Capítulo: 84 "Tortura"

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Días pasaron, Mo XuaYu no se sentía bien con el entrenamiento, lo zambutían todas las mañanas a un pozo lleno de energía del resentimiento, no tenía permitido salir hasta después de unas horas adentro del pozo al cual siempre terminaba mareado, confundido, con su visión borrosa, su pecho lo sentía que podría estallar en cualquier segundo, su corazón latía desesperado, sentía su lengua entumecerse y un hormigueo recorría por sus extremidades, sentía como su sangre hervía a través de sus venas, sus ojos ardía y picaban como si le hubieran puesto gotas de limón, una fuerte presión atormentaba su alma como si estuviera forrada de plomo y la aventaran al fondo del océano, no quiera sentirse así, no quería hacer esto, pero ya era demasiado tarde, ya no podía dar marcha atrás o terminaría como Wei Wuxian, el pobre era torturado tanto físico como psicológicamente, decían que así sería mucho más fácil la absorción de energía del resentimiento.

Mo XuaYu iban en las tardes a la celda del doncel y le llevaba comida y agua a escondidas, a veces conversaban cobre sus pasados, sus sueños y sobre su sentir, pero al final no terminaban en los mejores acuerdos debido a sus pensares, sin embargo, eso no era motivo para que no florezca una amistad en medio del caos y la destrucción.

Esa misma tarde llevaron a XuaYu frente a Wen Ruohan que lo esperaba con una maliciosa sonrisa que erizo los bellos del doncel, sentado sobre su cómodo y majestuoso trono, frente a él estaban cuatro hombres atados de los pies y las manos, sus cabezas estaban cubiertas por telas negras, los cuatro llorando y pidiendo misericordia, al escuchar las desesperadas y desgarradoras voces de los sujetos, este se estremeció, un dolor inundo su pecho, lágrimas tibias se deslizaron por sus mejillas, un ardor quemo su cuerpo, su mente y su alma.

-¿Qué hacen aquí ellos? – Preguntó el doncel tartamudeando y temblando de miedo, pero con el ceño fruncido y un brillo de sangre en sus ojos.

- Son para ver los resultados de tu entrenamiento. – Dijo Ruohan mandando a traer su pedido, varios hombres de túnicas blancas con distintivos rojos con rosa traían cuerpos de diferentes tamaños, sexos y tiempo de fallecidos, unos estaban en estados de putrefacción y otros aún escurrían sangre fresca por sus heridas abiertas y rojas manchando el suelo.

-Has que despierten y los maten. – El doncel negó con su cabeza, retrocediendo varios pasos hacia la puerta, sin embargo, dos hombres fornidos la obstruyeron con sus espadas desenfundas en sus manos.

-Hazlo ¿O no me digas que sientes tristeza o empatía por ellos? Los mismos hombres que te violaron y te vendían para que innumerables de hombres se acostaran contigo; tu propio primo y tío que abusaban de ti, que te trababan como un simple esclavo y no como una persona ¿No sientes esa ira al verlos? ¿No quieres verlos sufrir por lo que te hicieron? Cinco años de tormento, dolor y humillación ahora puedes hacerlos pagar, ya no eres débil e inofensivo, ahora tienes el poder para hacerlos retorcerse de dolor y miedo, véalos están a tu disposición rogándote por sus patéticas vidas. – El doncel empezó a temblar de coraje, el dolor al recordar lo sucedido, recordar como todas esa lágrimas fueron derramadas, esos gritos por ayuda y piedad, la fría soledad y el helado y profundo miedo, sus pasos se volvieron firmes, avanzo hacia ellos y les descubrió las cabezas, los cuatro arrogantes hombres que hicieron un tormento su vida durante cinco años ahora estaban de rodillas pidiéndole misericordia, es cierto la vida da tantas vueltas, el doncel sonrió con frialdad, una niebla densa de color carmesí empezó a inundar la habitación, los cadáveres se empezaron a retorcer con violencia, los gruñidos hicieron eco en las páredes, todos los cadáveres se irguieron y con torpeza avanzaron lentamente hacia los cuatro hombres que lloraba y gritaban desesperados, todos los cadáveres con afiladas uñas y ojos blancos se abalanzaron contra los cuatro, gritos de dolor revueltos con quejidos de desesperación resonaron en toda la habitación, todos los cadáveres atacaron con garras y dientes, comiéndoselos vivos, desgarrándoles sus carnes, arrancándole los órganos, pisoteando y quebrándoles los huesos haciéndoles pasar un intenso sufrir y una sádica y lenta agonía, los cuatro se removían desesperados tratando de huir de su miseria al cual les fue imposible provocando que todos los espectadores rieran divertidos o entretenidos, el olor a sangre fresca invadió sus fosas nasales, este ataque perduro minutos hasta que solo quedaron pedazos de carne y uno que otros huesos ensangrentados o con partes de musculo que todavía se aferraba.

El doncel sonrió al mismo tiempo que lágrimas salinas se deslizaran por sus mejillas, su cabeza empezó a dolor con cada segundo el dolor, se intensificaba, quería salir corriendo y estrellarla contra un tronco o contra el mismo suelo, después de unos segundos todo se volvió oscuro.

Mientras que Wei Wuxian era sometido a latigazos, a cien cortes, a asfixia y a otros métodos de tortura infringidos bajo la mano de Xue Yang, después fue sumergido a un pozo lleno de energía del resentimiento durante horas era encerrado dentro del pozo, en completa oscuridad mientras que su cuerpo absorbía dicha energía, su cabeza dolía al igual que su pecho, su corazón latía acelerado, su lengua se adormecía y sus extremidades hormigueaban, no se sentía bien, no sabía si su visión era borrosa o no debido a que todo estaba negro, el doncel se acostó en el frió piso y cerro sus ojos al sentirse mareado y con asco, adolorido se quedó dormido mientras la energía se adentraba a través de las heridas realizadas por el joven, así que cuando tuviera la energía en su cuerpo este se convertiría en una marioneta viviente, al cual sería controlado para que controle a los cadáveres y energía del resentimiento, y así los perros Wen obtengan la victoria de esta guerra.

El doncel sufría un tormento, una larga agonía, no por la tortura física sino por la mental, el no saber y al oír las palabras de Wen Chao, empezaron a resonar en su cabeza, empezó a dudar si en verdad esas palabras eran falsas o no, temía por que fueran verdades. 

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elvis- Sempai

El doncel del amor y la cultivaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora