1 Cartas de Minnie

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-Aaaaay querida hermanita pelirroja,¡TE VOY A VENCER!

Una de las mellizas lanzaba ropa hacia la cabeza de su hermana, mientras que esta se agachaba para evitar que las prendas impactaran en su bello rostro, provocando así, que la ropa cayera por la ventana, haciendo un golpe de ropa contra el césped recién podado.

-¡NO SI YO LO EVITO, JAJAJA!

La pelirroja dibujo en su cara una sonrisa macabra mientras contraatacaba con mas ropa.

-¡¿NIÑAS, ¿QUE ESTÁN HACIENDO?!-preguntó la inconfundible voz de su madre.

Las hermanas sacaron su cabeza por la ventana para encontrarse con el rostro serio de su madre, que estaba cuidando los potrillos del patio .

-Nada mamita querida- respondieron con voz angelical, al mismo tiempo.

-Entonces no entiendo la razón por la cual llueve ropa del cielo.

-Es un regalo de Merlín mami-respondió la pelinegra esta vez.

-Es un manera de bajar la ropa mas creativa mente-le siguió su hermana.

-Estuvimos ideando muchas formas de bajar la ropa...

- Pero ninguna nos convencía...

-La íbamos a bajar en una tiro lesa...

-Pero no tenemos una...

-Así que como tampoco nos podemos aparecer, ni volar...

-Decidimos bajarla por la ventana-terminaron las dos juntas.

Su madre les dedicó una mirada y rápidamente comenzaron a juntar su desorden, y bajar la ropa lo mas civilizada mente que pudieron, saltando las escaleras como canguros.

Las mellizas Gaunt no eran muy diferentes físicamente, aunque mental mente eran casi idénticas.

Kia era pelinegra como la noche y tenía unos ojos celestes claros como el cielo y una piel pálida como la nieve.

Nia por otro lado era pelirroja oscura como la sangre, sus ojos eran de la misma tonalidad que los de Kia y su piel era también muy pálida como la de su hermana y madre.

Las dos tenían el cabello muy largo y brillante pasando le la cintura lo que las volvía muy hermosas, aunque solo se peinaban cuando tenían nudos.

Cuando terminaron de bajar rebotando las escaleras y dejaron la ropa en el lugar correspondido oyeron a su madre llamarlas para almorzar.

Las chicas acercándose al comedor distinguieron el olor del arenque ahumado, su comida favorita ya que era la especialidad de su difunto padre.

Rufus Gaunt, había sido torturado hasta la locura por dos mortífagos, y las mellizas habían visto todo lo sucedido desde el armario. Lo único bueno de ese suceso es que luego Kia y Nia habían descubierto una habilidad que pocos tenían; podían ver las maravillosas criaturas llamadas thestrals .

Kia y Nia desendian de dos familias de sangre pura muy importantes, los Gaunt y los Campbell, pero no solo era eso, sino que eran parientes del mismísimo Salazar Slytherin, y aunque a ellas no les gustara admitirlo, eran las primas segundas de lord Voldemort, aunque carecían de su tenebroso carácter (aunque si sabían hablar pársel)

-Niñas, hice su comida preferida-escucharon decir a su madre

-¡SIIIII!-gritó la pelirroja

-¡OH YEAH!-gritó luego Kia

Las niñas se sentaron en la mesa, observaron la comida con una mueca extraña, pues les hacía recordar momentos que estaban enterrados en lo profundo de su mente, y luego la devoraron como cerdas.

Kia y Nia y la piedra filosofalWhere stories live. Discover now