entre sus manos. Aprovechó la oportunidad y se quedó contemplándolo a la vez que intentaba regular su respiración. 

El menor se veía tan tranquilo así, que juraría que se había quedado dormido, mas cuando se acercó a comprobarlo, Doyoung abrió de golpe los ojos y frunció el ceño al tenerlo tan cerca de él.

—¿Terminaste? —preguntó sentándose derecho y Yuta asintió—. Revisémosla, entonces. Estoy impaciente, hyung; no quiero tener que continuar esperando.

—El chico que no quería tomar la iniciativa ahora está apresurado, quién lo diría —se mofó, haciendo al contrario bufar. 

Yuta rió de su reacción, pero enseguida apretó los labios y desvió la mirada. Se agachó para sentarse a su lado, y sin mirarlo comenzó a juguetear con un hilo suelto en su pantalón.

—Tú... ¿estás realmente seguro de ésto?

Dongyoung frunció el ceño y abultó los labios, confundido y molesto. Había sido él quien insistió en hacer aquello desde un inicio, ¿ahora por qué lo hacía dudar?

—¿Por qué no lo estaría? Sabes mejor que nadie lo mucho que Jungwoo me gusta, hyung. Se supone que ibas a ayudarme, ¿por qué te arrepientes de pronto?

Las mejillas del mayor se coloraron y dejó en paz el delgado hilo entre sus dedos. Movió su brazo hasta detrás de su cuello y comenzó a juguetear con los cabellos de su nuca, evitando por completo el contacto visual con el menor. Su corazón latía rápidamente y no estaba seguro de lo que estaba por decir, pero de todas formas habló.

—Ah, a veces me molesta que seas tan estúpido, Doyoung. ¿Realmente todavía no te das cuenta de que me gustas? 

Doyoung dejó a un lado la libreta que se había mantenido observando, y levantó la vista hasta el contrario, sin cambiar su inexpresivo semblante. Ambos se mantuvieron en silencio un largo minuto y Yuta de verdad sentía como si su corazón fuese a salirse de su cuerpo en cualquier momento por lo fuerte que latía. 

—En realidad no lo había notado. Digo, si se supone que te gusto, ¿por qué no hiciste algo al respecto en lugar de ayudarme con Jungwoo? No entiendo porqué me llamas estúpido a mí si eres tú quien está ayudando a estar con alguien más al chico que le gusta. Tú eres el tonto, Yuta hyung.

Yuta abrió con amplitud los ojos y bajó su brazo. Se sonrojó mucho más y por su cabeza pasó la idea de cómo hubiese sido si en vez de intentar ayudar a su amigo, se hubiese esforzado por enamorarlo. Sin embargo, una pequeña risa salió de su boca, la cual no tardó en convertirse en estruendosas carcajadas alegres que confundieron a Dongyoung.

—Tú realmente... Ah, ¿qué voy a hacer contigo? —dijo con una gran sonrisa.

—No lo sé, si te molesta deja de ayudarme y ya. Pero sé que puedes superarme. 

El mayor otra vez dejó escapar una gran carcajada y le dio un ligero golpe en el brazo al chico.

—Por supuesto que podré superarte, ni que fueras la gran cosa. 

Doyoung fingió estar profundamente ofendido y llevó una mano a su pecho, pero terminó por unirse a las risas de su amigo y disfrutando del ameno ambiente que se había formado luego de la leve tensión de momentos antes. 

—Solo hazme un favor como el chico recién rechazado que soy, Doyoung —dijo Yuta en cuanto consiguió dejar de reír y el contrario asintió—. No leas la libreta conmigo, ¿sí? No tengo ganas de ver al chico que me gusta sonriendo como tonto por alguien más —pidió sin borrar su sonrisa, pero aligerándola. 

—Está bien —accedió poniéndose de pie—. Me iré entonces, hyung. No puedo seguir esperando. 

Yuta asintió y desde el suelo vio a Dongyoung marcharse apresurado por el pasillo. Entendía su emoción, sin embargo, no podía evitar que le doliera un poco, solo un poco, no ser quien causaba esa emoción en él. ¡Por todos los cielos, ni siquiera había cambiado su expresión desinteresada para rechazarlo! 

Soltó una última carcajada por ello y cerró los ojos, aún recostado sobre su casillero. 

—¿Aún estás aquí, Yuta hyung? —preguntó una voz, sacándolo de su ensoñación y haciéndole abrir los ojos. 

—Mark... —musitó sonriendo—. ¿Qué haces aquí?

—Oh, me desocupé tarde del club en el que estoy —explicó riendo—. ¿Qué te parece si nos vamos juntos hoy?

Mark estiró su mano esperando a que Yuta la aceptara para ayudarlo a levantarse, sonriéndole ampliamente y contagiando al mayor con su alegría, quien no tardó en aceptar su propuesta y tomar su mano. 

—¿Y si mejor nos vamos juntos todos los días? 



Me da risa, porque la planificación
del capítulo literalmente era:
"YuDo friendship goals lo mejor
de la vida, ah. uwuwuwu".
Legal, copiado y pegado. lmao



SIN MOVER UN DEDO 指 DOWOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora