12. Puedes preocuparte pero no demasiado

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—Está bien, abuelo. No, no tienes por qué preocuparte.

Yuri apretaba el teléfono contra su oreja, sentado en su cama y en la oscuridad de su habitación. Su abuelo había tenido un problema el día anterior, y había tenido que ser llevado al hospital de emergencia causando que no pudiera darle el feliz cumpleaños a su nieto a tiempo.

Nikolai le garantizó que no era nada grave y que su madre había sido amable al contratarle una enfermera, solo por si el evento volvía a producirse. También le confesó que no le agradaba mucho la idea de que una señora tuviera que cuidarlo, pero que estaría bien.

—Sé que no se te olvidó. Sí, gracias. De verdad, abuelo. Llámame cada cierto tiempo para saber si estás bien. Mejórate.

Yuri colgó, y se sentó mirando hacia la cama de Otabek. No había pasado la noche allí, así que Yuri no tenía que preocuparse por ser demasiado ruidoso o por molestar a alguien más en la habitación con llamadas a altas horas de la noche.

Aun así, la costumbre permanecía en él.

...

Yuri sintió que le pellizcaban el hombro. Furioso, apretó los dientes, dispuesto a formar una pelea en plena clase, sin importarle que lo sacaran del salón después. Su mirada se relajó un poco cuando vio a Mila sentada detrás de él, quien Yuri supuso era la dueña del pellizco.

Lo miraba con esa expresión de preocupación en su estado más puro, muy típico de Mila.

—Presta atención —le dijo ella.

Yuri asintió de manera leve, con los rastros de la molestia todavía marcados en su cara. Al frente, la profesora evaluaba un interrogatorio a cierto grupo de alumnos, y mientras tanto, el resto del salón permanecía hablando entre sí en voz baja.

—Vale, es que...

—¿Comiste bien?

Yuri parpadeó varias veces. Cerró sus ojos al imaginarse lo que Mila iría a decirle.

—No desayuné, pero...

Tal y como había pensado, Mila se cruzó de brazos y frunció el ceño. Yuri suspiró.

—¿Qué te he dicho acerca de no comer?

—Eh, ¿no lo sé? Algo acerca de que estoy en etapa de crecimiento, creo.

—Bueno, no seas estúpido y come tus comidas a tiempo. Apenas salgamos te comes un sándwich.

—Ya. No seas exagerada, solo no tenía hambre. Fue solo por hoy.

—¡Mentiroso! Llevas así una semana.

Yuri hizo un intento por cerrar la conversación viendo al frente de nuevo y dándole la espalda a Mila.

Cualquier persona diría que vivir en un internado era mejor si querías tomar tus propias decisiones y no preocuparte acerca de tus padres, pero con Mila era casi como vivir con ellos. Mila hacía y venía siendo su madre y padre desde que estaba allí, y no parecía querer cambiar nunca.

Sintió que Mila volvía a jalarle.

—Oye, ¿tu mamá te felicitó? —preguntó, y aun cuando Yuri no podía verla, sentía el tono de su voz. Mila se preocupaba, pero a la vez no quería preguntar demasiado—. Esto no es por ella, ¿verdad?

Yuri miró al frente, tratando de entender lo que estaba en la pizarra. No había prestado atención todo el rato, pero ahora se obligaba a mirarle por el hecho de querer concentrarse en algo más que no fuese la conversación que tenía con su amiga.

Handsome Devil [OtaYuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora