Único

72 7 1
                                    

La cálida brisa de verano me rozaba las mejillas, a la par que la espumosa agua de mar chocaba contra las rocas. No pude evitar recordarte, no pude evitar el sentimiento de nostalgia que la puesta de sol trajo consigo.
Recordé lo bello de tu sonrisa, esa que estaba adornada de un tierno hoyuelo, aquella que iluminaba mi vida, tus ojos brillantes y cálidos que solían calmar todas mis pesadillas, recordé lo melodioso de tu voz, que me hacia querer bailar a su son. Recordé tus labios, tus jodidos labios, tan suaves, embriagantes y adictivos. Recordé tu tacto, suave y cálido, solías tocarme como si tuvieras miedo a herirme. Recordé tu cabello, de un profundo color azabache, tan suave que podía pasar horas acariciando. Recordé tu risa, tan infantil y cálida, que me contagiaba y me hacia soltar las más sinceras carcajadas.
Te recordé riendo por las bromas que te hacia, también te recordé con el ceño fruncido y concentrado leyendo aquella novela trágica que te di en tu cumpleaños. Te recordé bailando, con esos movimientos tan sublimes, hipnóticos y con tanta pasión que podía ser sólo tuya. Te recordé cantando y lo hechizado que estaba por esa voz tan hipnótica que tienes.
Te recordé feliz en nuestras vacaciones, esas que fueron en China y recordé lo que dijiste ese día.

-Gracias Hunnie, gracias por traer mi hogar hasta aquí- dijiste con una sonrisa.
-¿Qué no tu hogar es aquí?- pregunte confundido.
-No Hunnie, mi hogar es contigo, mi hogar es donde estés , donde pueda estar contigo-.

Te recordé manejando mi viejo auto, ese mustang blanco que tanto quería, te recordé cocinando mi comida favorita, con un delantal blanco y una bella sonrisa. Te recordé recién levantado, con el rostro ligeramente hinchado y tus lindos labios abultados.
Te recordé debajo mio, perdido en el placer, con tu cuerpo cubierto por una ligera capa de sudor y los dulces sonidos que dejabas escapar a cada movimiento que hacia mi cadera y los incontables "te amo" que susurrabas en mi oído.
Te recordé de mil maneras, en todas ellas luciendo tan bello y efímero, aún si estabas frustrado, despeinado o enojado.

Pero también te recordé llorando, recordé el sabor amargo que me dejo tu llanto después de aquella pelea en la que terminamos gritando. También recordé la vajilla que te regalo tu abuela, rota en el piso de la cocina, después de que llegara borracho y hayamos peleado ese día. Recordé cuando en aquel bar me diste una cachetada por haberte insultado e insinuar que con el barman coqueteabas, aún cuando sabía que eras incapaz de ello. Recordé todas las veces que te hice llorar, recordé todas las veces que me comporte como un imbécil contigo. Recordé cuando dijiste que yo no era el mismo.

Recordé cuando te fuiste.

Fue en una mañana de invierno, cuando preparaste mi comida favorita, fuiste a darme un tierno beso en la mejilla, me dijiste que era tu niño consentido y que me amabas, que me amabas tanto que dolía, me susurraste un sin fin de cosas bonitas y me diste un suave beso en los labios mientras pasabas la manga de tu sudadera para limpiar tus lágrimas. Yo no estaba entendiendo nada, así que fingí dormir. Saliste de nuestra habitación y luego escuche la puerta de la casa cerrarse. Me levante rápidamente y encontré una carta tuya pegada a la puerta. En ella decías que te ibas y que no volverías, que me amabas más que a nada pero que esto te dolía, que esperabas que no te extrañara tanto y pudiera ser feliz, que tu lo intentarías, pero que nunca me olvidarias. En ese momento entendí que te había perdido, salí corriendo del que era nuestro pequeño departamento, pero no te encontré, te habías ido y para mi desgracia no volverías.

Te recordé Zhang Yixing. Te recordé como lo mejor de mi vida, como mi eterno amor, te recordé como mi felicidad y mi resignación.

Seguí observando como se ocultaba el sol mientras limpiaba mis lágrimas, para después seguir caminando por la playa, por esta que playa que tanto te gustaba.

Remember You (HunLay) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora