Olvidé advertir anteriormente que está pequeña historia es categoría terror, misterio y algo lemmon, (obviamente, pues yo la escribí xD) mil disculpas ¡sigue leyendo!
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En las clases de criminología, Kurapika había aprendido a utilizar técnicas para abrir esposas de ese tipo, así que no tardó más de un minuto en zafarse. Con la puerta era cosa distinta, tenía una cerradura con cadena que definitivamente haría más ruido del que quisiera y sería atrapado antes de poder huir.
— Tiene que haber otra salida, una ventana para saltar, lo que sea.
A paso descalzo iba por las habitaciones del departamento que era bastante amplio y lleno de cosas y muebles viejos. Entró a un lugar que parecía un ático donde estaban un par de maletas que reconoció de inmediato, eran de su anterior profesor, las abrió y estaban llenas de ropa y cosas, como si estuvieran preparadas para un viaje. Su viaje por el cuál habían llamado a un reemplazo.
— El profesor nunca se fue.
En eso escuchó pasos provenientes de abajo, Kuroro ya había salido de la habitación, así que se encerró en el ático esperando no ser encontrado pronto.
Respirar nunca había sido tan complicado.
— Eres un chico desobediente, Kurapika ¿quieres jugar a las escondidas? — Kuroro estaba tranquilo caminando a paso lento mientras de reojo divisaba todos los rincones, entró a una de las habitaciones que parecía un cuarto de estudio y al cerrar la puerta el rubio no tardó en bajar en silencio.
— Necesito encontrar la llave para abrira puerta o una salida — escuchó un chorro de agua derramarse cerca, tras una puerta blanca, posiblemente el baño, también los pasos apresurados de Kuroro hacía él, tuvo que pensar rápidamente, cuando menos lo esperó, Kuroro estaba frente a la puerta blanca.
Para su suerte, Kurapika ya se había escondido detrás de unas cajas en un pasillo, un sitio donde fácilmente veía directo a Kuroro, aunque hubiera deseado no poder ver aquello.
— ¿Sigues viva? Estás haciendo mucho ruido.
— ¡¡Neón!! — Gritó en su mente el alterado rubio al ver a la peliazul aparentemente ahogada en la bañera, desnuda y fría con el cuello ensangrentado. Su cuerpo comenzó a temblar, Kuroro no era alguien normal, además, por los hechos, se trataba de un peligroso criminal o asesino en serie.
Kuroro arrastró el cuerpo de la chica fuera de la bañera y la llevó directo al ático, Kurapika se alivió de no seguir metido allí y en cuanto lo perdió de vista siguió en la búsqueda de una salida, no encontró mejor lugar para buscar que la recámara, al entrar abrió deprisa todos los cajones que encontró.
Tragó saliva cuando descubrió lo que había dentro y no sólo eso. También se dió cuenta de que Kuroro tenía razón. Él sabía quién mató a sus padres.
Fotografías de su familia, periódicos sobre la noticia de sus desapariciones, de sus asesinatos, de sus cuerpos sin vida que aparecieron todos en el mismo sitio y con la misma condición.
Y muchas fotos de Kurapika, de cada año, de cada mes, de cada día de su vida. Incluso una de el día actual, dónde se encontraba sentado leyendo cuando Kuroro entró por primera vez al aula de artes.
Estaba definitivamente metido con la persona a la que tanto había estado buscando durante años. Un perfecto psicópata que lo había estado buscando durante tanto tiempo. No. Siempre había sabido dónde estaba y eso era aún más tenebroso para él. No era ningún profesor.
Un líquido espeso oscuro salía del armario que tenía frente a él, el miedo de ver lo que había detrás lo paralizó pero parecía no tener otra salida más que descubrir toda la verdad. Si su destino siempre fue morir a manos de un asesino psicópata, necesitaba entender porqué.
Abrió la puerta e inmediatamente dos cadáveres cayeron al suelo, Kurapika se alteró tanto que su respiración se agitó y su corazón casi se infartó.
En el suelo estaba su profesor anterior de artes, sin lengua, sin ojos, con el cuello rebanado, a su lado, otra persona, no la reconocía, pero llevaba una tarjeta en su saco la cuál sacó con cuidado. Su nombre era Joon. El maestro suplente.
