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Chasqueaba continuamente la lengua andando por la calle de esa bulliciosa ciudad, la gente iba y venía ajena al mal humor del pelirrojo. Andaba con las manos en sus bolsillos pensando en sus cosas… aunque ahora mismo más bien pensaba en una persona, pensaba en cierto Capitán pirata que a la vez ejercía la medicina.

- Cómo me toca las pelotas el muy hijo de puta…- chasqueó de nuevo la lengua arrojando insultos en su andar.

Cuando su barco llegó a esta isla no pensó en toparse casi de frente con los Piratas Heart, él encantado que lucharía –sobre todo contra su sanguinario capitán-, pero no, debían dirigirse rápidamente a por provisiones… los de su banda estaban aún algo resacados de su última juerga y pedían comida a gritos, posiblemente ni siquiera habían notado a los piratas del otro Supernova.

- Tengo unos retrasados mentales por nakamas en ese barco…- suspiró rascándose el cabello, después alzó la mirada con una sonrisa algo forzada, se negaba a aceptar la emoción que sintió al ver los profundos ojos grises de Law clavados en los suyos- Tch, estúpido Trafalgar…

Volvió a insultarle retomando su andar, a decir verdad no tenía muy claro dónde iba pero fuera cual fuera su destino esperaba llegar cuanto antes, ya su mente se estaba llenando de ‘esa clase’ de pensamientos donde el protagonista era siempre el mismo. Por supuesto que al principio luchó para evitar que su cerebro fantaseara con aquello… pero le excitaba demasiado la idea de tener al arrogante moreno gimiendo extasiado bajo él: “Eustass-ya, no pares ahora y dame más~”

Su rostro quedó tan rojo como su cabello, ese gemido le taladró los oídos haciendo eco en su –al parecer- vacía cabeza.
- ¡¡Vete a la mierda, Trafalgar!!- le gritó a la nada, asustando a varios peatones, y tras girar violentamente siguió caminando… no se dio cuenta de la divertida sonrisa que cursó los labios de cierto pirata que le miraba curioso desde hacía un tiempo.

- Tan explosivo como siempre, Eustass-ya.- murmuró sin dejar de sonreír, vacilaba entre si seguir andando hacia la tienda médica o seguir al pelirrojo un rato más.

La tentación, o el aburrimiento, pudo con él y se decidió por caminar tras la estela de personas asustadas que dejaba el otro tras de sí. Mantenía en su rostro esa sonrisilla, la cual esbozaba siempre en presencia del pelirrojo; no iba a negarlo, el capitán de los Piratas de Kid había llamado su atención desde su encontronazo en Sabaondy.
Carácter violento, orgulloso, agresivo, fuerte, impulsivo… en resumen: PELIGROSO. Y mentiría si dijera que el peligro no le atraía.

No costaba mucho analizar al chico, tan sólo bastaban unos segundos en su compañía para averiguar cómo funcionaba el primitivo cerebro del pelirrojo.
“Eres un libro abierto para mí…”- suspiró, ¿por qué entonces no le aburría? Incluso le gustaba verle luchar, esa habilidad metálica que poseía le resultaba interesante… más de una vez llegó a pensar que Kid de verdad era un imán, de alguna u otra manera siempre acababa o bien leyendo en los periódicos algo sobre él o bien topándoselo en alguna isla.
Ni siquiera planeó verlo en ésta, y no pudo dejar de mirarlo al verle llegar sobre su barco, incluso sonrió al ver su mirada molesta… “es tan sencillo hacerte enfadar”.

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Casi sin notarlo estaban ambos en el puerto, se preguntaba cómo había acabado ahí –no iba prestando mucha atención al paseo, se centraba en mirar la ancha espada de Kid- cuando vio de frente el rostro de quien seguía.

- Buenas noches, Eustass-ya.- disimuló sus nervios con una voz indiferente y mirada divertida.

- ¿Qué cojones hacías siguiéndome, Trafalgar?

Ladeó la cabeza apoyando su rostro en la larga espada que estaba apoyada en su hombro, no podía decirle que de verdad SÍ le seguía, y tampoco podría decirle que le interesaba el músculo que latía al lado izquierdo de su pecho.

whiskyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora