Pensar que voy a escribir me relaja. Jamás voy a crear una obra maestra, ni será un clásico, o siquiera va a ser algo. Solo sé que escribir me relaja. A veces piensa que es terapéutico, escribir estupideces sin saber, nada aquí tiene sentido, solo son un montón de palabras que salen de mis dedos.
Nunca seré capaz de escribir una obra como la que me gustaría, porque siempre terminan siendo forzadas y de sentimientos fingidos. Pero, cuando escribo sobre mi, la cosa no se siente tan fingida, porque los sentimientos de los que hablo son reales, son las emociones de una patética y estúpida adolescente que siente demasiado.
No hay nada interesante en mí, soy bastante estúpida; no esperes tener una conversación interesante conmigo, soy ignorante y poco agraciada; cuando me estoy nerviosa grito demasiado, y luego me quiero ahogar con mi propia saliva, porque sé que luzco ridícula.
Muchas personas escriben para no sentirse vacíos, yo lo hago para vaciarme; para dejar de sentir.
No sé de que va esto, no sé siquiera por qué lo hago, tal vez después me arrepienta. Tal vez, solo quiera intentar crear mi propio mundo; un lugar en el que pueda sentir que pertenezco y ¿Por qué no? a lo mejor hasta podría encajara.