Entonces todo tuvo sentido, Kuroro se hizo pasar por el profesor de artes para poder acercarse más a él, para poder tenerlo lo más cerca posible y disfrutar de su cuerpo para terminar acabando con su vida de la misma manera en que acabó con la vida de Neón, de su profesor, del suplente y...
De sus padres.
Lágrimas de odio, de ira, de desesperación salían a mares de los ojos del rubio, esa impotencia tan grande de sentirse acorralado, acabado, de saber que desde un principio jamás tuvo la oportunidad de ser libre o de escapar.
Kurapika siempre estuvo a la mira de Kuroro, era un plan especialmente para disfrutar de su lenta y próxima muerte. Tenía cavada su tumba desde que sus padres habían muerto, pero por alguna razón, había quedado con vida.
A la merced de vivir sólo, sin familia, con pocas esperanzas de encontrar protección, con sueños absurdos, desperdició esos años pensando en encontrar a una persona que siempre tuvo cerca, su cazador fue más listo todo el tiempo.
— Te odio... Kuroro... te odio...
— ¿Quieres saber porqué lo hice? — la silueta del moreno ya estaba dentro de la habitación segundos antes, observando desde la oscuridad con un cuchillo en la mano donde había grabado el nombre de Kurapika. — Eras hermoso. Demasiado perfecto para estar lejos de mi, te deseaba tanto que no podía soportar que nadie más te amará, tenía que deshacerme de todo aquel que tratará de quedarse contigo. Te vi crecer como si yo fuera tu padre durante años, hasta que llegara el momento de convertirte en más que un hijo a la distancia. La oportunidad perfecta para volverte mío para siempre.
— Si me ibas a matar ¿Para que esperaste tanto?
— ¿Quién dijo que quería matarte? — de nuevo lo hizo, esos labios posesivos tomándolo, obligando a su boca a corresponderle, amenazando su vientre con aquel artefacto. — ¿Tengo que repetirtelo? Quiero tenerte, que seas mío, que todo de ti me pertenezca, ya no basta con sólo mirarte, estar cerca, no estoy lo suficientemente cerca de ti, ni siquiera ahora que puedo tocarte, cada vez deseo más. Quiero estar dentro de ti, quiero adueñarme de cada parte de tu cuerpo, hasta el final.
— ¡NO ME TOQUES! ¡MALDITO! ¡VETE AL DEMONIO! — Kurapika intentó patalear y forcejear para alejarlo pero fue totalmente inútil, recibió un golpe que lo obligó a escupir sangre y guardar silencio momentáneamente.
— No me hagas lastimarte, no quiero que pierdas el conocimiento, quiero que estés despierto cuando lo hagamos, quiero que tú voz clame por más cuando esté dentro de ti.
— Muere...te...— pronunció con dificultad.
Al mismo tiempo ambos pudieron escuchar cómo el timbre de la habitación sonaba y Kurapika no esperó para usar todas sus fuerzas para gritar por ayuda.
— ¡AQUÍ! ¡AUXILIÓ! ¡POR FAVOR!
Un nuevo golpe le fue tendido en el rostro seguido de un intento por asfixiarlo, Kurapika hacía lo posible por mantener el aire de sus pulmones pero poco a poco sentía que le faltaba oxígeno.
El grito de Kurapika fue motivo suficiente para que las personas que estaban del otro lado de la puerta supieran que pasaba algo adentro.
— Oficial, derribe la puerta.
De inmediato golpes fuertes a la puerta principal alertaron a Kuroro que desesperado por desmayar a Kurapika sentía que tardaba demasiado, pero no podía matarlo, tenía que hacerse cargo de los policías.
Para su beneficio, Kurapika ya había dejado de moverse.
Y de respirar.
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KURAPIKA one Shots
FanfictionKurapika® Diversos escenarios, variadas historias, siempre con Kurapika. Algún One shot te va a gustar, te lo aseguro. SHIPPEOS A LO WEY ¡¡ESTO SE VA A DESCONTROLAR!! La mayoría tendrán contenido Yaoi así que estas más que advertido. Cada uno tendr...