« Con Nuez. »

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E—
20051987

Dibujaba mis tardes de invierno cuando te escuche a la distancia.

Paseabas como quien se mantiene a dos metros sobre lo intangible; con dos secuaces a tus costados.

Lo tuyo nunca fue el sonreír al aire, si no más bien el dar intentos de medios sueños cuando algo te agradaba.

A mi me gustaba que tú boca no terminara en la curvatura de una sonrisa.

Y entonces mi miraste desde lo lejos y agitaste tu entorno con tus manos para saludarme y yo te sonreí de vuelta como siendo cómplice de una historia que comenzamos a escribir y solo nosotros conocemos.

Miradas cómplices.

Tocando las tres de la tarde, cuando no queda nadie más entre los edificios clases; desapareces por el pasillo dentro de algún edificio y mi sombra te sigue después de minutos que cuesta soportar.

Los únicos que saben el secreto solo tú, yo, y los pasillos del edificio B.

Los únicos que saben el secreto solo tú, yo, y los pasillos del edificio B

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—Leeren—

La necesidad de un Chocolate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora