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—¿Cuál es la gracia de esto?

Comentó Taehyung observando la reluciente luna posándose sobre el mar, por más que la veía, no entendía porque a todos les parecía un acto digno de admirar. La luna solamente estaba replicando lo que hacía el sol al atardecer.

—Ya va a llegar el día en que lo entiendas —respondió Yoongi, con sus ojos brillando a causa de la hiptonizante luz de la luna—. Por ahora, trata de no comentar nada.

Taehyung bufó, se giró y comenzó a patear algunas piedrecitas. Tenía que esperar unos 10 minutos más para poder dirigirse a su casa.

—Ehm... Hola —oyó a unos metros de él, era una voz masculina—. ¿Podrías darme algunas piedras? Quiero hacerlas rebotar en el agua.

Taehyung asintió un poco confundido, recogió unas piedrecitas de un tamaño decente, y se las entregó al joven.

—Soy Jungkook. Jeon Jungkook —le respondió este, cuando en sus manos yacían aquellas piedrecitas—. ¿Cuál es tú nombre?

—Kim Taehyung —dijo, un tanto cortante. No le gustaba presentarse ante nadie, y menos si era un desconocido, pero tenía que dar una buena primera impresión—. Un gusto.

—Mmmh... Taehyung, lindo nombre —añadió Jungkook—. Bueno, iré a salpicar algunas piedras, fue un gusto conocerte.

Taehyung observó como el joven se acercaba lentamente al extenso mar. Le dió curiosidad como aquel joven emanaba inocencia y paz, tal curiosidad lo llevó a acercarse lentamente a él, sin que lo viera, analizando cada movimiento que hacia.

Jungkook se dio vuelta, chocando miradas. Le sonrió y le ofreció una piedrecita, en señal de que se le uniese. Taehyung aceptó con un poco de recelo.

—¿Cómo hago que reboten? —preguntó él, siendo su primera vez en la que intentaría hacerlas salpicar en el agua—. Es mi primera vez intentándolo.

Jungkook sonrió a más no poder, por fin, luego de años, le tocaba la instancia de poder enseñarle a alguien.

—Mira —comenzó a hablar, acercándose a un lado de él—, es sencillo, solamente tienes que colocar tu mano como el mar, y luego lanzar la piedra con un poco de fuerza.

—¿Cómo el mar? —pensó Taehyung—. ¡Ah! De costado.

Vaciló un poco si estaba bien o no la posición de su mano, pero de igual manera, lanzó la piedra; cerró los ojos esperando a que solamente se escuchara un Bloop, pero no, el chapoteo del agua lo sorprendió. Y también, las carcajadas de felicidad que soltó Jungkook.

Sonrió, al parecer lo había hecho feliz con eso.

—¡Yei! —gritó Jungkook mientras aplaudía felizmente, pero paró abruptamente al notar como Taehyung le miraba fijamente—. ¿Sucede algo?

—Oh, nada. Es que, tu felicidad me sorprendió, pero no sucede nada.

—Ah, eso... —pausó un poco Jungkook—. Es mi primera vez enseñándole a alguien, y me hizo feliz que hayas entendido.

Taehyung sonrió hacia el, mostrándole que él también estaba feliz de que su primera vez rebotando piedritas haya salido bien.

—¿Sigamos? —se atrevió a preguntar—. Creo que me gusta.

Taehyung y Jungkook se dedicaron a hacer rebotar piedras hasta que la Luna desapareció, dando paso a un cielo anaranjado gracias al Sol que salía en reemplazo de.

Concordaron en que mañana se juntarían en el mismo lugar y a la misma hora.

[•]

Ya habían pasado más de 3 semanas desde que, en cada puesta de la luna, ambos se divertían lanzando piedritas al extenso y profundo mar. Sin embargo, desde el día en que se conocieron, y desde que vio la resplandeciente sonrisa de Jungkook, Taehyung comenzó a sentirse más feliz con su presencia a lo largo de los días.

Pensaba primero que era porque era su nuevo mejor amigo, pero, a pesar de que quería hacer que su corazón pensara lo mismo, esto era contrario a lo que él sentía cada vez que lo veía llegar.

—Kook-ie —lo llamó, con un hilo de voz—. Creo que debo decirte algo.

Jungkook, por su parte, dejó de lanzar piedritas y posó su vista en Taehyung, provocándole unos pocos nervios al menor.

—¿Dime? —preguntó, amistosamente, y sonriéndole. Esto provocó que los nervios de Taehyung empezaran a aumentar desproporcionadamente, al punto de comenzar a temblar; pero sabía fingirlos perfectamente, no quería que Jungkook se preocupara—. ¿Necesitas más piedritas? Yo puedo ir a bus-

—Me... —respiró hondamente—, atraes.

Jungkook se quedó en su lugar. No dijo nada por algunos segundos, ocasionando que el mayor comenzase a arrepentirse internamente.

—¿Estás seguro de lo que acabas de decir? —habló, por fin, mirándolo fijamente—. ¿En verdad te atraigo?

Taehyung asintió. El mayor esperaba un rechazo inminente, obviamente no iba a ser correspondido. Y eso ocurrió, o eso pensaba él.

Jungkook se dio media vuelta y comenzó a correr en una dirección que no era hacia su hogar, a mitad de camino, paró y se giró en vista de Taehyung.

—¡Tu igual me gustas! —gritó, con toda la fuerza que pudieron desprender sus cuerdas vocales—. ¡Y mucho!

Y volvió a correr nuevamente. Taehyung sonrió, sonrió como nunca lo había hecho antes: con felicidad, y no falsamente como solía hacerlo.

Observó la puesta de la luna, y murmuró:

—Tenías razón, Yoongi. Por fin entendí porque siempre me traías a ver la puesta de luna.

Y lanzó una piedrita hacia el mar.

Espero les
haya gustado.
uwu

moonset - taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora