RECUPÉRAME

CAPITULO 02

CAPITULO 02

NOTIFICACIÓN

La misma pesadilla por octava vez en dos semanas y media. Es la misma pero diferente. Tiene los mismos elementos, el mismo desenlace, y el mismo efecto al despertar. Lo único diferente es la persona que me acompaña en la travesía.

Mi celular vibra sobre la mesa de noche, son las cuatro y media de la mañana.

Rasco mis ojos tratando de despabilarlos, es una notificación de Facebook y para ser más precisos es una solicitud de amistad de una tal Emily Race. No estoy de humor para husmear la vida de otras personas, además, estoy segura y confío en mi subconsciente adormilado de que no conozco a esta chica. Bloqueo la pantalla y me recuesto pesadamente en mi grandiosa almohada.

Despierto, y me sobre salto al saber que el reloj esta por dar las seis cuarenta. Maldición. Tan solo cerré los ojos por unos momentos, como es posible que ya haya amanecido, y peor aún que haya sonado la alarma y no la he escuchado.

Me ducho en tiempo récord, me arreglo en tiempo récord, y definitivamente no puedo hacer lo mismo con el desayuno. Me despido de mi padre desde la puerta principal con un grito, con el cual obtengo una respuesta de la misma forma. Salgo corriendo, llego a la estación del transporte, me dirijo al metro, transbordo y posteriormente llego a la universidad. Ocho y media. Pude haber llegado más tarde, y aunque no entre a mi primera clase creo que podre entrar a la segunda.

De camino a mi salón, rezo internamente para no tener una llamada de atención por mi impuntualidad, aunque ya estoy bastante acostumbrada a recibirlas. Para mi gran suerte, el profesor de oratoria no está, así que puedo darme la libertad y la desfachatez de levantar mi puño y dar un salto de victoria, esto no es de todos los días.

Melody está batallando con algo en su libreta por lo que se sorprende cuando aviento mis pertenencias a un lado de su asiento.

Plasma una sonrisa gigante en su rostro cuando me ve.

- Dios mío, creí que jamás llegarías maldita bastarda.

- Para mi no hay imposibles. – le guiño y me siento a su lado. - ¿Dónde está tu profesor favorito?

- Espero que en el fondo de las malditas alcantarillas.

- Oh, esa es buena. – doy un pulgar arriba al nuevo aposento en el que acaba de maldecir al profesor que la trata como su verdugo personal.

- Sí, estaría perfectamente situado en su hábitat natural, con las malditas ratas. – puedo jurar que mientras habla sale humo de su nariz y sus ojos pueden llegar a ser de color rojo.

Podría citar la historia de Melody con el profesor Lucas de memoria porque ¡Claro que hay una historia! Y una muy profunda, y no hablo en doble sentido, por supuesto que no. Bueno, podría hablar en doble sentido porque todo en ellos es de esa manera, deben hablar en código para comunicarse porque existe esto que se llama.... Relación prohibida profesor-alumna. Pero creo que no es buena idea citar la historia ya que mi mejor amiga esta de un humor de perros.

Pasamos la mañana de clase en clase, en algunas coincidimos y en otras muchas no. Es miércoles por lo que no hay mucho de que hablar. He estado hablando con Harry por mensaje y quedamos en vernos en unas horas para almorzar juntos. Mientras confirmo mi asistencia al tradicional restaurante en medio del campus, pienso en la extensa practica que me espera hoy y mañana y claro está, los regaños de mi profesora de ballet por no estar haciendo caso a la dieta.

Hay un montón de propaganda alrededor del campus anunciando los festivales que están pronto a presentarse de forma caritativa, se ven tan llamativos los carteles que quiero asistir a todos y cada uno de ellos.