Melodía de Muerte...

15🔪*

Estoy temblando, literalmente soy una gelatina viviente. El pánico tiene a mi cuerpo en alerta máxima y no sé qué es peor para mi supervivencia, si quedarme quieta en completo silencio y esperar a que él se vaya (rezando a todos y cada uno de los dioses que existen o lo que sea, que no me encuentre y en su lugar piense que solo fue su imaginación o algo así el sonido) o, por el contrario, juntar hasta la última gota de valentía en mi cuerpo (si es que me queda algo en este momento) y salir corriendo en un intento de escapar y tratar de salir viva de esta... con la seria posibilidad de que me atrape. Sé que quizás exagero, quizás no quiera matarme, sin embargo, esto es muy fuera de lo normal, no tiene ninguna lógica y mi mente está hecha puré por el miedo, tengo derecho a exagerar cuanto quiera. 

Esto es una maldita pesadilla, tiene que serlo, aún no termino de procesar el hecho de que Andy esté del otro lado actuando tan raro. Quizás, lo más lógico sería salir de mi escondite e intentar averiguar lo que le pasa, no obstante, el terror le gana a la lógica y no pienso salir de mi escondite y exponerme de esa manera. 

El silencio vuelve a reinar en el ambiente y eso es aún más horripilante que si estuviera hablando, porque así, por lo menos, podría saber dónde está, cosa que no puedo con su mutismo actual y me pone aún más nerviosa. 

Estoy segura de que todavía está acá, podría jurarlo con los ojos cerrados, no ha habido ningún tipo de sonido, la puerta no ha sido abierta, estoy sola con él aquí. De repente, la iluminación baja, obscureciendo la estancia; una de las luces del techo a mi derecha se ha quemado, sumando esa zona del lugar en penumbras. Trago saliva con dificultad y, al segundo siguiente, otra de las luces (ésta vez a mi izquierda) también se apaga. ¿Qué está pasando? 

El foco tras la cortina también sigue el mismo camino que los otros dos y solo queda uno, justo en el techo de la zona donde estoy. No, no, no, esto no puede ser nada bueno. Si ya estaba respirando acelerada, esto solo hace que me ponga peor y me tiemblen las manos, al punto de que casi se me caiga el teléfono.

Mi mente me grita que salga de aquí, que corra, que me ponga a salvo... Debí llamar a Máximo cuando tuve la oportunidad, ahora no es momento porque, si hago algún ruido, seguro que me delataré y temo el resultado de que eso ocurra. Un rechinido de madera se escucha a mi derecha y mi vista prácticamente vuela hacia el lugar de origen, mas no puedo ver nada en absoluto, ¿acaso está ahí? Ay Dios...

Inconscientemente, mis piernas se mueven y retrocedo despacio, alejándome del foco del ruido (o el que creo que fue el foco), sin embargo, otro sonido detrás de mí me hace volver la cabeza hacia el lado opuesto y retroceder nuevamente, sin saber a dónde ir. 

Escucho pasos rápidos a mi costado, luego al otro, creo ver una sombra moviéndose a gran velocidad en medio de la obscuridad. Alguien que me ayude, por Dios, estoy que me da un ataque al corazón por el miedo. Las lágrimas recorren mis mejillas sin control y ya no sé ni dónde mirar o a dónde ir porque, sea lo que sea lo que me está rodeando, se mueve rápido y no tengo idea de por dónde planea atacar, si es que esa es su intención. 

-Go to sleep...

Ese susurro en mi oído me hace saltar y gritar, dándome vuelta enseguida y encontrándome con una imagen aterradora: un chico alto, de pelo negro y largo, casi parece como quemado, pálido como el papel y con la boca cortada cruentamente desde las comisuras hasta las mejillas. Sus ojos son de un color tan pálido que casi parece blanco y están rodeados de negro, ¿es que no tiene párpados o me lo estoy imaginando? Parece sonreír (cosa que no sé si afirmar o no porque con los cortes es algo difícil de dilucidar) y apoya el cuchillo que sostiene en su mano, uno muy grande si debo ser sincera, manchado de sangre sobre sus labios, como si fuera un dedo en señal de silencio.