ATRAPADA #UniversoAwards

Capitulo 2

―Isabella ―me dice mirándome con sus profundos ojos verdes. Quiero responder pero de un momento a otro me he quedado muda, mis nervios vuelven y las manos me empiezan a sudar; gracias a Dios Mike me salva.

―Sí Hunter, ella es Isabella; Isabella, él es Hunter. ― ¿Es normal que una persona se te quede viendo tanto tiempo? Porque desde que empezó hablar Mike, Hunter no me despega la vista―. Bueno chicos, yo ya me tengo que ir, así que adiós. Lo sé, no lloren por mí pero es mi deber como novio visitar a su chica, así que adiós Isabella.

―Adiós. ―Es lo primero que dije desde que entré y con eso sale Mike dejándonos solos a Hunter y a mí.

― ¿Quieres sentarte? ―me pregunta después de unos largos segundos que estuve de pie.

―Sí, claro.

―Así que Isabella?

―Así que Hunter.

― ¿Sabes? Por lo general yo no suelo aceptar las citas que Mike me consigue, así que considérese afortunada.

― ¿Afortunada? —¿Es en serio? ¡Este tipo me acaba de decir que soy afortunada! Afortunado él de que yo estuviera aquí, sino estaría plantado.

―Claro, estás aquí conmigo. ― ¿Cómo en sus momentos más narcisistas se puede ver tan bello y yo ahí de idiota? Dios, ¿en qué locura estoy pensando?

― ¿Por qué no caminamos? —Es lo mejor. Si me quedo un minuto más aquí le lanzaré lo primero que vea, al menos así me distraeré un poco.

―Claro, lo que tú digas linda, solo pago la cuenta. ¿Sí?

―Sí, yo... yo estaré afuera. ―Apenas dije eso salí, no llevo mucho tiempo de la farsa y ya no aguanto.

Oh Isabella, me debes una grande.

― ¿A dónde vamos? ―me pregunta Hunter.

―Ehh, no sé. Solo caminemos, ¿sí?

Mientras pasan las calles nadie dice nada y lo agradezco. Yo solo me dedico a ver las calles de Escocia, sus colores y arquitecturas salidas de un cuento, todo iba muy bien hasta que Hunter habla.

― ¿Sabes? He tenido citas que hablan más que cinco palabras.

―Lo siento, es solo que...

―Tranquila, sé el efecto que hago en las chicas. ¿Sabes qué? Ven, vamos.

― ¿A dónde? —No se él pero yo estaba muy bien aquí.

―A mí departamento, no hagamos la cosas más largas, ¿sí? ―Pone su mano en mi trasero―. Acabemos con esto ya.

Quito su mano rápido de mi trasero y me alejo.

― ¡¿Qué te pasa?! ¿Qué te crees al decirme eso? No, ¿qué te crees al tocarme de esa manera? —le grito lo más que puedo, la gente que pasa solo se me queda viendo como loca pero eso no me interesa en este momento.

―Escucha niñita, está más que claro lo que quieren las chicas: pasar por mi cama. Así que no te hagas la tonta que no te queda.

―Eres un estúpido. ―Le doy una cachetada. Él solo se me queda viendo y yo no salgo de mi asombro... no puedo creer lo que hice y salgo corriendo.

****

― ¡¿Qué tú qué?! Por Dios, Alaia, ¿cómo hiciste eso?

― ¿Y que querías que hiciera? El idiota me propuso sexo, ¿entiendes eso?

―Sí, sí... Ya sé que te da terror perder tu virginidad pero no es para que hicieras eso. Cuando nos casemos y seas la madrina de mi boda no te llevarás bien con él, ¿dime qué voy hacer?

―Isabella, no tengo idea qué harás, solo sé que mañana tenemos clases así que te deberías ir a dormir. ¿Sí?

―Bueno ya me voy, solo una cosa... ¿Por qué no sales con alguien?

―Isabella ya hablamos de esto.

―Sí, ya lo sé, es solo que no sé... te siento muy sola.

―Isabella.

―Ok, ya me voy, sé cuando no soy querida en un lugar. Buenas noches, te amo.

―Buenas noches Isabella ―digo y sale como loca de mi habitación.

****
―Por aquí ―le digo al señor del taxi que se detiene frente la preparatoria.

Se supone que tendría que estar en mi primera clase hace 10 minutos pero no, la alarma no sonó e Isabella no me despertó. Fue hasta que su gato se subió a mi cama y como soy alérgica a ellos pues creo que está de sobra decir lo demás...

―Muchas gracias. ―Apenas digo eso salgo corriendo.

Al llegar al salón todos están poniendo atención a lo que el profesor está explicando, así que esa es mi oportunidad de entrar por detrás sin hacer ruido y sentarme de último como siempre lo hago, pero gracias a mi bendita suerte choco con el asiento de alguien y caigo de trasero en el suelo haciendo que todos me miren.

Estiro el cuello y puedo ver a Hunter mirándome con una expresión divertida. Sí señor, está conmigo en esta clase, lo bueno es que es la única.

―Señorita...

El profesor me queda viendo con cara de «¿qué haces ahí?» y yo digo la primera estupidez que se me ocurrió.

―Es que no encontraba mi lapicero, así que... Sí, eso... lo estaba buscando.

―Haré como que le creí y seguiré con mi clase. ―Se va dándome la espalda, así que con todas las miradas sobre mí y con la vergüenza más grande del mundo me voy al último asiento.

Definitivamente este será un muy largo día y sobre todo con la imagen de Hunter metiéndose mano  debajo de la mesa con alguna chica que no conozco.

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¡Hasta el próximo capítulo!