18 de septiembre, 2016.
Quien diría que vería morir a una amiga. Quien diría que iba a enterrarla, cuando en mi mente loca decía que ellos me iban a enterrar a mí. Es algo que aún me cuesta digerir. Me cuesta poder aceptar lo que estoy haciendo en estos momentos. Solange, muerta. No, no lo está. Se que ella aún vive en nuestros corazones.
Moisés en la mañana le dieron de alta en el hospital. En cuanto supo de la muerte de Solange se apresuró a ir a la casa de ella. Cuando nos miró a la par del ataúd, cayo de rodilla y soltó a llorar. Él tampoco lo creía.
Miro que está cansado así que, le pido la pala y continuo echando tierra a donde ahora descansará Solange.
No puedo contener mis lágrimas mientras arrojo tierra. Pienso en todo lo que conviví con ella. Todos y cada uno de los momentos, malos y buenos, que viví con Solange.
Lamentablemente Jolene no pudo asistir al entierro. Aún no recibe el alta del hospital. Piensa que todo es una broma, de que Solange no ha muerto.
Cada uno de los familiares y amigos nos acercamos a adornar la tumba con flores. Moisés, Carolina y yo colocamos las flores que le gustaban a ella. No las puede ver, ni oler, lo sé.
Nos quedamos nosotros tres más tiempo. Los demás ya se han ido. Son alrededor de las cuatro de la tarde.
-Ya mañana volvemos a clases -menciona Moisés.
-Si, pero no será lo mismo sin ella. Viste que toda la sección vino a despedirse de ella. Sus amigos de la otra escuela también vinieron -agrego Carolina-. Pero no -coloca sus manos en sus ojos-. Pienso que todo esto es un sueño al cual pronto despertaremos. Mi amiga Solange no puede estar allí enterrada. Yo sé que ella aún está viva. No, no, no. ¡Solange salde ahí, por favor, sal! -dice mientras golpea la tierra y llora.
Veo a Carolina llorar. Volteo a ver a Moisés y él solo seca las lágrimas de su rostro.
Miro a mi alrededor. Nada, solo estamos los tres aquí.
-Vámonos -digo. Levanto a Carolina y la abrace.
Doy un último vistazo a la tumba. Me quedo sorprendido al ver a Solange de pie a la par de la cruz que lleva su nombre. Si, es ella.
Toco el hombro de Moisés y de Carolina y les señalo la tumba de Solange. Los tres no creemos lo que estamos viendo. Uno a otro nos quedamos viendo y al volverla a ver, nos da una despedida, nos sonríe y desaparece.
Eso ha sido asombroso y a la vez extraño.
***
Nos encontramos en mi casa. Mi padre aún está en el hospital. Le pedí a Carolina que me ayudara con la cena. Estoy con mucha hambre. Pero sigo pensando en lo que nos dijo Solange ayer antes de morir: "Jolene les dará más información de él". ¿Qué será? ¿Sabrá quién es?. Son preguntas que me hago.
Al finalizar la cena recibo un mensaje. No me sorprendo de ver de quien es. Pero me lleno de cólera porque sé que fue por culpa de él que haya muerto Solange. Borro el mensaje. Aunque luego me arrepentiré de haberlo hecho.
Moisés se quedará a dormir conmigo y Carolina. Solo fue a su casa por el uniforme y su mochila.
En el grupo de WhatsApp de la sección, nuestro docente guía nos recordó que tenemos que ir concluyendo con nuestra monografía. Nosotros vamos demasiado atrasados ya que, hemos pasado por todo esto y ya ni atención le prestamos a nuestra monografía, pero nos quedamos los tres avanzando en nuestro marco teórico.
Si, lo sé, nos hace falta dos de nuestro grupo. Jolene y Solange. Ahora solo somos cuatro.
Es extraño, la maestra nos asigna a Kira a nuestro grupo en sustitución de Solange. No nos agradó la idea, pero para avanzar la aceptamos.
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Desaparecidos (Libro #1 de la saga "Misterio Familiar") © Terminada
Misterio / Suspenso¿Qué harías tú, sí tus padres van a una fiesta de cumpleaños, pero que no vuelven a casa y solo estás recibiendo mensajes de ellos? ¿Los buscarías? Es obvio. ¿Dirías que han desaparecido? Probablemente. ¿Secuestrados? Es una hipótesis bastante acert...